Estuve dos horas con full de atención, pero, no podía concentrarme ni un solo poco.
No dejaba de pensar en mis compañeros, cuanto los extraño y también me siento cansado, un poco con sueño. Es que, he estado una semana completa levantándome y despertando tarde que ya me había acostumbrado.
Entre un bostezo y otro, me restriego el ojo, comienzo con otro bostezo y otro más, hasta que no dio más la profesora y me llama la atención.
—Noel, ve a lavarte la cara.
—No, profesora. Estoy bien.
—¿Seguro?
—Sí, muy seguro. Para que vea, me pegaré los parpados con pegamento para que no se me cierre. —Hago un movimiento con el pegamento.
—¡No! No es necesario.
—Yo decía nomás.
Qué bueno que funcionó mi maraña que le dije a la profe. Hace un frio de miedo como para lavarme la cara, pinche frio.
Pero este frio y el cambio de sueño me tienen medio tonto, me está ganando.
Y en eso que mando un bostezo de león, lo interrumpo.
Debo tener mucho sueño, estoy viendo un hada encima de la cabeza de mi profe.
—¿Alguien más la ve? —Pregunto.
Todo el curso se da vuelta para ver a que estoy apuntando. Y estoy apuntando a nada más ni nada menos que a la cabeza de la profesora.
—Profesora, tiene un hada en la cabeza.
¿¡Y Todo el curso se hecha a reír como si hubiera dicho algo chistoso!?
¿Yo estoy que me cago de miedo y estos se ponen a reír? Estos sí que están bien pendejos.
Editado: 06.08.2019