No Soy Ella [primera parte]

Capítulo 11

ZACK

Me encontraba molesto. Por alguna razón extrañaba, me enfurecía ver a esa chica de cabello castaño y mirada brillosa y risueña reírse con ese idiota con esteroides. «¿No se suponía que estaba enamorada de mí?», pensé sin poder dejar de verla mientras tomaba una soda.

Era diferente con él. Su comportamiento conmigo había rayaba la indiferencia. Nunca había conocido a una chica que actuará todo lo contrario a lo que sentía.

«Esa chica era demasiado extraña», pensé. Y por alguna razón desconocida, eso a mi abuelo pareció gustarle en cuanto la vio. No lo culpaba por su falta de gusto, Eilana exudaba ingenuidad e inocencia por todos sus poros.

Por eso afirmaba con seguridad de un moribundo, que la chica me iba a ser cambiar, y con suerte, me hacía salirme del negocio.

«Estaba equivocado», pensé mientras veía como esa gatita escurridiza sonreía a su amigo. Aplasté la lata de la soda con mis manos. «Ninguna chica iba a lograr que me saliera del negocio. Me había costado años de sudor y sangre para tener la preparación que tenía».

No iba a dejar que mi trabajo se fuera al desagüe por una chica.

«Solo unos pocos meses más, y nadie iba a impedir que me uniera a la Organización», pensé mientras recordaba la condición que había puesto mi tío para ser iniciado.

Un toque en mi hombro, hizo que desviará la vista de Eilana.

—Hola, Zack, soy Deisy. He notado qué...—

—Lárgate.

No la volteé a ver, no era importante, pero pude escuchar que no se había movido. Lo que significaba que era demasiado tonta para continuar parada a mi lado.

—Y-yo…—

—Dije que te vayas de aquí—corté su nuevo intento de conversación, con mi atención todavía en la chica que no había dejado de inspeccionar por varios minutos. «¿Por qué se reía tanto con ese chico? ¿Acaso era tan gracioso?», pensé malhumorado. «Lo dudaba totalmente»

—Hay una fiesta en mi casa, si tienes tiempo y quieres ir…—

—No quiero ir.

Ella ignoró mis palabras y empezó a decir su dirección, y tuve suficiente de esta mierda, me levanté y empecé a caminar en dirección a Eilana y su amigo. Quería saber que tan divertida era su conversación.

Casi le golpeó el rostro al chico cuando observé que ella le estaba tomando el rostro con sus manos, y que se acercaba peligrosamente a su boca.

Apreté mi mandíbula.

—¿Está ocupado esté asiento?

Eilana y su amigo me voltearon a ver, tan malditamente sincronizados como una maldita pareja enamorada. Tuve nauseas.

Su silencio fue molesto. «¿Por qué mierda esperaba autorización? Podía sentarme donde se me pegará la gana, maldita sea»

—¿Qué? ¿No dirán nada?

Eilana como era su costumbre, le encantaba tentar al peligro.

—¿Cómo qué?

«Esa chica», pensé mientras lo veía enojado. «¿Qué mierda le había visto el abuelo para pensar que iba a dejarme salir del negocio? Era una putada, el viejo realmente ya estaba delirando»

Me alejé de la feliz pareja.

Sentía tanta furia, que en mi trayecto a la salida de la golpeé con mi hombro a un tipo que estaba pasando. «Era una mierda la actitud de esa chica. Aunque en realidad, ¿Por qué puta madre me encontraba tan enojado?», pensé entre confundido y molesto. «Tal vez necesitaba follar con alguna chica. Alguien que pudiera ayudarme a deshacer esta rabia que quemaba mis venas»

¿Cómo dijo se llamaba esa estúpida cuando me invitó a su fiesta? Ah sí, Daisy

 



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En el texto hay: badboy, amorjuvenilhumor, anavalencia

Editado: 01.08.2024

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