Nico no pudo seguir ocultándole el hecho de que siempre que Layla estaba dormida revisaba el correo para ver si ese acosador seguía escribiéndole, pero este no había vuelto a escribirle, aunque ahora la línea la cruzo.
—bueno, eso es todo —el policía solo suspiro cerrando un gran libro.
—¿entonces no harán nada? —Nico lucia ofendido mirando al agente, Layla a su lado solo sonrió lista para levantarse e irse a casa.
Los habían mandado a llamar directamente a la oficina para formalizar la denuncia, pero Nico se veía molesto.
—Cariño, no sabemos quién es y sin más información nadie puede hacer nada —trato de sonar calmada, pero estaba lejos de ello.
Nico solo se dejó llevar por Layla hasta afuera.
—no es justo esto. —molesto estaba rodeando al auto, Layla se mantuvo callada pues el silencio de la calle era mucho peor.
—señorita Salvatore —Layla se quedó fría al escuchar ese apellido sin querer mirar hacia atrás, Nico escucho tambien y miro al hombre saliendo de la estación con un celular en su mano y una placa colgando en su pecho, un detective.
—¿necesita algo oficial? —pregunto Nico sin saber si moverse o no, igual que Layla.
—bueno, en realidad yo no —Layla tomo el celular y escucho al otro lado una voz que no pensaba escuchar en mucho tiempo.
—Eli, querida ¿Cómo estás? —frunció el ceño ante el tono alegre y sarcástico de Stefan.
—no muy bien, alguien dejo un pequeño regalo en mi casa —respondió igual de alegre, la risa profunda de Stefan se escuchó del otro lado.
—bueno, pensé que querías que me encargara de ello —Layla frunció el ceño.
—¿de qué hablas?
—le dimos la información a Nico de quien era la persona que te acosaba… pensé que nos llamarías —Layla se giró a mirar a Nico con enojo y confusión.
—él no me ha dicho nada —escucho una queja de burla del otro lado de la línea.
Nico solo podía entrar al auto lentamente sabiendo lo que se le venía.
—pues, tengo a un muy molesto Claus llamándome cada cuanto porque no quiere hacer algo sin tu consentimiento —eso le pareció aún más extraño.
¿Claus tambien sabe?
—¿Cómo es que…
—tu nombre es como una luz que está en nuestro radar, solo por diversión —Layla puso los ojos en blanco, solo una diversión, eso ni él se lo creía, sonrió casi de manera inconsciente, Stefan tenía una manera única de mostrar cariño.
—entonces… ustedes… voluntariamente harán algo al respecto? —pregunto tan bajo que temió que el acosador estuviera escuchando, incluso el detective miro a ambos lados de la calle por inercia.
—me agradas Layla, ahora, ¿Qué harás? —la voz de Stefan ahora no parecía juguetona, su tono serio la paralizo incluso a distancia, llevo una mano a su vientre apenas visible.
—tengo una larga conversación con mi futuro marido —se escuchó una risa al otro lado de la línea y esta se cortó. —le entrego el celular al hombre que se había puesto a fumar sentándose en una mano que estaba allí. —muchas gracias —subió al auto y este comenzó a avanzar lentamente por la calle.
El silencio se prolongó mientras iban por la avenida, apenas se detuvo el auto en el semáforo en rojo Layla miro justo cuando Nico tambien lo hizo, lucia esa mirada de cachorro arrepentido.
—Li…
—me puedes explicar porque Stefan Vasile me llama desde el número de celular de un detective que a saber qué COÑO TIENE QUE VER, porque usted señor no me había dicho que Claus Makris te entrego un documento donde dice quién es la persona que me acosa? —Nico no había visto a una mujer tan calmada y tan enojada como ahora.
Trago duro antes de responder.
—yo… realmente no quiero…
—mira si esto es por algo sobre quien es más alfa heterosexual espero se te pase, porque no es solo mi vida la que está en riesgo aquí —Layla coloco su mano sobre su abdomen y Nico no pudo evitar tambien mirar esa mano.
—amor lo… lo siento… debí haberte dicho, pero… no quiero que te alteres —coloco la mano sobre la barriga de Layla, esta solo tomo la mano acariciándola.
Ya había pasado por mucho no necesitaba más por hoy.
—bueno… ¿Dónde están los papeles? —pregunto haciendo puchero.
—en la guantera —Layla abrió el compartimento frente a su asiento abriendo el sobre solo para ver de lleno la foto grande la persona que le había estado escribiendo, no podía creerlo, miro a Nico y luego la hoja frente a ella, para Layla era fácil recordar rostros, pero este, este no lo dejaría pasar.
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Editado: 20.08.2024