Han pasado varios meses, en la universidad todo va muy bien. Tony y yo seguimos siendo el mejor dúo de la clase. La semana anterior hicimos una competencia y yo perdí, esta semana debo vestir con falda; cosa que nunca me ha agradado, sin embargo es la penitencia puesta por Tony por haber perdido la apuesta. Tony me espera en la parada de buses, como voy con falda larga, él ha decidido que no iremos en motocicleta por mi comodidad, me observa acercarme con una mirada dulce y de asombro. -Eres bella mi linda amiga, un angelito con falda-. Me sonrie y yo golpeo su brazo. -Apuesta cumplida Tony, la próxima me la pagaras-. ÉL me guiña el ojo y me ayuda a subir al bus.
Durante todo este tiempo he recibido mensajes de Mario, no he aceptado ninguna invitación a salir, sin embargo nos hemos comunicado con mensajes de texto, me dice cuanto me ha extrañado y lo arrepentido que está de lo que sucedió, además que él me dará todo el tiempo posible para que yo decida si a nuestra relación le podemos dar otra oportunidad.
No he mencionado nada a Tony al respecto, pero si lo he hecho con mis amigaas, ellas están en completo desacuerdo y aseguran que él no merece ningún tipo de oportunidad de mi parte, además insisten en que le de una oportunidad a Tony, que él es el hombre de mi vida y que Dios lo ha elegido para ser mi esposo. Las palabras han sonado fuerte en mi oido y en mi corazón; quiero mucho a Tony, pero temo que la relación no funcione y que luego le haga daño a él y a nuestra amistad.
La motocicleta tuvo fallas mecánicas y hoy tuvimos que venir a la universidad en bus, Tony y yo estamos sentados en el último sillón y me ha tomado de las manos, acaricia mis dedos. - Dime porque siento, que tu eres la mujer que Dios elijió para ser mi esposa, la dueña de mi corazón y compañera de mi vida-. - No encuentro que contestar; estoy completamente sin palabras.
El bus está estacionado y espera mas pasajeros. De repente veo subir a Mario, me sonrie y saluda a ambos. Puedo ver la molestia en el rostro de Tony, pero él siempre es un hombre muy educado y le extiende la mano para devolver el saludo.
Mi corazón se agita, pero aún estoy molesta con él, Mario toma lugar a mi lado, es uno de los momentos mas incómodos que he vivido en toda mi vida. El trayecto de 45 minutos de regreso a casa se ha hecho muy largo para mí. Ambos me dirigen preguntas y trato de contestar con la misma alegria y cordialidad.
El bus ha llegado a la parada en la cual me corresponde bajar, me despido de Tony; cuando voy a despedirme de Mario, se pone de pie - Quiero acompañarte si no te molesta-. Asiento, no estoy convencida de que sea una buena idea, pero tampoco quiero parecer maleducada.
-Como has estado cariño-. Deja de decirme así Mario. -Por favor, deja de caminar tan rapido, quiero platicar contigo, tengo algunas propuestas que hacerte-. Esta bien, dí lo que tengas que decir, así puedo irme a mi casa a descansar, ha sido un día ardúo-.
-Quiero contarte que hoy inicio mis vacaciones y quiero invitarte a acompañarme a ver una casa que quiero comprar, he comprendido que debo sentar cabeza, lo que ha sucedido entre nosotros me ha hecho darme cuenta cuanto te extraño y cuanto deseo una familia contigo-. -Por favor Mario, no es un tema del cual quiero conversar-. Aydee, nos conocemos desde hace mucho tiempo, nuestras familias se aprecian mucho y tu y yo nos amamos; sé que he cometido errores, pero puedo enmendarlos, dejame hacerlo-.