Taehyun ingresó a su casa, arrastrando sus pies por las escaleras hacia su habitación. Dejó escapar un suspiro, agotado, abriendo la puerta mientras pensaba en la maravillosa idea de comer comida instantánea y luego dormir mínimo una eternidad.
- Taehyun-ah, ¿por qué has tardado tanto? - Escuchó repentinamente una voz.
- ¡Santa mierda, Yeonjun! - Se echó para atrás, asustado, observando a su amigo que descansaba en su cama mientras leía un libro. El peliazul arregló sus lentes, girando a verlo con el ceño fruncido.
- Tae, ¿por qué siempre te espantas cuando vengo a verte? ¿Tan feo soy?
- Yeonjun, maldición... - Habló entre dientes, cerrando la puerta con un poco de fuerza. - ¿Hablas en serio? ¿Apareces de la nada y me lo preguntas? ¡¿Por qué vienes a mi casa cuando no hay nadie?!
- No es mi culpa, yo pensaba que ya habías llegado. - Se encogió ligeramenre de hombros. - Además, tú me diste una copia de las llaves, si no querías que entrara a tu casa cuando quisiera entonces no debiste de dármela.
- ¡Al menos deberías avisarme que vendrás!
- ¿De qué serviría entonces la copia de las llaves?
- ¡Pero, Yeonjun! - Llevó sus manos a su cabello, desesperado. - Mira este caso. ¿Qué pasa si vengo con alguien con quien podría tener el mejor sexo de mi vida y abro la puerta y me encuentro contigo? ¡Que corte de inspiración, tarado! - El peliazul lo ignoró completamente mientras seguía su lectura.
- Pues no vayas por ahí trayendo personas para revolcarte, no es tan difícil.
- Junie... - Tapó su rostro. - ¿Y si ya estoy con una persona aquí y tú te encuentras con la sorpresa por no tocar la puerta?
- Ugh, Taehyun, ¿es en serio? Escucharía los ruidos, obviamente. ¿Crees que no pongo atención antes de entrar? Mis oídos siempre se agudizan antes de cruzar tu puerta, yo tampoco quiero ver a mi mejor amigo teniendo sexo con alguien. - El de cabello ceniza se dejó caer a los pies de la cama, casi muerto. - Y por cierto, ya he estado aquí en situaciones así, pero tú has estado demasiado ocupado en cosas obscenas como para saber que tu más querido amigo estuvo en tu casa.
- Oh, por Dios... - Tomó una almohada, hundió su rostro en ella. - ¿Por qué me haces esto? - Lloriqueó.
- Si te sirve de algo, eso fue hace tiempo. Últimamente no hay mucha acción, ¿no? ¿Ya has sentado cabeza? - El peliazul por fin cerró el libro, prestándole atención a su mejor amigo.
- Me he aburrido.
- ¿De verdad?
- Las chicas en especial siempre quieren entrar en una relación y yo...
- Es porque les gustas. - Lo interrumpió.
- A mí también me gustan y no veo la necesidad de estar en una relación para pasarla bien. - Yeonjun sonrió con empatía, acercando su mano a los cabellos ceniza para acariciarlos.
- No, tú realmente no entiendes el concepto. - El más bajo lo miró casi ofendido. - Me gusta estar con alguien no es lo mismo que me gusta esa persona, ya te lo he dicho.
- Cuando te gusta alguien también te gusta estar con él.
- Ahí está, idiota, esas cosas no van de la mano. Puede gustarte alguien y por tanto te gustará estar con él, pero no te gustará alguien sólo porque su presencia te es agradable. - El de cabello ceniza lo miró, ligeramente confundido. - Míranos, Tae, ¿te agrada estar conmigo?
- Por supuesto.
- ¿Quieres estar conmigo? ¿Quieres hacer cosas conmigo?
- Eso sería asqueroso, aléjate de mí. - El peliazul no tardó en ser empujado por las pequeñas manos de su amigo, riendo por su respuesta.
- Ahí está, Taehyun idiota.
- Como sea, no quiero hablar de esto. - Le dio la espalda al peliazul, abrazando su almohada. - De todas formas, no necesito de nadie. Tú ya casi eres virgen de nuevo y te ves estupendo, así que yo también puedo sobrevivir con una vida sexual inactiva. - El más alto rió a secas.
- No puedes volver a ser virgen, imbécil.
- Aunque a veces, cuando actúas así de amargado, pienso que realmente te vendría bien un buen pol... - Yeonjun no demoró en golpearlo fuertemente con una de las almohadas. - ¡¿Qué haces, estúpido?! - Y eso bastó para que ambos comenzaran a golpearse como si de dos niños en una pijamada se tratara.
Cansados luego de un par de minutos, ambos se dejaron caer en la cama. Yeonjun tenía que ir a estudiar y Taehyun aún quería su sopa instantánea, pero ambos estaban demasiado cómodos como para moverse.
- Tu casa es demasiado silenciosa...
- Y la tuya muy ruidosa. - Contraatacó el de cabello ceniza, provocando que su amigo riera ligeramente.
- Deberías ir, hace tiempo que no te pasas por ahí, mis padres y mis hermanos han estado preguntando por ti.
Taehyun guardó silencio por un minuto antes de responder un: - Sí, supongo que me pasaré uno de estos días.
Yeonjun sonrió, un poco melancólico. Quería creer en sus palabras, pero la verdad es que el de cabello ceniza ya en varias oportunidades había dicho eso antes.
Cuando eran sólo unos niños, Taehyun solía pasársela todo el día en casa de los Choi, pero a medida que creció y fue siendo consciente de las cosas, se dijo que no podía seguir aprovechándose de la amabilidad de la familia de su mejor amigo. Porque sí, amaba esa familia y amaba que lo hicieran sentir como en casa, pero él también tenía un lugar donde estar y quería creer que era lo suficientemente maduro para cuidar de sí mismo.
Porque Taehyun no quería ser una carga.
Taehyun jamás quiso ser una carga.
Y aunque Yeonjun intentaba hacerle saber que su presencia era más que bien recibida en su hogar, el de cabello ceniza hace tiempo se había encerrado en sí mismo, pasando sus días solitariamente en su cuarto mientras se alimentaba de porquerías, pues sobre su mesa jamás habría comida real y mucho menos existía una familia cariñosa esperando por él.
Después de todo, su madre había muerto cuando él tenía apenas dos años y su padre no era más que un adicto al trabajo.