No te enamores de Alicia.

Capitulo 8

Mi ojo dolía, mi camiseta estaba manchada un poco con sangre por que la herida no cerraba aún, me estaba cocinando dentro del jodido auto, pero cuando la vi, con su vestido de flores, su cabello rubio suelto y esa sonrisa toda esa mierda pasó a segundo plano y ella quedó en primero, creí que estaba feliz generalmente cuando (acá no sé que quisiste decir) la está con ella Alicia se vuelve feliz, peros divisé su ojos, que se encontraban rojos e hinchados y supe que hoy no era uno de esos días y con eso mi mejora momentánea también murió y todo dolió de nuevo y la sangre volvió a manchar mi camiseta y todo el calor que estaba haciendo dentro del auto aumento. 

 

Mi sonrisa se borró cuando la de ella lo hizo, finalmente entró al auto sin mirarme a los ojos ni decir una sola palabra y eso me preocupó, porque para que Alicia no me moleste a pesar de su bajón emocional significa que estaba muy jodida, pero como yo era un completo imbécil hice la peor pregunta de todas: — ¿Tomaste tu medicamento hoy? 

 

El nerviosismo se hizo visible en el temblor de mis manos sobre el volante a la espera de una respuesta de ella que no fuera "Vete a la mierda Caden" en cambio una risa llena de sarcasmo brotó de su garganta y sabía que vendría algo mucho peor que un vete a la mierda. 

 

— ¿Y acaso tú bebiste las tuyas?  —cuestionó, dándome la cara con una sonrisa cínica entre sus labios, cuando estaba apunto de protestar ella me interrumpió —. Por supuesto que no, ni siquiera has ido al psicólogo en un mes ¡Un maldito mes, Caden!

 

Ella lo sabía y eso me lleno de temor, estaba consciente que en algún momento Alicia se toparía con Jazmin y le preguntaría como iba mi terapia y ella le diría que no volví, porque me canse de tanto parloteo, porque me cansé de esas horribles pastillas, porque la realidad era que nada de eso me ayudaba y solo la seguía visitando por Alicia para que ella también lo siguiera intentando. 

 

—Te lo iba a decir pero... 

 

Mi palabras quedaron en el aire cuando sentí un golpe sobre mi pecho por su parte, finalmente me atreví a levantar la cabeza encontrándome a una Alicia llena de furia pero sobre todo llena de miedo porque ella no quería que me pasara algo por más que me gritaba frente a todos que sí, no pude seguir hablando y la jale hacia a mi, ella pataleo insultando  y golpeando pero no solté mi agarre. 

 

— ¿Por qué lo haces? —cuestionó soltando un sollozo —. ¿Acaso quieres terminar como ella?, ¿Quieres que te visite todos los domingos y vea como te llenan de sedantes?, ¿Eso quieres Caden?, ¿Quieres que me termine de romper?

 

Yo, era un completo imbécil y por más que amaba con mi maldita alma a Alicia ahí estaba, haciéndole daño, porque sé que ella si estaba cumpliendo, ella si tomaba su medicamento y visitaba a Jazmin con regularidad para lidiar con su ansiedad y bulimia, para no terminar desquiciada  como su madre, encerrada en cuatro paredes.

 

El maldito problema y el único inpediemento era yo, y no necesitaba que alguien me lo recordará el único que jodía su mundo y jodía a lo que más amaba siempre era yo. Yo, soy el causante de que Alicia no pueda avanzar, pero mi egoísmo es tan grande que me negaba a alejarme de ella y me negaba a mejorar, me negaba a que saliera del oscuro  agujero donde estábamos. 

 

—Lo lamento —susurre levantando su barbilla con delicadeza para que pudiera mirarme directo a los ojos para que comprendiera que lo decía con total sinceridad, con mi otra mano limpie sus lágrimas, me rompía el corazón verla así precisamente por mi, ella no merecía sufrir por mi, pero ahí estaba llorando por miedo a lo que me pasaría. 

 

En un ataque de impulso baje mi vista hasta sus pequeños y rosados labios que se encontraban entre abiertos y ella vibró cuando se dio cuenta de mi acción, quería besarla, aunque besarla era una de las muchas cosas que quería hacer con Alicia y que estaba más que seguro que no podría por más que ella no pueda vivir sin mi, porque Alicia veía al mundo de forma diferente y sabia que en su mundo el deseo sexual era nulo, pero yo la quería más allá de eso y podía soportarlo, aunque había momentos en los que era difícil como en esto que me moría de ganas por besarla. 

 

—Caden —Llamo ella y me tuve que obligar para levantar mi vista hasta dar con sus dorados ojos que brillaban por el llanto  —Vamos a casa para que Lorena pueda curarte —me informó subiendo sus manos hasta enredarlos en mi nuca haciendo que me estremeciera y los latidos de mi corazón aumentará de una forma peligrosa —Pero antes, bésame. 

 

Quedé estático, porque de las miles de cosas que podría juraría que diría Alicia esa jamás había hubiera sido, Alicia, la misma Alicia que conocía desde los ocho y odiaba el contacto humano y que además aborrecía todos los aspectos sexual, esa me estaba pidiendo un beso precisamente a mi, a la persona que más odiaba. 




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