Narra Dulce
Me desperté a la mañana siguiente, gire mi cuerpo de manera que mi brazo derecho quedo apoyado en la cama. En ese instante me asusté mucho, ya que, al lado de mi se encontraba un hombre, no estaba viendo su rostro debido a que él se encontraba de espaldas. Me pare de la cama y di un gran grito que el hombre del susto cayó al piso.
—¿Qué te pasa Dulce?, no grites por favor —después de decir esas palabras, se levantó del piso agachando su cabeza, toco sus piernas, brazos e inclusive su cabeza—. No puede ser.
—¿Quién eres tu voz me resulta familiar? —pregunte un poco asustada.
—Soy yo Neith, tu gato, el chico que conociste en estos últimos días —dijo mientras levantaba su cabeza y pasaba sus manos por su cabello. Él es un chico muy apuesto tiene; ojos azules, cabello rubio, tez blanca, labios carnosos, bonitas cejas y una mirada gatuna.
—¿Qué es lo que estás haciendo aquí? —pregunte con un tono de voz un poco ronca.
—¿Cómo es que te enfermas tan rápido, ayer no tenías tu voz así? —tenía su mirada triste, como, si estuviera preocupado.
—No has contestado mi pregunta, y contestando a tu pregunta, siempre que tengo síntomas de alguna infección, ellos corren como en maratón, siempre me enfermo de una manera muy rápida e inclusive duro aproximadamente 1 o 2 semanas enferma.
—Ya te lo dije, te lo he repetido desde que te conozco, soy tu gato y si no me crees, déjame quedarme a tu lado el día de hoy contigo hasta la tarde, para que logres ver cómo me transformo en gato.
—Si es cierto lo que dices, ¿Por qué no te transformas en gato ahora mismo?
Me resulto extraño lo que menciono sobre el día de ayer por la noche. Así que lo observé por unos segundos y me di cuenta que efectivamente la mirada de él y la de mi gato era igual, todos sabemos que lo único que no cambia, ni envejece son los ojos.
—Porque mi don en este momento no lo puedo controlar, debido a que en mi cuerpo existe un hechizo de magia negra y solo vuelvo a mi forma humana de forma involuntaria.
—Bueno, seré sincera, no te creo aun, pero, también tengo curiosidad de saber si realmente me dices la verdad, yo no creo en extraterrestres, ni otras dimensiones, la reencarnación, magia o todo tipo de fantasía. Aun así, quiero que te quedes, así como acabas de decirme —me sentí un poco mareada y con mucho calor, tenía mucha sed, mi boca estaba seca.
—¿Estas bien? ¿quieres que te lleve al doctor? —dijo el mientras me tomaba de los brazos para que no cayera al suelo.
—Estoy bien, no es necesario que me lleves.
—Está bien, no insistiré, pero, te cuidare, ahorita vuelvo.
El tomo el dinero que estaba en la mesa y salió, solo espere a que el llegara, la verdad es que me siento fatal, creo que de nuevo estaré enferma y no podre salir, si voy a un doctor me dirá que tome medicamento y guarde reposo, pero, yo no quiero, así que tratare de aparentar que estoy bien.
Narra Neith
Tomé el dinero y fui a comprar medicamento, dije los síntomas que tenía a la vendedora que se encontraba en la farmacia y me dijo que tenía una infección y eso le estaba provocando mareos y fiebre. Compre además de los medicamentos un termómetro para revisar su temperatura.
Pensé y si se pone más enferma, no, yo debo quedarme con ella y cuidarla, así como mama me cuidaba a mí. Sentí como mi cuerpo iba desapareciendo y al observar bien ya estaba dentro de la casa de Dulce, no sabía de qué manera entre sin cruzar la puerta, lo curioso es que esta junto a Dulce, ella se había quedado dormida. Levante su brazo y coloque el termómetro.
—¿Qué debo de hacer? ¿cómo hago para que ella se recupere? —dije en voz alta mientras caminaba de un lado a otro.
—Utiliza uno de tus poderes Neith —escuche la voz de una mujer, voltee y era Jane— Jane ¿Qué haces aquí? y ¿De qué hablas? ¿Qué poderes?
—Los poderes que se te confinaron, el poder de la velocidad, tele transportación, sanar heridas en otras personas menos en ti, curar enfermedades e incluso terminarles, la exoneración del veneno, la capacidad de leer pensamientos, tu fuerza sobrenatural y por último tu don regresar a gato o a humano cuantas veces quieras
—Pero... yo no tengo esos poderes, ¿Cómo pretendes que realice todo eso que me acabas de decir?
—Por ese motivo estoy aquí, con la gran perla de mar de nuestro clan podre suprimir tu poder interno y regresarlo a tu cuerpo con más fuerza y todos los poderes que necesitas para tu precaución destino no cambiara, yo seguiré siendo tu guardiana y además no te dejare solo, también te estimo y eres mi mejor amigo y compañía.
—Gracias Jane, siempre has sido muy generosa conmigo y claro que sé que no me harás daño. Realiza en mi todo lo que puedas.
Saco un trozo de la gran perla y saco mi poder interno poco a poco, me sentía cada vez más débil, una vez que contuvo todo el poder dentro de esta piedra, la coloco sobre mi pecho y la perla empezó a desaparecer, su apariencia era como la de un holograma hasta que entro en mi cuerpo, sentía como mi corazón latía de manera que sentía que se saldría, salió un aura de mí y después de ello me sentía con más energía, pero no diferente.