-¿Qué es lo que huele tan bien?- Preguntó mi amiga cuando entramos en la cocina, Leandro y Flor ya se encontraban en sus asientos.
-El pan de carne de tu madre.- Respondió él, y me sentí un poco triste al recordar que en mi casa nunca se cenaba en familia.- Vengan tomen asiento las dos, cenemos, muero de hambre y sueño, mañana debo madrugar.
-Hace mucho no cenamos los cuatros juntos.- Comentó Flor, comenzando a servir en nuestros platos.- Recuerdo que antes soliamos hacerlo más seguido, todos los sábados, cuando hacían piyamada en casa.
-No me gustaban esas piyamadas.- Dijo Leandro.- La ultima vez tuve que disfrazarme de princesa.- Los cuatro reímos al recordar esos momentos.
-Ya no hacemos esas cosas papá, ahora nos dedicamos a mirar chicos en ropa interior.- Dijo mi amiga, a su padre se le esfumó la sonrisa en menos de un segundo.
-A partir de mañana cancelo la extensión que tienes de mi tarjeta.- Dijo aún serio.
-Que malo eres.- El padre de Lina siempre había sido muy celoso con ella, así que mi amiga aprovechaba cada ocasión que tenía, para molestarlo.
-Meg ¿Mañana vas a ir al evento?- Preguntó Flor.
-No.- Ni de por casualidad iba a estar en el mismo lugar que mi padre, su amante y mucho menos Scott.- Ni loca.
-Yo tengo que ir, así que si mañana cambias de opinión, puedo llevarte.- Se ofreció Leandro.
-No gracias, no voy a ir.
-Esta bien, y ¿Cómo se están preparando para el inicio de clases?- Quiso saber Leandro. Agradecí que cambiara de tema y no siguiera insistiendo sobre mi padre, lo menos que quería en estos momentos era hablar de ese señor.
-Todavía faltan como tres semanas aún papá.- Respondió mi amiga.- No me estreses antes de tiempo, ni siquiera quiero pensarlo.
-La verdad es que yo si quiero que empiece este año escolar, es el ultimo, así que cuanto más rápido se pase, mejor.- Dije, y era verdad, contaba los días para entrar en la universidad y marcharme lejos de esta cuidad.
-Tú porque eres una cerebrito y no piensas en la gente como yo, que carece de inteligencia.- Se quejó mi amiga y todos reímos. A ella normalmente no le iba muy bien en el colegio.
-Si te esforzaras más Lina, todo sería distinto.- Dijo Flor.- Pero no, te la pasas tirada en tu cama, pareces una foca tomando sol.- Y no pude evitar reír ante esa comparación.
-Te juro que me esfuerzo.- Mintió mi amiga.- Preguntenle a Megan, siempre estudiamos juntas.- La verdad era, que yo estudiaba y ella jugaba a los jueguitos con su celular.
-Tengo que admitir algo.- Dije y los tres clavaron sus ojos en mi.- Siempre me copio de Lina en todos los exámenes, sino fuera por ella no hubiese aprobado ningún año.
-¿Lo ven?- Gritó mi amiga.- Yo la dejo copiar, y luego escribo mal mis respuestas para que los profesores no se den cuenta, eso es ser una buena amiga.- Sus padres negaron con la cabeza.
-¿Cómo van a hacer? Ya saben con vivir tan lejos una de la otra.- Preguntó Flor. Aún no podía creer que mi amiga y yo no fuésemos a vivir en la misma ciudad, a ella la habían aceptado en una de las mejores academias de danzas del país, y yo, aunque no sabía que era lo que iba a estudiar, ya tenía departamento, uno que había sido de mi madre, así que tenía que elegir algo que pudiera hacer en esa ciudad.
-Eso es lo único que me entristece.- Respondí.
-Si, a mi también, pero bueno, nosotras entendemos que así es la vida, y son cosas que tenemos que pasar.- Dijo Lina.- Ademas nos veremos en vacaciones, y estaremos en contacto todos los días.
-Se han convertido en todas unas mujeres maduras y responsables, yo creí que ya estarían llorando.- Dijo el padre de mi amiga.
-Oh cariño, no cantes victoria aún.- Le sugirió Flor.- Espera un poco más, ya vas a verlas.
-Si, seguramente un mes antes de irnos empezaremos a llorar.- Comentó mi amiga. El resto de la cena la pasamos hablando de cosas realmente sin importancia, y me encantaba, hacía bastante tiempo que no tenia una cena así.
-Estoy nerviosa, estoy muy nerviosa Lina.- Me encontraba caminando en círculos por toda la habitación. Desde el lunes que no sabía nada sobre Scott, no sabia si se había marchado o si estaría esperando mi llamado. El evento de mi padre había pasado, y ya nos encontrábamos terminando la semana.- No sé que hacer, creo que es mejor que lo deje todo así como esta.
-Meg, es muy fácil, agarra el celular, busca el contacto que diga "Scott" y llamaló.- Dijo mi amiga, alcanzandome mi celular.
-No estoy segura de que sea lo correcto, realmente no lo estoy, capaz es mejor que quede todo así nomas.- Me tiré junto a ella.- ¿Y si ya se marchó? Voy a quedar como una estúpida si lo llamo, y él ya no se encuentra en la ciudad.
-¿Por qué vas a quedar como una estúpida?.- Preguntó riendo.
-Porque si.- Respondí.- Lo odio, lo odio Lina ¿Por qué no puedo olvidarme de su existencia?
-No lo odias y nunca lo odiaste.- Lina me miraba divertida.- Desde el primer día que lo conociste te sientes atraída por él, y bueno, era obvio que te ibas a enamorar, pasaban todo el tiempo juntos.
-No sabes nada, mensa.- Me levanté y me metí en el baño, mi amiga imitó mi acción y me siguió.- No me sentía atraída por el al principio.
-Tus ojitos cada vez que lo mirabas no decían eso.- Me quedé callada mirándome en el espejo.- Solo que estabas tan ocupada intentando volver loco a tu padre que no te diste cuenta, pero te gustaba.
-Bueno, no era como que estaba perdidamente enamorada, pero si me parecía bonito.- Admití, y recordé lo chiquititos que se ponían sus ojos cuando sonreían.
-Yo creo que ambos serían felices juntos.- Dijo ella.
-Y yo creo que no.- Terminé de acomodar mi pelo y volví a la habitación.- Él saldría lastimado, y eso es lo que menos quiero.