—¿Qué ella que? —Stefan no solo estaba sorprendido, sino que indignado.
Había dejado que Layla pensara y tal vez eso la ayudaría, no la dejo del todo sola, había dejado que Kay la siguiera a su ritmo, después de todo Layla le conto todo, no quería hacerlo, pero había dado su palabra.
—imbécil… —gruño Stefan, pero los hombres a su alrededor comenzaron a marchar a la salida, los ojos de Claus se posaron en el perro que paso a su lado detrás de los guardias.
Claus se sorprendió que los hombres se movilizaran sin las palabras de Stefan.
—tengo su suéter! —grito uno desde las escaleras corriendo a la salida.
—ya le avisé al sheriff, comenzaran la búsqueda enseguida. —hablo Frey dejando a su jefe quien está a nada de echar humo por las orejas.
—bien… y por tu bien que ella salga ilesa del bosque —señalo acusatoriamente a Claus.
—¿me estas culpando? ¡¿Tu que le hiciste!? —cuando Claus se le acerco, Gabrielle se puso en medio.
—calmémonos un poco… —Stefan no se habia ni inmutado, pero si seguía enojado.
—¿Por qué Layla correría? —pregunto con calma Gabrielle mirando a Stefan quien camino por la habitación tomando la botella de wisky.
—y porque dijo que su nombre es Elizabeth? —el silencio en la habitación fue mucho mayor que la pesadez que comenzaba a sentirse.
—unos mercenarios contratados por tu… querida Clarissa la perseguían —tomo un trago largo intentando calmarse, viendo la expresión de su ex mejor amigo decaer. —el auto choco contra un árbol y Dominico murió —la pausa hizo que Claus se sentara.
—¿Qué le paso a Layla? —pregunto Gabrielle viendo que su mejor amigo no iba a preguntar más.
—el auto exploto, el lobo que vieron es Kay, es de la reserva, salvo a Layla del fuego hasta que llegó la ambulancia —una maldición salio de la boca de Gabrielle. —el impacto fue fuerte, estuvo en coma durante unas semanas y cuando despertó no recordaba nada
—¿Qué?
—todo un año o dos… perdidos, y cada vez que intenta recordar su mente hace que colapse y regrese al mismo estado —ambos hombres miraron a Stefan quien parecía tranquilo.
—porque no me dijiste eso cuando estuve aquí —Gabrielle se sentía dolido, si hubiera sabido que Layla estaba en ese estado se hubiera quedado.
—no lo ves… no le convenía… —Claus se levantó dispuesto a golpear a Stefan, pero incluso Mateo quien acababa de llegar y escucho lo más importante detuvo del brazo a su jefe. —solo querías que buscara a Clara.
—sip, se lo debes, no solo a ella, a la viuda de ese pobre hombre y al resto de inocentes… —lo acuso con el dedo acercándose peligrosamente a Claus, la diferencia de alturas es mínima, pues Claus es media cabeza más alta. —yo al menos asumo mis errores.
—vamos, Claus, Stefan… cálmense… vamos a buscar a Layla —hablo con calma Gabrielle quien mantenía un brazo en medio de ambos.
—yo tengo algo que hacer… Frey se encargara de Elizabeth —estas palabras enojaron aún más a Claus.
—ella no está sola, Kay jamás la ha dejado sola y no lo hará ahora —les recordó Stefan mientras se iba.
—vayamos a unirnos a la búsqueda —hablo con calma Mateo llamando la atención de Claus quien asintió.
Salieron a prisa de la casa subiendo todos al mismo auto.
Cuando llegaron al lugar donde habían visto a Layla la cantidad de patrullas y perros rastreadores entrando y revisando los alrededores lo sorprendió. Al bajar del auto encontraron a Frey quien tenía un radio en la mano.
—señor! Rea encontró algo —al escuchar eso Claus se acercó a Frey viendo que este se ajustaba los lentes.
—¿Qué encontraron? —pregunto apresurado Frey.
—será mejor que venga —hablo el hombre que por el tono Frey esperaba que no encontraran el cuerpo sin vida de Layla.
El Sheriff apenas lo vio le había indicado que hacia donde había ido Layla se encontraban varios osos salvajes.
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Editado: 20.08.2024