Capitulo 9

Nuevo mensaje

Ancestro: ¿si vendrás?

Lila: no, lo siento el trabajo me tiene atrapada

Ancestro: está bien, avísame cuando llegues a casa

Layla esta terminando de revisar sus últimos documentos cuando recibió los mensajes de Enzo, para él es fácil, su trabajo le da tiempo, pero el de ella es de lunes a viernes.

Ya habían pasado más de dos fines de semana que tomaba sus sábados para trabajar con Vera y esta vez sin incidentes, ya había pagado por un reloj con grabado en la tapa y espera sorprenderlo.

Tomo sus cosas rápidamente despidiéndose de su jefe, segura de que llegaría después de la presentación del grupo de Enzo.

En el trabajo le pidieron hacer un par de clases de las cuales no se podía deshacer, son clases pagas así que ella solo necesita de tiempo libre y se sorprendió de que fueran clases de defensa personal, emocionada comenzó a ir por las tardes, ya que su trabajo estaba siendo más ligero.

Con entrada en mano corrió hasta la entrada del evento solo guiándose por el mapa y mar de personas que le indican amablemente donde debía ir, lo que no espera es la escena.

—no.me.jodas. —murmuro para si en su idioma natal

A unos metros de distancia se encuentra Enzo tomando de la cintura a una mujer, Layla podía soportar bajar la cabeza en su trabajo nocturno solo por la paga, pero esa no era la naturaleza de una mujer que venía de américa latina.

Mientras más caminaba más se debatía en como agarrar a golpes a Enzo. Él se movió quedando de espaldas y solo la mujer con la piel visiblemente más arrugada mantenía una gran sonrisa.

—hola, ¿también quieres una foto con mi novio? —pregunto la mujer que claramente podía ser contemporánea con Enzo, este se giró para mirar borrándose la sonrisa que tenía en los labios en cuestión de segundos.

—¿en serio es tu novio? —pregunto con fingida inocencia Layla tratando de tragar el nudo que crecía en su garganta.

—sí, dos años cuidando de este guapo hombre —Layla mantuvo una sonrisa a pesar de que sus ojos se mantenían mirando a Enzo quien ya le corría una gota de sudor por el costado del rostro.

—felicidades —una corta risa se le escapó de los labios, mientras veía a Enzo mirar el corte bajo su ojo.

—¿Por qué sudas tanto cariño? —la mujer amablemente le limpiaba el sudor que corría a los costados de la frente.

—es que... tengo calor ¿me buscarías una botella de agua? —la mujer le dio un último beso en la boca antes de alejarse.

Layla mordió su propio labio intentando contener el enojo creciendo y burbujeando esperando salir.

—¿novia? —fue todo lo que salió de su boca y Enzo soltó un suspiro de frustración.

—Layla… yo

—¿pensabas decírmelo alguna vez? O ¿esperabas aburrirte de cogerme? —las cejas de Enzo se fruncieron ante las duras palabras.

Layla esperaba que algún día Enzo dijera las palabras que ella misma le sugirió decir pues por sus culturas no sabía qué relación tenian, pero ahora queda claro que es ella para él.

—Layla…

—trabaje duro todo el tiempo y veo que no tuviste los suficientes huevos para decirme que no querías nada serio conmigo, ¿tanto te costaba decírmelo? —apretando los puños hasta volver los nudillos blandos calmo su ira creciente solo un poco.

Siempre estuvo clara que tal vez la decisión que el tomara ella al menos podría guardar su corazón lo suficiente para ella misma alejarse, pero lo entrego todo y ahora este esta rompiéndose.

—pues sí, creí que quedaba claro que esto solo era diversión, lo siento —las palabras se las llevo el mismo viento que barrio con las migajas del corazón de Layla.

—¿pasa algo? —la mujer volvió con la botella de agua y Layla solo la miro un momento y volvió a sonreír.

—no, nada, solo… me voy a despedir, feliz tarde —hizo una corta reverencia y giro sobre sus talones caminando hasta perderse de la vista de Enzo al cruzar un pasillo donde sus piernas cedieron dejándola arrodillada, su corazón comenzó a pesarle más de lo debido y las lágrimas salieron sin control dificultando su visión.

—oye, ¿estás bien? —una voz femenina se escuchó a su lado y solo entonces comprendió que no solo sus lágrimas estan saliendo, su respiración le volvió irregular.