Tendré que ser breve pues no tengo mucho tiempo, y es que pronto moriré.
Cuando mi hermano y yo éramos niños, no nos interesaba nada que no fuera diversión y bueno… uno que otro chocolate, la política era un aburrimiento y el dinero solo era aquello que salía del bolso de mamá de vez en cuando, todo era diversión y bondad, la verdadera cara del mundo aún no la conocíamos, y es que a decir verdad, todo es fantástico cuando eres niño.
En fin, recuerdo que mi hermano y yo soñábamos con ser soldados, con nuestras pistolas imaginarias, con espadas hechas de trozos de madera, y rocas como granadas, simulábamos ser grandes guerreros. Es así que crecimos soñando en el día que seríamos soldados, a mis padres eso les fastidiaba, no les agradaba que yo, una niña, jugará a cosas tan rudas, en vez de jugar con muñecas y vestidos. No, eso a mí no me gustaba, yo quería ser un soldado, y lo fui, pero a esa parte aún no llegamos.
Una tarde cuando llegamos de la escuela mi madre estaba sentada junto a mi padre viendo la televisión, estaban muy concentrados, ya que no contestaron mi saludo. A decir verdad no recuerdo con exactitud lo que dijeron aquel día, pero era algo así:
-Es así que tras varias amenazas del dirigente norcoreano de comenzar una guerra con la potencia americana de los estados unidos de américa, hoy 27 de octubre lo cumplió al atacar con una poderosa bomba la cuidad de Texas asesinando a un total de 500 personas, esto ha provocado la reacción de cientos de países quienes trastornados han empezado a preparase para una guerra inminente.- La periodista respiró fuerte y prosiguió.- Ciudadanos, podemos estar llegando a la tan temible Tercera Guerra mundial.
Mama estaba pálida, pero papa la tranquilizaba diciendo que si se en el caso de que la guerra se desatara nuestro país no sería afectado, era un país muy pequeño apenas un punto en la inmensidad del continente, la probabilidad de ser útiles en una guerra de tan alta importancia era mínima. Bueno eso mi padre creía, pero las cosas nunca son como uno lo espera.
Un año milagrosamente pasó sin que los gobiernos de las altas potencias mundiales empezarán los ataques pero de un día para otro la guerra comenzó. Para entonces mi hermano tenía 15 y yo 12. Estábamos viendo un tonto programa de adolescentes en televisión cuando un mensaje interrumpió la programación.
-Interrumpimos la programación para presentar el aviso que dio el presidente Donald Trump esta mañana
La imagen del presidente de los estados unidos lleno la pantalla y debajo de este, los subtítulos en español decían:
“Ciudadanos es nuestro deber proteger al país de cualquier situación que atormente la armonía del pueblo estadounidense, y los acontecimientos que pasaron el anterior año en Texas demuestran que no ha sido suficiente el esfuerzo que hemos hecho, es así que he llegado a la decisión de responder las llamadas del dirigente de Corea del Norte a y declarar la guerra. Gracias a la colaboración de varios países hemos conformado nuestro bando aliado, ciudadanos estamos listos para defender al pueblo, hoy es el comienzo de un nuevo mundo, la Tercera Guerra mundial ha comenzado. Que Dios los bendiga, que ¡Dios bendiga a América!”
Como se podrán imaginar después de eso el mundo se vio sumido en un caos total, la respuesta del presidente coreano al mensaje de Donald Trump, fuer atacar la ciudad de Chicago asesinando a medio población, después de eso China atacó a Japón, y Estados unidos a China, era un todos contra todos.
Como mi padre lo dijo nuestro país no tenía importancia en esta guerra, o bueno no lo fue hasta que en el segundo año de la guerra, Brasil entró en el combate, y con ello pidió el apoyo de países sudamericanos entre esos el nuestro, nuestro pequeño país iba a combatir en tan épica batalla.
Para entonces mi hermano tenía la edad suficiente para defender a su patria, así que se enlisto en la marina, recuerdo que mi madre lloro mucho, mi padre lo miraba orgulloso, mientras yo lo abracé le dije que estaba orgullosa de él, y que me esperara porque yo estaría junto a él en el campo de batalla muy pronto.
Aquel año fue duro para el país, la economía y el comercio decayeron, en las calles los niños huérfanos pedían caridad en las calles, las mujeres vendan su dignidad para ganar una que otra moneda, los robos y el índice de asesinatos se triplicaron. Todo era caos.
Recuerdo una vez, cuando fui al mercado con mi madre, vimos tres pequeños niños, el uno debía tener siete u ocho años, los otros dos talvez cinco o seis, estaban sucios y llorosos, mi madre se les acercó y les dio unos cuantos dólares. En el mundo de antes les habríamos preguntado donde estaban sus padres, pero ahora la respuesta era muy fácil de interpretar, un niño en la calle, es un niño huérfano, cuyos padres murieron en la Guerra.