15 de Noviembre
Es lo mismo. Una y otra vez es lo mismo, ya no soporto lo que me está sucediendo y no sé si pueda seguir soportándolo, ya no puedo dormir, tengo miedo de que llegue la hora de ir a la cama porque sé que las pesadillas volverán a aparecer. Intento hacer cuanta cosa esté en mis manos pero resulta inútil, no importa cuánto tiempo rece antes de dormir, no importa si duermo fuera de casa, no importa a qué hora del día lo haga, pero una vez cierro mis ojos las pesadillas llegan a mi mente.
Las pesadillas suelen tener algunos cambios pero por lo general todo comienza conmigo, me encuentro caminando en un largo pasillo que está apenas alumbrado por unas cuantas velas colocadas sobre repisas en la pared que se encuentra a mi derecha, mirando a mi alrededor no es difícil darme cuenta que es el pasillo de una casa opulenta ya que del lado izquierdo hay grandes ventanas con largas cortinas blancas, a un principio mi caminar es lento, a cada paso que doy puedo sentir el suelo frío bajo mis pies descalzos y una corriente de aire provenir de la nada delante de mí. A mis espaldas una voz me llama y es en ese instante que evitando el impulso de girar la vista apresuro el paso para salir lo más rápido que pueda de aquel pasillo, mientras continuo con mi andar del lado derecho los retratos de personas en las paredes parecen seguirme con la mirada, comienzo a sentir un escalofrió que me recorre la espalda y gracias a esos retratos la sensación de sentirme observada aumenta a medida que mi velocidad también lo hace. Gradualmente pasó de caminar a correr lo más rápido que me permiten mis piernas hacia la puerta que parece alejarse a medida que avanzo.
Tras mucho correr llego a la puerta que se encuentra al final del pasillo, acerco mi mano al pomo de la puerta y lo giro rápidamente mientras lo jalo al mismo tiempo en que giro la cabeza y coloco la mirada en el largo pasillo que he recorrido, dándome cuenta que no había nadie atrás de mí, dándome a entender que la voz que me llamaba venia de la nada. Tras abrir, atravieso el umbral de la puerta y la cierro.
El lugar cambia de repente, ahora ya no me encuentro dentro de un pasillo o siquiera un edificio ya que frente a mí se muestra lo que parece ser un bosque que a varios metros de mí, rodea un pequeño lago, no puedo reconocer el lugar pero siento que ya he estado antes en ese sitio y por razones que desconozco comienzo a caminar mientras miro a todos lados dándome cuenta que en el lugar solo hay árboles, el lago y la puerta junto a su marco parada en medio del sitio. Mi caminar en ese bosque me lleva al pequeño lago, me introduzco caminando en el agua hasta que me llega a las rodillas justo antes de que el agua toque el dobladillo de mi vestido de algodón blanco. En ese instante me detengo y comienzo a mirar a mi alrededor, puedo ver que a una cierta distancia del lago comienzan a hacerse presentes las siluetas de muchas personas que salen de entre los árboles, no se distingue en ellos ningún rasgo facial, no puedo ver si son hombres o mujeres, ni siquiera puedo distinguir si realmente son personas ya que solo son grandes bultos negros que aparentan estar hechos de humo y por ojos tienen un par de luces amarillas. Aquellos seres repentinamente se elevan y comienzan a flotar en mi dirección, asustada quiero correr pero al tener el agua hasta las rodillas mis movimientos son lentos y torpes, lo que permite que en ese instante del agua salgan un par de cuerdas que se enredan en mis piernas y me jalan, caigo al agua y soy arrastrada a la parte más profunda del lago.
Puedo sentir en mis piernas como las cuerdas se ajustan cada vez más y me sujetan impidiendo pueda patalear para nadar a la superficie y sacar mi cabeza a respirar, a pesar de que a cada segundo me arrastran a lo más profundo puedo distinguir en la superficie, gracias a la luz de la luna, a las siluetas flotando sobre el agua de un lado a otro cual enjambre. Lucho lo mejor que puedo para liberarme, intento quitarme esas cuerdas de mis piernas pero no puedo hacer nada, muevo mis brazos he intento nadar a la superficie pero no logro avanzar causando entre en pánico, siento mucho miedo, ansiedad y desesperación, lo que provoca que de mi boca salga el poco aire que tenía en un intento de gritar, pero es inútil porque estoy bajo el agua y nadie podría escucharme. Antes de que cierre los ojos y pierda el conocimiento mi cabeza se relaja y lentamente se coloca en paralelo al frente, permitiéndome distinguir como muchas personas también son arrastradas por cuerdas al fondo del lago, todos intentamos luchar para sobrevivir pero sé que no servirá de nada porque eventualmente todos moriremos bajo esas aguas.
Al despertar, inmediatamente suelto un grito y me intento levantar de la cama pero termino cayendo al suelo, en ese instante me invade el miedo y terror que sentía durante mi pesadilla, siento la garganta irritada y comienzo a toser desesperadamente mientras trato de normalizar mi respiración, cosa que puedo lograr tras varios mitos y después de llorar cual niña pequeña. Al estar sola no hago otra cosa más que quedarme en el suelo, abrazarme a mí misma he intentar calmarme. Una vez logro estar tranquila me levanto del suelo, tomo mi cobija y voy a una silla donde me siento a esperar hasta que salga el sol.