Capitulo 02
Llego a primera hora al instituto justo como se me indico en dirección, bajo del coche con una puta cara de sueño. Ayer al llegar a casa vi en la sala desmayada a Letty, según el medico fue por falta de vitaminas y tenia principios de anemia, tuve que cuidarla casi toda la noche, ver que no le faltara nada y se tomara los medicamentos correspondientes a su hora.
Camino por los pasillos hasta toparme con la directora de nuevo, así como ayer, esperándome para lo que sigue.
–Buenos días, señor de la Vega
–Ya dígame donde esta la nueva –digo hastiado de su “buen humor” matutino
–Sígame –me indica con una sonrisa
Me lleva a un salón algo aislado de donde estábamos, algunos alumnos ya estaban en la escuela con cara de muertos vivientes, al igual que yo, para que diablos lo niego, en fin, abre la puerta del aula y veo a una chica de cabellera castaña sentada con unos lentes de sol, a pesar de que aun sigue algo oscuro, puede que tomo mucho y trae una ojeras que te cagas, no lo sé… voltea hacia nosotros y nos sonríe poniéndose de pie con sus manos detrás de su espalda, mostrando su blusa color blanca, su falda de tablones color rosa justo cinco dedos arriba de la rodilla revelando sus piernas tan… después le sigue sus largas medias blancas con unas zapatillas negras, su mochila del mismo color que su falda a un lado del banco donde se encontraba sentada con una enorme bola peluda colgando como llavero, quería detallarla mas a fondo pero…
–Señor Zac de la Vega, le presento a Abbey Fisher, nuestra nueva estudiante aquí –me indica –Abbey, el será tu guía en todo lo que resta de este ciclo escolar y si necesitas más ayuda me dices para programarlo como tu guía permanentemente
–¿Cómo que permanentemente? Eso no me dijo
–Upss… un olvido mío, si ella quiere puede tenerte, no esta a discusión
–¿Porrrr? ¿Acaso es famosa o algo? –molesto me dirijo a ella que no ha dicho nada y solo sonríe –¿no tienes a quien más molestar?... para mi estas más que perfecta y puedes hacerlo sola
–Señor de la Vega
–¡NO!, ella se hace la inútil para…
–Señor de la Vega
–Solo quiere atención de…
–¡ZAC!
–¿QUÉ?
–Abbey, es ciega
MI-ER-DA
–Es… quiero decir, nunca…
–Hola Zac, mucho gusto –saca sus manos de atrás mostrando el bastón doblado para inválidos y me maldigo un millón de veces por lo idiota que estoy siendo –soy Abbey como ya te dijo la directora y si… soy ciega, no de nacimiento para dejarlo claro –se sonríe y me extiende su mano libre –, es un gusto conocerte
No se que le pasa, es rara y amable, me sonríe a pesar de que hable mal de ella, pero sonríe de una manera que deslumbra el lugar y creo ver su aura brillar a su alrededor hasta que sacudo mis ideas tan idiotas viendo como solo es al amanecer detrás de ella.
–Si, bueno… no te digo mi nombre porque ya lo escuchaste y es un gusto conocerte… Abbey –le regreso el saludo
–Bueno yo los dejo para que platiquen, se conozcan un poco y que tu –me señala –la ayudes con las materias, no te comportes como un asno con Abby por favor
Se va dejándome solo con esta chica extraña que vuelve a sentarse en el mismo lugar sin problema, por mi parte me siento en el algo elevado escalón donde los maestros hacen sus exposiciones, justo en frente de ella.
–Cuantos años tienes? –le pregunto después del largo silencio
–17 pero dentro de dos semanas cumplo los 18
–¿Por qué ahora?
–Porque ya me había cansado de estar en casa, siempre estar de un lado a otro es agotador y no puedo conocer a nadie como debe de ser
–Debido a que –ojeo los libros que según son para ella
–Mis padres –suspira y sin titubear toma la botella de agua que estaba en su mochila –por sus trabajos viajamos por todo el mundo y no nos quedamos por mucho tiempo en ningun lugar, hasta ahora, se supone que nos quedaremos más tiempo de lo normal
–¿Y cuanto es eso? –toma de su agua y eleva los hombros
–No tengo ni idea –se ríe –pero no pienso dejarlo ir, así que les pedí que me inscribieran en una escuela para conocer gente
–¿No te dijeron nada?
–Obvio no, por mi condición es que saco provecho de ello –me saca una sonrisa y creo que lo nota, no sé como, pero lo hace
–¿Si sabes que solo estarás como por 6 meses o menos?
–¿Qué? –quita su sonrisa –Nooo, estas jugando
–No, es verdad, aquí dice que… –suelta una carcajada