—¿y nadie piensa saludarme? —ambas niñas se giraron a mirar al hombre rubio en la puerta, quien se arodillo cuando las niñas comenzaron a correr hacia él.
—Tio!! —gritaron al unisono las niñas abrazando del cuello al hombre que las cargo al instante.
—Dioses ¡que grandes están! —Gabrielle llego hasta el resto de los integrantes de la casa bajando a las niñas con cuidado. —¿me extrañaron?
—¡si!, ¡mami me va a dar dos hermanitos! —Gabrielle miro sorprendido a Claus y luego a Layla.
—¡sorpresa! —dijo sin mucho animo Layla con las manos en su barriga.
—¿no iban a decirme? —Gabrielle lucia enfadado e indignado. —estuve preguntándote durante todo el vuelo por el embarazo y dijiste que todo estaba bien. —se cruzo de brazos.
—bueno era una sorpresa —se defendió Claus a lo que las niñas se rieron, ambos hombres se abrazaron dándose palmadas fuertes en la espalda.
—felicidades, seras papá de nuevo —Gabrielle no desacredito el nacimiento de Davida, no estuvo cuando nacio, pero vio el video y tuvo que ir a la ciudad para ver a la niña con sus propios ojos, la niña era un reflejo de arrugas rosada y con mucho cabello negro, llorando apenas Claus la cargaba.
Lo vio quitarse la camisa y colocarse como una sabana en su mecho una camisa de Layla para que la pequeña no llorara, Layla se habia quedado dormida por lo mucho que la hacia llorar Claus o Stefan.
Ahora de nuevo pasarían por lo mismo, pero por partida doble.
Vio en la mano el anillo y no pudo evitar soltar a Claus y tomar con cuidado la mano de Layla.
—noooo… ¿ya se lo pediste? —Layla se rio, Gabrielle era demasiado alegre, no tenia una mascara de seriedad como Stefan y Claus haciendo mas llevadero la conversación con los hombres.
—tenia que ver tu expresión en vivo —Gabrielle intento hacerle una llave con su brazo alrededor del cuello de Claus, alborotando los cabellos del hombre.
—mal amigo —Claus se rio con ganas quitándose fácilmente el agarre de su amigo.
—se lo dije, pero no me hizo caso —Stefan tenia una sonrisa burlona en sus labios mirando a sus amigos desde el otro lado de la mesa.
—ya lo noté —Gabrielle miro a ambos hombres y luego suspiro. Hacia mucho que no veía a ambos hombres juntos en el mismo salón.
La tensión entre ambos se habia ido, no lo podía creer, lo que una mujer una vez rompió otra lo habia arreglado.
Sonrio mirando a ambos y luego caminando hasta detrás de Layla colocando sus manos en sus hombros.
—entonces, oficialmente puedo llamarte cuñada —Layla se rio e intento levantar la cabeza para mirar a Gabrielle detrás de ella.
El hombre se habia cortado el cabello de nuevo pero la barba se la habia dejado mas espesa, le recordaba a Claus, tuvo que mandar que rebajársela un par de veces y ahora lucia apenas el inicio del crecimiento y Stefan se negaba a dejarse barba a pesar de que algunas canas se comenzaban a asomar.
Los hombres tenían edades en escalera siendo Stefan el menor con cincuenta y tres, Gabrielle con cincuenta y cuatro, y por ultimo Claus con cincuenta y cinco, este ultimo se veia mejor que antes, no sabia si tenia alguntratamiento de belleza, pero allí estaban ellos, demasiado guapos para su propia vista y ninguno se habia casado aún.
—¿aun no te casas? —prgunto de la nada irrumpiendo el hilo de pensamientos de Gabrielle.
—no funciona eso para mi.
—ustedes tres ya están mayorcitos ahora que lo pienso —medito en ello haciendo que todos se miraran con incredulidad. —no importa si es hombre o mujer, pero
—¡hey! Calmadita, cuñada, cuando lances el ramo estaremos allí —la mirada retadora que Stefan le echo a Gabrielle hizo reir a la mujer.
—oh si, voy a atraparlo —ambos chocaron puños y Layla solo miro a Claus quien comenzó a negar.
Las niñas no habían interrumpido la conversación solo mirando a los adultos hablando.
—pero… el ramo no lo atrapan las mujeres —ambos hombres miraron a Tabitha y a Davida quien asintió con seguridad, habían visto varios videos en su hora de internet sobre bodas, estaban seguras que ellas serian las niñas de las flores y entregarían los anillos.
—tu tio Gabrielle usara un lindo vestido —Claus se rio bajito intento distraerse cargando a las niñas y llevándoselas.
—vamos a nadar un rato. —las niñas gritaron de felicidad.
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Editado: 20.08.2024