El abrió los ojos,se sorprendió
Estaban en su habitación
¿pero como?
Ella aún lo tenia abrazado, no se quejo, esa sensación era... ¡rayos! era lo mejor.
El olor a rosas que desprendía lo maravillaba.
¿ acaso todos los demonios olían a rosas?
Ella se separo de apoco.
Sus ojos volvían a ser normales, eran hermosos.
Con sus dedos toco las mejillas de ella.
Le gusto oírla suspirar.
De un momento a otro ella cayó al suelo.
Los hombros le temblaban. Él sabia lo que era.
Ella lloraba.
Él se arrodilló junto a ella. La herida lo hizo gruñir pero no le importaba.
Algo que no podía explicar ,lo hacia querer estar con ella.
Y no le importaba el como, simplemente quería estar con ella.
—mirame....—dijo bajo.
Ella lo miró y vio de nuevo esos ojos.
Esta vez no le asusto.
De hecho nunca lo hizo, y eso era lo que tampoco se podía explicar.
Toco sus mejillas y le empezó a susurrar
—estoy aquí....cariño ya pasó, vuelve— le sonrió.
Vio como sus ojos volvía a la normalidad. No se contuvo.
La abrazo.
Quedaron así por casi una eternidad, así lo sintió él.
Acariciaba su cabello negro, le gustaba hacer eso.
Le gustaba estar así con ella.
Teniéndola en sus brazos.
Se dio cuenta de algo. Y cosas empezaron a florecer de su interior, era como si una caja se hubiera abierto en su interior.
La miro, jodidamente le gusta tenerla así...
Junto a él