Nobin

La ira nos ciega

Es de noche, creo que las siete pero en verdad no podía salir del trance en el que estaba. Me encuentro montada en la cima de un árbol, hablando con un chico totalmente desconocido que me acaba de contar que consideró este árbol su casa ya que en todo el tiempo que ha estado aquí ha notado que todos los animales pequeños como las ardillas, de las cual más se refirió, viven en un árbol y son felices y también porque le recuerda a su casa.

---Esto es totalmente absurdo--- dije tocando mi cien con los ojos cerrados. Estaba escéptica a todo lo que decía, este chico estaba loco.

--- ¿Por qué absurdo Dell? ¡Esto es maravilloso, tengo comida y es deliciosa!

--- ¿Me estás diciendo que solo comes manzanas?--- exprese mirándolo fijamente esperando un "claro que no, también como otras cosas"

--- ¿Manzanas? ¿Aquellas se llaman manzanas?---apunto hacia arriba mirándolas--- ¡Que nombre tan bonito!

--- Nobin, ¿Tú no conocías las manzanas?

--- Claro que no Dell, esto es lo más fantástico que he encontrado aquí.

Entre todo lo que me ha contado estoy muy sorprendida y cada vez creo menos que él sea alguien con quien yo deba estar cerca, pero había un punto el cual no había notado por andar escuchando la otra parte de la historia; él siempre se refería con que "aquí he estado solo" "lo que encontrado aquí" "aquí".

Aquella palabra no me cuadraba.

--- ¿Por qué te refieres a "aquí" cada vez que dices algo? ¿De dónde eres? No me lo has dicho.--- hable con un tono seco.

Noto la inmediata incomodidad que se refleja en su rostro, se acomoda en el tronco que estaba y empieza a tocar sus manos y a evitar mi mirada.

--- Soy...de otro país.--- dijo sin emoción alguna.

--- ¿De qué país?

De pronto me observa como si estuviera analizando que decir, como para ocultar algo.

Lo sé, soy muy supersticiosa pero él lo está causando. Me intriga.

--- Tienes unos ojos muy lindos ¿lo sabias? son de un color que nunca había visto.--- de la nada toca mi mano y hace que mi mirada se quede fija en él.

Algo paso.

Olvide lo que estaba diciendo. Cierro mis ojos por momento y lo vuelvo a mirar.

--- Solo son grises, no es nada fuera de este mundo.--- se alejó de mi suspirando.

--- Al parecer ya es tarde Dell, ¿Quieres que te acompañe a casa?

Observo al cielo y ya las estrellas se notan muy brillantes y eso solo indica que en totalidad la noche ha llegado. Saco el teléfono de mi bolso y ¿adivinen que tengo en el? 5 hermosas llamadas de mamá y dos mensajes de Eric

Genial

--- No es necesario, tu tranquilo.--- empecé a tratar de bajarme y él me estaba ayudando. Cuando ya llegue al suelo mire hacia arriba. ---Gracias por contarme un poco de ti, aunque me sonó muy loco --- sonreí--- Cuídate ¿sí?, y come algo más que manzanas.

Él sonríe por lo dicho.

--- No creo que las deje por un buen tiempo---- alargo su brazo hacia una rama, arranco una manzana y me la lanzo.--- cómela, la amaras.

---Gracias...y adiós Nobin. ---con un movimiento de manos me despedí y aleje.

Ya por una calle cerca de la tienda de dulces recibo una llamada por parte de mamá. Ella sonaba preocupada pero le explique que me había quedado en la biblioteca leyendo y se me fue el tiempo. Claro está que no le diría que había estado hablando con una persona que no conozco. Bueno...si lo conozco un poco pero aun no es suficiente. El punto es que ella me castigaría por meses y sin dejar atrás su charla de reflexión.

Luego de un rato llego a casa y ahí estaba mamá, sentada en el sillón.

--- ¡Dell!--- se paró y llego hasta a mí abrazándome fuertemente ni bien cierro la puerta--- ¡No hagas eso nunca! ¿¡Que te he dicho de avisar en donde estés!?

--- Sí, lo siento. Se me fue el tiempo, no volverá a pasar. Tranquila.---me solté de su abrazo y le sonreí.

--- Ay muchacha. Ve, date una ducha; ahí en el microondas esta la comida. No es nada grasoso, es lo de siempre.

---Gracias ma.--- la bese en la mejilla y empecé a subir hacia mi cuarto.

Me duche, cambie y baje a comer. Por lo general no como nada después de las 6 pero en el almuerzo solo me tome una malteada, ya que no tenía apetito. Mientras observa el brócoli que estaba comiendo observo la manzana que Nobin me dio.

Aun no puedo creer como solo se alimenta de manzanas. Yo una vez intente comer algo más o menos así. Una manzana en la mañana, una papaya en la tarde y otra manzana a las cinco. En sí, me moría de hambre y me causo dolores estomacales por mucho tiempo, sin embargo baje mucho de peso, es decir que logre mi cometido pero enferme. Deje de hacerlo, investigue sobre una nutrición correcta sin excederme y pues ahora como lo correcto. Sin contar la malteada de hoy. Casi nunca almuerzo así.

Termino mi comida, lavo el plato, y también la manzana de Nobin la cual pongo en la frutera teniendo en mente que formaría parte de mi desayuno y subo a mi cuarto. Me siento tan cansada que solo tocar la cama caigo en un sueño profundo.




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