POV: MARÍA JOSÉ.
Cuándo su recuerdo venía a mi mente, una terrible tristeza me invadía, y no podía evitar sentirme fría, como si nada importara. Tal vez en su momento por el dolor actuaba con rudeza, pero hay una parte que te duele tanto que simplemente te vuelves fría.
—¿Y?—le pregunto a Carmen.
Estamos de camino a casa, no sé nada de Antony, el chofer que me lleva a todas partes me preguntó si quería irme, y la verdad no veía porque seguir ahí. Todo había sido un éxito.
—No sé, quiere una cita —responde tímidamente formando puños sobre sus piernas.
La miro atenta esperando que me diga si aceptara o no.
—Lo pensaré, tampoco hay que parecer interesada —me mira de reojo.
Suelto una pequeña carcajada porque eso se lo enseñé yo, y ahora está usando mis palabras para justificarse.
—Bien, bien.
Ella es la primera en llegar a su casa, cuando llego a la mía el sentimiento de soledad me embarga, me hubiera gustado haberme ido con mis padres, al menos estaría acompañada.
Sé que no es momento de arrepentirse pero… si no sobrevivo a esto, simplemente nos divorciaremos, pienso que esto fue un error. No quiero que pasé el típico de amor después del matrimonio, él es su hermano, éste caso es diferente.
Con la melodía de una de sus canciones favoritas, me pierdo en los brazos de Morfeo.
“No quiero separarme de ti, ni siquiera un momento, no quiero perder el tiempo”
Al día siguiente cuando empiezo a cambiarme, los gritos de la madre de Antony hacen eco por toda la casa, nunca la había escuchado tan furiosa.
Descalza salgo de la habitación, y bajo sigilosamente.
—¡María lanza una nueva marca haciendo un gran esfuerzo y tú amaneces en un hotel con una mujer! Dando de qué hablar a los reporteros, fue ayer Antony, ayer fue un gran día y tú crees que habrá espacio para que recuerden la grandiosa noche cuando te has vuelto la novedad del año.
Farfulla, se detiene a respirar mientras mira su hijo como si quisiera devorarlo.
—Yo sé que éste matrimonio no es por amor, pero deberías respetarla al menos, ella no tiene porque estar aquí cuando recién perdió una parte de sí, si ella aceptó fue por voluntad, no pensó en ella, pensó en nosotros como la familia del hombre que amó —se queda sin voz.
No pudo haberlo dicho mejor, es lo único que quiero que todos entiendan.
—Fiorella… —murmuro bajito con miedo a su reacción. —. Yo le dije a Antony que no me molestaba si se veía con mujeres, ambos sabemos porque estamos aquí y las razones son muy similares.
—Esa no es la cosa, querida, de todos modos tiene que respetarte, ¿Cómo vas a quedar delante de todos? Lo que me frustra es que no te molestaste en hacerlo en secreto —mira a su hijo nuevamente.
Antony está callado escuchando a su madre, al menos no le responde y acepta el regaño.
—Bien madre, cuando te calmes yo te explico lo que pasó —responde con neutralidad, seguido enfoca su mirada en mí. —. Ahora déjame hablar con María.
Junto mis labios nerviosa, le devuelvo la mirada y por extraña razón siento que de verdad lo necesita.
—Yo… no tienes que darme explicaciones, y Hugo me está esperando para la sesión de fotos —tartamudeo rápidamente.
—Entonces hablaremos más tarde —menea la cabeza disgustado. —. Y ya que lo mencionas —mira a su madre. —. Ven conmigo —me toma de la mano y arrastra detrás suyo hasta la cocina.
Nos detenemos y lo miro a los ojos esperando que hable.
—Vas a dejar eso —no es un comentario ni sugerencia, es una sentencia.
—¿Qué cosa?—pregunto, pero tengo una idea de qué podría ser.
—No eres una modelo, recuerda que eres una figura pública y esas ropas…
Entiendo.
—Son ropas que diseña nuestra empresa, además los lanzamientos pasados fueron muy vulgares ¿no crees? Sumándole que tu amante viste peor todos los días —me cruzo de brazos alzando una ceja divertida.
—Hay una diferencia muy grande, tú eres mi esposa, y que quede claro que Dalia no es mi amante y si lo fuera es simplemente eso, tú…
Se me escapa una risita involuntaria.
—Ok, Antony, hablemos de eso cuando regrese no quiero hacer esperar a tu amigo —alzo mi palma para que se detenga.
—Dile que mantenga sus encantos de mujeriego lejos de ti —comenta y lo miro sorprendida.
—Los tiene muy cerca, créeme —digo para molestarlo y frunce el ceño atónito. —. Pero de mi amiga —me doy la vuelta.
—Ahh —suspira aliviado.
¿Qué le pasa? Primero crea un escándalo por estar con Dalia y ahora actúa como un esposo celoso.
Hombres ¿no?
Ruedo los ojos y subo a colocarme las zapatillas para ir con Hugo.
Mediante las sesiones Hugo me cuenta animadamente sobre como le va con Carmen, y me siento orgullosa de que mi amiga en verdad se esté haciendo la dura y dejando que él la gane como debe ser.
—Antony dijo que eres un mujeriego encantador.
—Soy lo segundo, a mí las mujeres son las que me dejan, tampoco doy razones para que lo hagan.
—Eso no es creíble —niego con la cabeza.
—Lo será cuando me case con tu amiga, y tengamos dos bellos hijos —contesta sonriente, me sorprende como lo dice así nada más.
—Sueñas rápido.
Ríe mostrándome sus dientes blancos y los hoyuelos que se forman en sus mejillas.
—Sólo soy positivo.
Bajo de la roca con su ayuda y empezamos a alejarnos de la playa.
—¿Sabes qué le pasa a Antony? Está actuando raro —cubro mi cuerpo con la bata que él me entrega mientras caminamos la cabaña para cambiarme.
—Mmm, tal vez el amor de su hermano hacia ti, esté reencarnando en él poco a poco.
—Hablo en serio —reprocho.
—Yo también —le doy un codazo y me detengo colocándome frente a él. —. Bien, él te quiere mucho, Mary, sólo que eso del amor no es lo suyo y pueda que no sepa manejarlo si llega a enamorarse.
Asiento no tan convencida y me coloco a su lado para seguir caminando hacia la cabaña.
#684 en Novela contemporánea
#2827 en Novela romántica
trianglo amoroso, matrimonio por contrato, embarazo insperado
Editado: 25.09.2024