Narra Amélie
Apenas llego a la escuela, me encuentro con Jade y Beatrice manteniendo una conversación muy amena en el pasillo principal, ellas desvían la mirada hacia mí y me saludan, yo igual.
— ¿Así que ya tienen planeada su próxima broma a la nerd? — mete el tema Beatrice, con una sonrisa emocionada. Ella casi nunca participaba en nuestros juegos, pero siempre se mantenía atenta para que llegado el momento pudiera presenciar cada detalle y estallar de risa.
— Ay, no seas mala, Bea, la pobre apenas acaba de llegar después de largos días reposada en casa, y tú ya quieres verla padecer de nuevo. — responde burlona Jade, llevándose una galleta a la boca.
Yo solo me río.
— No te hagas Jade, que se muy bien que las dos se mueren de ganas, con eso de que estos días han estado muy aburridos sin ella.
— Bea tiene razón — estuve de acuerdo — Pero la verdad es que todavía no he logrado pensar en nada que supere la anterior broma — vuelvo a reír con fuerza llevándome una mano a la boca, las dos me copian.
— Por qué será — comenta Jade, pícara, a la vez que entrecerraba los ojos.
Me sonrojo, ¿ME SONROJO?
— ¿Me estoy perdiendo de algo? — cuestiona Bea, curiosa.
Abro la boca para negar, mas me interrumpe la pelinegra.
— Pues aquí — me pone una mano una mano en el hombro — Nuestra querida Amélie, está coladita por el nuevo nerd.
Ruedo los ojos al instante, solo me atraía.
— Ah, pues si eso ya lo sabía.
Es cierto, se lo confesé hace unos días.
— Y aunque no nos lo hubieras dicho, ya lo habría deducido por la forma en que lo miras. — Frunzo el ceño, ¿tan obvia era?
— ¿C-cómo se supone que lo veo? — Según yo como a cualquier otra persona.
— Pues con ojitos de amor — me sonríe — mira, está allá — señala con la cabeza al segundo pasillo más cercano, y efectivamente lo admiro, conversando con el idiota. Notaba cómo se le marcaban arruguitas en las esquinas de sus ojos cuando sonreía, y la forma en que sus rizos se balanceaban, al moverse.
— Confirmo — habla Jade y salgo de mi repentino trance.
Ruedo los ojos, no me di cuenta de que se me había escapado una sonrisa — Idiotas — les suelto a las fastidiosas.
— ¡Por poco lo olvido! — exclama Jade, cambiando de tema — Tienes que contarme qué te respondió el nerd a lo de tu propuesta de ayer.
— ¿Qué propuesta? — inquiere Bea.
Suelto un gruñido y le respondo — Pues que ayer le ofrecí ayudarme a estudiar Física para no reprobar este año, y el muy idiota me mandó por un tubo, y eso que le dije que le haría cualquier favor.
— Ay, amiga, créeme que ese cerebrito se lo pierde — me agarra del hombro Bea.
— Seguro sabe que no podría aguantar tanto tiempo a tu lado, sin mearse en los pantalones de los nervios por tenerte tan cerca. — justifica Jade.
Me río, sí, seguro sería eso.
— Bueno ya, dejemos de hablar de él y mejor propongan ideas para darle la bienvenida a la estúpida esa.
Pero no pudimos seguir charlando porque nos interrumpe el sonido de la campana. Reniego, ni modo, ya será después.
Me estaba dirigiendo a mi aula, donde tendría Historia, lastimosamente esa clase no la llevaba ni con Jade ni con Bea, así que me toca ir sola. En eso me topo con Teresa, agachada recogiendo un libro que se le había caído. Sonrío antes de caminar sobre él, pisándolo.
Ella solo me observa desde abajo, seria, notaba el rencor en sus ojos.
— ¿Lista para volver a clases, nerd? — pregunto.
La de rulos solo me ignora, levantándose rápido y entrando al aula en el que compartiríamos clases, cabizbaja. Es tan sumisa, pensé.
— ¿Me vas a dejar pasar? — inquirió una voz, que al instante reconocí como el idiota supremo, Logan. Estaba detrás de mí, no me di cuenta de que estaba obstruyendo la puerta.
— A ti no — sonrío burlona, quedándome ahí quieta, de brazos cruzados.
— Niña inmadura — musita, bufando.
— Imbécil
— Presumida
— Pelo de escoba
— Cara de…
— ¡Ya cállense! — oh, se mete Ricitos interponiéndose entre los dos, harto.
Le sonrío de lado al anteriormente mencionado, antes de decirle lo último al idiota.
— Te puedes meter conmigo en todos los ámbitos, menos con mi físico, tarado, porque no encuentras nada. — musito arrogante y entro por fin al salón. Él soltó algo después, pero no lo alcancé a escuchar. Ja.
Antes de sentarme, percibo al idiota supremo mirando atontado a la rulitos, patético. Con el afán de molestarlo, paso al lado de ella, deteniéndome brevemente antes de ponerle un puntapié, la tonta obviamente no se da cuenta hasta que se cae de cara.
— Ay, ¡lo siento! No me fije, de verdad — me hago la víctima, haciéndole un puchero.
Ella me observa con odio, y noto las miradas fulminantes de Noah y Logan sobre mí. Logan le ofrece su mano para levantarla, y ella sorprendentemente la acepta. Me sorprende ya que a ella antes le intimidaba su presencia por alguna razón.
En eso se me ocurre una grandísima idea, sonrío interiormente, no hay mejor venganza(y más dolorosa) que hacérsela a alguien a quien esa persona quiere. Así que ya tenía un plan en mente: le diría a la rata de biblioteca que escuché a Logan apostando con un amigo para ligársela, y que solo era por eso que se le acercaba, puesto que ella nunca sería capaz de atraer a absolutamente nadie. Soy una genia.
Con una sonrisa en el rostro, me siento por fin. Ahora a esperar que esta clase aburrida acabe.
Pasaron 2 largas horas en las que aprovecho para arreglar mi maquillaje con el espejito que traía en mi bolsillo, el profesor solo había proyectado un aburrido video en toda su clase, y ahora se encontraba dormido en su asiento. Vaya trabajo, ruedo los ojos ante tal pensamiento.
Sin más preámbulos culmina oficialmente la clase, pero antes de irme aprovecho para soltarle un cumplido al precioso nerd, al pasar por su lado.
— Noah, ¿quisieras que sea tu profesora de tercero? — cuestiono coqueta.
— ¿Y yo para qué querría eso? — me devuelve la pregunta, gruñón.
— Para pasarte al cuarto — le guiño el ojo, y noto como se enrojecen sus mejillas. ¡Es tan tierno!
Rueda los ojos como siempre hace — Al único cuarto al que permitiría que me pases es al de servicio, pero para dejarte encerrada ahí y que no salgas nunca — Uy, lo del principio sonó mal pensable.
— Lo que dices no es muy amigable, ¿no te importa que muera de hambre ahí? — pestañeo seguidas veces, juguetona.
— Eso sería fantástico. — responde y escucho una risita malvada de Logan.
Okey, eso dolió. Bajo mi mirada al piso antes de alejarme sin decir ni una palabra más, pero noto como ricitos me sigue con la mirada, confundido. Literalmente acababa de desearme la muerte y esperaba que yo reaccionara tan tranquila.
— Uy, ¿Amélie y esa cara? — choca conmigo Jade, no me había dado cuenta de que andaba sin siquiera fijarme a dónde iba.
Me incorporo de inmediato, dejándome ver más segura y con mi misma expresión de siempre.
— ¿Qué cara? — cuestiono — Es solo que Historia estuvo tan aburrido que casi me quedo dormida y me pongo a babear. Casi paso la mayor vergüenza de mi vida — Me excuso riendo, nerviosa, obviamente miento.
— Bueno — me mira dudosa alargando la palabra — quería decirte que con Beatrice ya acordamos qué le haríamos ahora a la nerdita.
¡Claro! ¡Nuestra próxima broma! Por poco lo olvidaba, por quedarme pensando en lo que me había dicho Ricitos.
— ¡Genial! — exclamo sonriente — ¿Y qué se les ocurrió?
De paso aprovecharía para llevar a cabo mi plan para vengarme de Logan a través de ella, pensé.
— Meteremos un par de ratas en su mochila.
¡¿QUÉ?! Quiero decir, es increíble p-pero — titubeo antes de que se me escape una risa — ¿Cómo las vas a conseguir? Porque yo no pienso acercarme a esas cosas.
— Simple, nada más basta con ir a su casa, ahí deben encontrarse varias como es costumbre.
— Jade… — juro que estaba apunto de matarme de risa.
— Okey okey — se pone seria — ahora en serio, la verdad no estoy segura, pero Beatrice me dijo que podía conseguir a alguien que los atrape, y luego ella nos ayudaría, ya sabes que ella no es nada asquienta — razona.
— Tienes razón — asiento. — Dios, si sale bien va a ser toda una locura — le sonrío malvada.
— ¿Si sale bien qué? — ¿Ricitos? En algún momento nos había escuchado y se había acercado a nosotras, con la mandíbula ligeramente apretada. Wow.
— Me parece que eso no es di tu incumbencia, pobretucho — le responde Jade, mirándolo de arriba abajo, con desprecio.
— Jade — le regaño viéndola de reojo, estaba bien que lo apodáramos nerd, cerebrito, o lo que sea, pero sinceramente ya no me causaba gracia meternos con su estatus económico, por alguna razón.
Ella solo rueda los ojos.
— Seré pobre pero por lo menos no soy una maldita arpía y asco de persona como ustedes dos.
Mi mejor amiga estaba apunto de abalanzarse sobre él, pero interpongo mi brazo para no iniciar una pelea innecesaria.
— Encima que te defiendo me llamas así, me parece que la mala persona es otra. — observo fijamente a Noah, entrecerrando los ojos.
— Puedo defenderme perfectamente por mí mismo y, ahora me vas a decir lo que sea que estés planeando.
Suelto una carcajada automática, ¿qué tan iluso tiene que ser para creer que se lo vamos a contar, y así de sencillo? Cuando una de nuestras reglas al iniciar una broma era no comentárselo absolutamente a nadie que no vaya a estar involucrado, para no arriesgarnos a que nos delaten, o nos impidan la broma de alguna manera.
— ¿En serio crees que te lo vamos a decir, precioso? — inquiero burlona — ¿Por qué mejor no te vas con tu amigo el idiota supremo y nos dejas tranquilas?
— A quienes deberían dejar tranquilas ustedes es a Teresa, que nada les ha hecho pero por alguna razón le tienen una manía increíble, no me cabe duda que deben estar celosas de que ella tenga una de las mejores notas de toda la escuela. — nos provoca el cuatro ojos.
Jade y yo estallamos en carcajadas nuevamente. Oh, no acaba de decir eso.
— Créeme que las buenas notas me importan tanto como lo que le pase a Teresa, con eso te digo todo.
— Claro, fue por eso que me pediste que te ayudara a estudiar Física, ¿no? — cuestiona con una ceja alzada. Maldito idiota lindo.
Lamentablemente no me da tiempo de contestar ya que escucho pasos de la directora hacia nosotros.
— ¡Chicos! ¿Qué hacen aquí todavía? — nos observa con las cejas alzadas, incrédula — Su segunda clase empezó como hace cinco minutos.
Noah la observa sorprendido, al parecer él también se había olvidado, por haber estado ocupado regañándonos, ja, el karma. En cambio, a mi me daba igual perderme unos minutos de la tediosa clase de matemáticas, es más, lo agradecía.
— Perdone, directora, no me había dado cuenta, lo que pasa es que escuché a Amélie y Jade- — Oh, ¿qué crees que haces, maldito acusador?
— Discutiendo, es que esta chica de acá tomó mi brillo labial sin permiso, pero no se preocupe, ya me lo devolvió — excusó Jade inmediatamente, sacando un pintalabios de su bolsillo. Qué lista.
Noah la observaba entrecerrando sus ojos a más no poder. Reí por dentro.
Bárbara pasó la mirada por las dos, dudosa, mas luego se fue por donde vino, cuando empezamos a caminar a nuestra siguiente clase. Me percaté de que lamentablemente esta vez no me tocaba la misma que Noah, aunque si coincidía con Jade.
Entre juegos, risas y aburrimiento, se pasaron las 2 horas. Así que ahora nos encontrábamos en nuestro primer receso.
— ¿No vas a comer nada? — cuestionó Jessica cuando llegué a su mesa, sin ninguna bandeja en mano.
— No, comí mucho en el desayuno y no tengo intenciones de convertirme en una Nancy 2.0
Ella se ríe y su novio André le sigue, Jade me observaba preocupada.
— Aún así, tienes que comer algo si no quieres quedar en los huesos, mira que te puedes desmayar.
Ruedo los ojos, yo sé lo que hago y por qué.
— Después de entrenar con el equipo comeré un sándwich, prometido — levanto mi mano.
— Más te vale, o te lo meteré yo misma a trompazos.
Sí que daba miedo cuando se enojaba.
Finalizando el receso, luego de hablar sobre temas triviales, decido preguntarle a Jade:
— Oye, ¿y Beatrice dónde se metió? ¿Se acobardó de su idea? — inquirí dudosa.
— Yo tampoco lo sé, a lo mejor se fue a buscar las ratas fuera de la pocilga de Teresa — río.
— Bueno — hablé dudosa — entonces solo queda esperarla, ¿me acompañas a mi entrenamiento? — Jade no era porrista como yo, puesto que ella era algo más ruda y le parecía una tontería (aunque no es nada fácil, cabe recalcar), pero igualmente me solía acompañar para tener algo con qué entretenerse.
— Claro — responde sonriente.
— De paso, tengo unas cuantas cosas que decirle a la cuatro ojos.
— ¿Ah si? ¿Un adelanto de nuestra próxima broma?
— Algo así, pero no exactamente lo que piensas. Espérame en la cancha, ahora te alcanzo. — musito. Ella solo asiente y se va.
Con una sonrisa maliciosa, me dirijo a la biblioteca, donde sabía que siempre se encontraba la cerebrito sin amigos.
Pero lo que me encuentro no me gusta nada, Noah está sentada a su lado, charlando con ella animadamente, y ella lo observaba con un brillo en sus ojos. Oh, ilusa. Empujo la lengua contra mi mejilla.
Carraspeo cuando llego a su costado, interrumpiéndolos de su seguramente aburrida conversación.
— Teresa, querida, ¿puedo hablar contigo un par de minutos? — pregunto inocente viéndola fijamente, ignorando la presencia de Noah, sino me haría poner más furiosa el hecho de haberlos encontrado tan juntos.
Ella titubea un poco antes de ser interrumpida por el nerd — Si quieres decirle algo díselo aquí y ahora. — me fulmina. Ay, no hace falta ser tan agresivo.
Sonrío de lado — Dudo mucho que quiera que lo diga en voz alta.
— E-Está bien — me responde ahora sí la friki y hace el amago de pararse, Noah la detiene y le susurra algo al oído que no logro escuchar. Ruedo los ojos.
Por fin la nerd se levanta y me pregunta qué era lo que tanto le quería decir, una vez llegamos a una esquina de la biblioteca, que se encontraba absolutamente vacía, sin nada más que libros alrededor.
— Tienes que alejarte de Logan — expreso observándola con pena, fingida, obviamente.
La rulitos me observa confusa — Pero yo ni siquiera me acerco a él.
— Ya lo sé, pero no dejes que te hable, escucha — miro a ambos lados — lo oí hablando con Noah(la verdad no pensaba meterlo, pero de esta forma podría matar dos pájaros de un tiro, ya verán), y ellos hicieron una apuesta para ver quién se podía ligar más rápido a la nerd de la escuela. — noto sus ojos confusos cristalizarse — Ya sabes, te ven como un reto, esa es la única razón por la que se están acercando a ti, después planean romperte el corazón y humillarte frente a todos. — finjo tristeza.
Ella baja la mirada al piso, mas luego levanta su cabeza y me inquiere, doblegando la cabeza — Si eso es cierto, ¿por qué me lo estás diciendo? Estoy segura que amarías verme destrozada, porque me odias.
— El que no me agrades, no quita el hecho de que ambas somos mujeres — la observo tratando de verme empática — y no me gusta que jueguen con nosotras. — le coloco una mano en el hombro, ya luego me la lavaré.
— ¿Cómo te puedo creer?