➴ CAPITULO 1

Alira

Me encontraba sentada en un sillón de mi bella casa, aproveche la ausencia de mi madre para dedicarme a escuchar los antiguos discos mientras que dibujaba el rostro del hombre más noble, bueno y maravilloso que he conocido, que me había ayudado a superar mis miedos y dejo este mundo hace apenas una semana.

Para ser sincera no es nada fácil levantarme y no verlo en su estudio de música tocando antiguas canciones o tal vez en el patio trasero leyendo uno de sus millones de libros favoritos doceava vez o por las tardes cuando nos dedicábamos a hacer un "pequeño debate" sobre libros , música o por cómo me estaba hiendo en Perú, el lugar de nacimiento de mi madre y el mío, Quizás en las noches cuando cenábamos y me relataba una de sus hazañas en su vida como ex militar y lo importante que era apreciar cada minuto de la vida como si se fuera a acabar.

— Papi...

Mire el dibujo y acaricie cada facción de su rostro como si lo estuviera acariciando una vez más, cerré mis ojos para recordar su olor, su voz, su acento Irlandés....

<<Eso mi pequeña ahora te soltare y tú vas a pedalear sola ¿entendido?>>

<<Hijita mira las nubes y dime que forma tiene la de haya>>

<<Valla mi niña has mejorado mucho>>

<<Hija...solo se feliz>>

— Papito...no sabes cuanta falta me haces — exclame mientras abrazaba el dibujo con más fuerza contra mi pecho.

Una lagrima se deslizo por mi mejilla y quise limpiarla rápidamente pero el dolor que estaba en mi interior pudo más que mi razón me preguntaba de todas las personas porque mi padre. Soy consciente que no era precisamente un hombre joven pero de la nada le vino esa terrible infección a la sangre. Quería que estuviera aquí a mi lado junto a mí ya que en estos momentos necesito de su compañía.

De la nada un rechinido me saco de mi trance.

— ¡¿Que es esa horrenda música?! —Me voltee a y vi a mi madre entrando al salón, con dos jóvenes de apariencia extranjera y de aproximadamente de veinte años de edad que la sostenían cada uno con una mano en su hombro.

PRIMER CHICO:

SEGUNDO CHICO:

— Madre, no sabía que traerías a los inversionistas tan pronto— Los jóvenes se miraron entre si sorprendidos

— Disculpen por la poca cortesía de mi hija...más bien tomen asiento ya vuelvo —Me sostuvo del brazo de una manera muy brusca

—Te esperamos aquí linda— Dijeron los dos al mismo tiempo

Ella me jaloneo mientras caminábamos.

— Madre... ¿qué pasa? —No hubo respuesta mas bien me apretó el brazo con mucha más fuerza que puedo jurar que sentí sus uñas adheridas a mí.

— Mamá me duele—intente zafarme en vano—Me haces daño— le dije con una muestra de dolor en mi rostro hasta que llegamos a la cocina.

— ¡Cuantas veces tengo que decírtelo que no pongas esa música tan espantosa y anticuada!— me excepto mientras me logre soltar mi brazo de su mano.

— ¡No me puedes impedir escuchar las canciones que me dejo mi padre! —Dije un poco eufórica.

— Pues no lo harás ya me has dejado muy avergonzada con mis nuevos amigos.

<<¿Pero cómo puede decir algo como eso? Esta no es mi madre no la que me ha criado en mis 17 años de vida>>

— ¿qué te pasa? — exclame tratando de acercarme a ella.

— No me pasa nada Alira solo quiero divertirme aunque sea un poco—Dijo esquivándome.

— ¿A dónde te fuiste a dormir tan tarde?

— Solo estaba en una discoteca con algunas amigas no seas tan escandalosa

<<¿Habla enserio?>>

— ¿Te estas escuchando? Mi padre acaba de morir hace poco y tú solo piensas en ir a una discoteca y encima así vestida—Ella vestía una falda muy corta y una blusa que mostraba sus atributos, sé que es joven pero no creo que una mujer viuda y madre de dos hijas debe ir así vestida por las calles.