No te niegues, aún te queda mucho por sentir.

Capítulo 7

Riiiiiiiii Riiiiiiiii Riiiiiiiii (llamada entrante a mi teléfono)

Abro mis ojos bruscamente al escuchar el sonido proveniente de mi teléfono, me froto las manos por ellos y busco con la mirada mi reloj de pared

—05:30am ¿Quién puede ser? -dije en voz alta, estirándome para alcanzar mi teléfono y claro en el intento terminé derramando el vaso con agua sobre la mesita.

—¡Dime! -contesté de mala gana sin ni siquiera ver de quién se trataba.

—¡Es hoy, es hoy! -exclama Hannah con voz chillona y entusiasmada desde el otro lado de la línea.

—Pero Hannah, ¡¿Cuál es la causa de tu llamada a está hora?! -exclamé en forma de pregunta volviendo a mi cama.

—Pero cómo que cuál, Mia hoy es nuestra graduación, ya por fin seremos psicólogas lo recuerdas ¿verdad?. -dijo con mucha ironía en sus palabras.

—Lo que no recuerdo es haberte dicho que me hicieras ésta llamada, ¿Viste la hora?

—Pues claro hay que prepararnos desde ya.

—Hannah nuestra graduación es a las ocho de la noche. -dije entre bostezos.

—Hablamos luego.. -¡No me vayas a colgar Sophia! porque si...

Colgué sin dejarla terminar de hablar uggg se vuelve irritante cuando hay algún evento que la emocione mucho.

 

**********
 


Me levanté a las ocho de la mañana me di una ducha rápida para hacer algo de desayunar, mientras miraba por mi ventana recordé que hace mucho no salgo a correr, así que me decidí a hacerlo hoy, dejé el desayuno para después y salí al parque del frente.

Riiiiiiiii Riiiiiiiii Riiiiiiiii

Me detuve cerca de un banco al sentir el sonido de mi teléfono, respiré profundo para tratar de dejar de hiperventilar, pero todo lo contrario, mi corazón se aceleró aún más al ver la pantalla de mi teléfono.

Vídeo llamada entrante: Paul

—Menudo momento para llamar. -dije en voz alta mientras intentaba arreglarme un poco, pero estaba muy sudada, mi pelo estaba pegado a mi frente y aún caían gotas de sudor por mis hombros. En fin era toda un desastre, pero debía contestar, lo echaba mucho de menos y apenas llevábamos medio mes, pero para nosotros es como si fuera más tiempo.

—Hola lucecita, ¿Por que no puedo verte?. -pregunta desde el otro lado de la pantalla, dándole uso a mi nuevo apodo, según el soy luz en su vida que casualidad luz para el y oscuridad para mí misma.

—¡Ah, lo siento! Es que estaba empañado y lo limpiaba un poco. ¿Cómo estás?. -contesté y mi voz aún se notaba acelerada.

—Estoy bien ¿Estabas corriendo?

— Sí, hace mucho no lo hacía y hoy mi cuerpo lo necesitó. -comenté mientras usaba mi mano a modo de abanico.

—Ah que bien, te llamé porque quería decirte que dentro de una hora pasaré por tu apartamento, quiero verte antes de irme a Büsingen, aún no me he ido y ya te extraño -dice mientras hace pucheros, se ve tan tierno.

—¡Oh si! Lo recuerdo hoy tienes tú reunión para decidir cuándo empiezas a dirigir los restaurantes, que bueno que pases a verme, yo también ya te echo de menos. -dije mirando a un punto fijo de la pantalla, con esperanzas de que no se notara lo ruborizada que estaban mis mejillas.

—Bueno nos vemos en un rato. -dijo guiñando uno de sus hermosos ojos y sonreí para el.

Apenas llegué a mi apartamento me duché rápidamente, faltaba medía hora para las 10:30am y Paul llegaría. Envolví mi cabello en una toalla, aún estaba muy mojado el agua del mismo corría por mis hombros.

Decidí dejar mi pijama de los Minions para cuando estuviera sola, no podía permitir que me viera así, sería muy bochornoso, nada más pensarlo hizo que me ardieran las mejillas. Es una lástima te queda muy bien, sonreí por mi auto pensamiento y decidí usar un vestido de tirantes era muy cómodo, aunque se ceñía bastante bajo los senos, haciendo que estos se vieran más voluminosos, vas a terminar matando de un infarto al chico. -Ey por favor no empieces. -dije en voz alta mirándome al espejo, cualquiera que me escuchara pensaría que estoy loca.

El vestido era color azul celeste muy claro con pequeñas florecillas de colores.

Dejé mi cabello suelto y lo peine un poco, aún estaba húmedo, decidí no ponerme maquillaje solo un labial rosa, que hacía juego con mis mejillas sonrojádas.

Paul llegó justo a las 10:30 desayunamos juntos le preparé tortitas con sirope de fresa y chocolate como bebida. 
Pasamos la mañana juntos y se marchó faltando muy poco para la una, pero antes de poner un pie en la salida, mi amiga Hannah se dió cruce con el y claro lo sometió a muchas preguntas, sobre su interés por mi y que debía cuidarme, yo estuve ruborizada a todo momento y el pobre de Paul no dejaba de mirarme y sus ojos reflejaban la palabra ayuda, que vergüenza pasé pero que podía hacer yo, es Hannah, ella es así.

Apenas entramos Hannah fue hasta la encimera y desempacó todo lo que traía.

—¿Cómo le puede caber tantas cosas a esa mochila tan pequeña? -pregunté echándole un vistazo a lo que parecían ser muchos frascos.

—Es mágica, jejeje. -dice soltando una sonora y tenebrosa carcajada, oh oh eso indica peligro, pensé para mí.

—¿Que son todos esos frasquitos?

—¡Amiga, toca relajar tensiones ! Así que ve preparando esa carita que te pondré mascarillas, debemos estar perfectas para hoy.

—Hannah por favor, eso no es neces... 
-¿Que? No digas eso lastimas mi pobre corazón. -dice llevando su mano al pecho de forma dramática.

Aqui estamos tomando el sol en la azotea a Hannah se le ocurrió que era buena idea broncearnos después de las mascarillas. Más que linda creo que terminaré con una quemadura solar, hago cada cosas por ella, aunque se que ella hace todo esto porque no me sienta mal.

—¿Ya preparaste tu discurso? -pregunté manteniendo los ojos cerrados.

—Después de tantas revisiones, sí ¿quieres que te lo lea? -dice entusiasmada.

—No gracias, es mejor que me sorprendas.




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