—no es necesario —Layla miro con horror la tienda.
—oh vamos, con lo que ganas puedes permitírtelo ¿verdad? —Vera busco apoyo en Cecilia y esta termino por empujarla dentro de la tienda.
Apenas entrar Layla fijo sus ojos en toda la ropa y diseños, pero también miro con precaución las etiquetas intentando no reaccionar a la cantidad de precios caros.
—en mi vida me he permitido algo como esto —murmuro avergonzada.
—pero puedes —Layla recordó las palabras del asistente de Claus, y ella definitivamente no podría pagar por algo así.
—no sabes que tengo que enviarle dinero a mi familia ¿verdad? —ambas mujeres miraron incrédula a la chica.
—Layla por lo menos uno, lo que sea, lo que mueva ese corazón de pollo —Vera dramatizo, comenzaron a caminar y tomar ropa yéndose a los probadores, cada una entro a un cuarto de cambio y salieron al mismo tiempo riéndose por la ropa.
Layla no le convencían la mayoría de los vestidos que usaba, cuando fueron por la segunda ronda Layla se sintió observada por el resto de mujeres allí, y no solo ellas.
Ignorando ese echo tomo un par de prendas más y corrió con sus amigas.
—listas… ya —grito Vera y las tres salieron sorprendiéndose entre ellas por como lucían con los vestidos.
—wow! Debes comprarlo —Layla miro su vestido de verano, era un corsé floreado con falda azul claro a mitad de los muslos y mangas del mismo color, las mismas caían de sus hombros por la gravedad.
—me gusto porque no es un corsé real, tiene cierre —señalo a su costado mientras caminaba hasta estar frente al espejo y solo así comprendió como le quedaba en realidad el vestido.
Definía su cintura haciéndola ver con más caderas de las que tenía, además de ocultar la pequeña barriga, solo entonces comprendió que no estaba del todo mal, Enzo Venturi había tenido todo eso y lo había dejado ir.
—dime que no piensas en él —Vera la regaño al ver como su expresión cambiaba a una triste.
—es un prostituto, y siempre lo será, pero no volveré a caer en sus encantos —Cecilia se rio demasiado fuerte ganando que todos las miraran.
Layla se rio levemente acomodando su cabello al frente, dándose cuenta que tal vez necesitaba cuidarse más a si misma que para ser vista solo por un hombre.
—debo enamorarme más de mí, supongo —murmuro viendo como su rostro sin sus lentes lucia mucho más pálido.
—que dices?
—que necesito un cursito intensivo de maquillaje —Layla se apretó y estiro sus mejillas mientras Vera sacaba su celular y tomaba un par de fotos.
Layla no pudo evitar subir una historia con ese vestido y con algunos otros.
—¿dime que te lo llevaras? —El agobio se filtró en el tono de voz de Vera ganándose un suspiro por parte de su amiga.
—necesitas unos tacones —Layla levanto una ceja incrédula por lo dicho por Cecilia.
—hasta allí arruinaste mi visión de este vestido con converse —Vera se rio y negó varias veces.
—si te convenzo de usar al menos sandalias? —Layla miro a su amiga quien tenía una mirada de que no se rendiría fácilmente.
—podría ser. —Layla no es fan de las sandalias y menos si tienen el mínimo de alto.
—¿no usas tacones? —Layla negó levemente frunciendo los labios en una línea recta. Vivió toda su vida rodeada de personas más bajitas que ella, incluyendo su madre.
—no son mi mejor amigo, pero tampoco mi enemigo —la chica solo asintió en compresión.
Cuando se dirigieron animadamente hasta la caja para pagar su vista se desvió a una estantería, una chaqueta de cuero llamo su atención y un hombre llego a su espalda logrando asustarla.
—veo que tiene un buen ojo —la mujer miro sorprendida al hombre abrazando las prendas como un reflejo. —lo siento si la asuste querida, soy el encargado de la tienda, ¿me permite? —el hombre sonrió con amabilidad logrando que Layla le entregara la ropa e incluso tomo la chaqueta que ella había mirado.
—esto también ¿no? —la chica solo asintió y el hombre le hizo una seña haciendo que Layla lo siguiera, una vez en la caja el mismo hombre comenzó a facturar las prendas.
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Editado: 20.08.2024