No soy Yo

Capitulo 5

Capítulo 5

Cuando la vida nos arrebata algo o alguien que amamos nos planteamos muchas cosas, en el lecho de muerte dicen que se encuentra la sabiduría, es ahí donde nos preguntamos ¿De dónde venimos? ¿A dónde vamos? ¿Por qué tuvo que irse?, el momento en que sentí la piel fría de Lucas una nube negra invadió mis emociones, todo se tornó en un enorme sin sentido.
 Los primeros meses me preguntaba, ¿Qué hubiese sido si tomábamos otro camino?, miles de otras veces me culpaba de lo sucedido sin saber por qué, simplemente me culpaba. Soñé noches enteras con encontrar a la persona que había causado la ida sin retorno del hombre que había elegido para mi vida, aun siendo tan jóvenes nuestro amor era tan profundo y tan grande que solo pocos afortunados podrían entender lo que digo.

Desde la perdida de Lucas, no dejaba de preguntarme no solo eso, si no como hubiese sido todo si él estuviera acá, si aquel hombre no hubiese arrebatado su vida en aquel accidente que ocasiono solo por venganza.

Y desde ese día, el último que vi a Lucas, aquel que su piel enfrío la mía con solo tocarlo, ese momento en que me vi obligada a despedirme, aquel en que  la persona que todos conocían de mí se fue con él, me prometí no amar nunca más, solo viviría para hacer justicia y mantener vivo su recuerdo en mi mente.

-¿Cómo dormiste al enterarte eso?-Emily era de las personas que me conocía de manera especial, ella podía saber cómo me encontraba solo con mirarme, así como mi nana ellas solo al observarme conocían mis emociones.

-Casi no lo hice-concentré mi mirada en las hojas que había preparado la noche anterior para la clase,  debía tomar el examen que pospuse solo por la llegada de Ryan.

-¿Y cómo estás?- Preguntó ella, sentándose enfrente  dejando el escritorio de por medio, aún quedaban varios minutos para que las clases comiencen y los niños de tercero invadan el aula.

-Es extraño, el chico que tomo el caso es mi vecino-ella parpadeo sus ojos sorprendida-

-¿El señor Couling? ¿No era arquitecto?-indagó

-No, la familia Couling se mudó hace unos días, ahora tenemos un nuevo vecino y no solo eso, es Ian-creo que sus ojos casi caen sobre la mesa- volvió a su antiguo hogar- alce mis hombros restando importancia para concentrarme en terminar de acomodar mis libros y lápices sobre el gran escritorio.

-¿Ian?, o sea Ian de ¿Ian?- Asentí

-Sí, Ian, Emily- Terminé de acomodar todo y la miré, sin duda estaba sorprendida.

-Wow, no puedo creerlo, años hace que no lo vemos- Asentí nuevamente- recuerdo cuando estabas enamorada de él- Una carcajada de su parte sonó por todo el salón de clase.

-Sí, muy graciosa querida amiga- Rodee los ojos- éramos todos muy pequeños 

- De no haber sido porque se fue no dudo que hoy estarían juntos- La miré sin emoción alguna.

Ian había sido esa clase de “amor de la infancia”.


 Mis padres meses después de casarse decidieron mudarse a nuestro actual barrio cuando fueron recibidos por una feliz pareja que, como ellos, hacía poco se habían casado. Con el tiempo formaron una gran amistad entre los cuatro, así fue como Ian y yo crecimos, técnicamente, juntos.
Su hermano Alex, Emily, Ian y yo éramos una gran pandilla, pasábamos tardes enteras jugando y compartiendo lindos momentos.
Hasta que ellos un día, por asuntos de trabajo de sus padres, tuvieron que mudarse a otro país.

Con Ian teníamos una linda relación, mantuvimos el contacto varios meses después de habernos despedido pero luego robaron mi celular y con él su número, simplemente perdimos el contacto. Y eso dolió, porque aunque nunca llegue a decirle, por las típicas inseguridades adolescentes, estaba muy enamorada de él.
Intente buscarlo por redes sociales pero nunca lo encontré, simplemente se había esfumado de la tierra y mis sentimientos fueron enterrados. Unos años después conocí a Lucas y simplemente mi corazón volvió a sentir, volvió a enamorarse, olvido las ilusiones para entregarse de lleno a vivir un amor real.

-Lo lamento, quise decir…-dijo Emily

-Nada amiga, comprendo lo que  intentabas decir, no me pidas perdón- ella asintió y el timbre toco para luego dar paso a la entrada de mis alumnos de tercer año.
Emily se despidió de mí diciendo que luego seguiríamos la charla.

 

-Como saben debían estudiar para hoy- dije mientras dejaba mi silla para comenzar la clase. Al decir eso, las caras de los estudiantes se iban transformando. Había muchos muy seguros y sonrientes, otros repasando apuntes, otros con nervios y así muchos más. Recorrí con mi mirada la clase y pude ver a Ryan sentado atrás, solo acompañado por su mirada triste al igual que el otro día, había algo en él que simplemente tocaba mi corazón.

Tomé lista pero al llegar el nombre de Ryan algo llamo mi atención,

su apellido. Sin duda había escuchado o leído ese apellido antes. Mis ojos se abrieron como platos al recordar de donde podía venir ese apellido. ¿Sería su hijo?, negué con mi cabeza, los cálculos en mi mente no entraran para que se tratara de su hijo, Ryan tendría unos doce o trece años, pero tampoco recuerdo a otro hermano de Ian.




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