El video se repetía en bucle mientras dejaba otra botella vacía sobre la mesa.
—salud por ti. —dijo bebiendo el último trago de la botella para luego dejarla allí junto a las demás.
No sabía ya cuántas veces en la oscuridad de la habitación había mirado ese video.
—señor… —la voz baja de Mateo se dejó escuchar, ganando un gruñido por parte de Claus.
—¿ahora qué? ¿no puedes manejar una empresa sin molestarme? —Mateo no le sorprendía la actitud de su jefe, pero sabía que eso pasaría, soltando un suspiro prendió una lámpara sin temor del regaño por parte de Claus.
—debo hablarle de un pequeño asunto —Claus volvió a gruñir en la oscuridad. —Sobre la señorita Ortiz. —eso fue todo lo que necesito para que el video dejara de sonar de fondo.
—¿Qué sucede? —Mateo aclaro su garganta acercándose a su jefe dejándole una carpeta él hombre sin ánimos miro a Mateo con incredulidad.
—hable con Frey Lonescu —eso lo hizo reaccionar a un más. —cuando Layla estuvo allá y volvió a tomar el control de su celular, al igual que cuando estuvo aquí recibía correos electrónicos anónimos —el ceño de Claus se frunció, la borrachera comenzó a desvanecerse.
—¿Qué correos? —Mateo miro la carpeta y Claus de mala gana lo volvió a abrir la carpeta y mirar la cantidad de fotos de él con Clarissa. —esto…
—Layla ya los había visto —La cara de Claus palideció. —lo supo todo el tiempo, pero prefirió averiguar quién estaba detrás de esto, quería salvarlo a pesar de que usted no correspondiera del todo sus sentimientos. —Claus cerro la carpeta de nuevo sin querer mirar a la cara a su asistente, ahora entendía mejor la actitud de Layla todo ese tiempo.
—¿sabes quién fue? —Mateo dudo en asentir.
—eso creía, pero hable con Emilia y ella solo se acredito tres de esos correos —Claus de nuevo se veía confundido y enojado. —por lo que D’Luca dijo que hablara con Lonescu sobre ello y…
—te dijo sobre los demás mensajes —soltó un suspiro peinando su cabello hacia atrás. —¿entonces quién es?
—es un gran hacker, pero no uno de los mejores —La ceja de Claus se elevó. —el Señor Vasile dijo que le diera unos días para encontrarlo. —ahora esto si le parecía aún más extraño al hombre, una pisca de celos se sembró en su corazón.
—¿Por qué ayudaría? —la respuesta que se formaba en su mente no le estaba gustando, pero había visto como reacciono cuando supo de la desaparición y como a pesar de los años, la preocupación se filtraba por el rostro de Stefan.
—no lo sé, tal vez le tiene demasiado cariño a Layla —Mateo tambien había sido testigo de lo sucedido con Layla y como la decisión de salir de la ciudad había sido por Niccolo.
En eso Claus y Stefan se parecían, jamás obligarían a alguien a estar con ellos sin su consentimiento, sin trampas, ya habían experimentado el karma y aprendido de él.
—no me quedare de brazos cruzado —Claus se levanto de golpe pero se volvio a sentar, el beber sentado le estaba pasando factura.
Mateo a su lado lo ayudo de nuevo junto a otro de sus hombres.
—¡jefe! —grito uno de los guardias más jóvenes y con lentes redondos viendo la escena un poco asustado, los cuatro pares de ojos lo miraban atentos pero los de su jefe estaban mostrándole una mirada asesina.
—¿Qué pasa? —el chico asustado dudo un momento mirando la tableta y luego a Mateo.
—emm… llego otro mensaje —el chico le mostro la tableta, Mateo la tomo sorprendiéndose, la cuenta de correo había cambiado pero el mensaje es claro.
—llama a Stefan… cazaremos a esos malditos. —el rencor en Claus es evidente, dejo que sus dos hombres lo llevaran escaleras arriba mientras el chico de lentes dejaba escapar una larga respiración, jamás había visto a su jefe en persona y ahora que le había visto en su peor momento, incluso así el miedo que lograba infundir era grande.
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Editado: 20.08.2024