Hiram Prescott
NO. PUEDE. SER. Es la segunda vez que voy en menos de una semana, lo que me obliga a dejar el negocio solo, y todo por culpa del insensato de mi hermano. ¿Como puede ser posible que sea tan impulsivo? No piensa, es eso. Holden no piensa.
Tome las llaves de la Harley y salí disparado. Al llegar como era de esperarse, se hizo el silencio y todas las miradas femeninas y masculinas fueron dirigidas a mi. No estaba de humor, asi que me baje lo mas rapido que pude, y fui por el parking encaminandome a la Dirección General, pero algo llamó mi atención antes, y no, no fue la camioneta último modelo, de esas veía a diario, o a quien de inmediato reconocí como la causante de mis dolores de cabeza, la nueva jefa del departamento de policía. Fue ella. Bajo del auto con el ceño fruncido mas lindo que jamas habia visto -¿En serio Hiram? ¿Que diablos crees que piensas? me reprendí- hacia el portón del instituto. Era nueva, eso era obvio e inconscientemente sonreí al saber que nos dirigimos al mismo lugar, luego recordé el porqué de mi visita y se me borro automaticamente.
Por un momento tuve la intención de acercarme con cualquier excusa barata, pero mientras me debatía sobre si era correcto o no hacerlo, visualizo una chica que se encontraba de espaldas, justo cuando iba a ignorarla y seguir mi camino, lo hizo, y eso llamo aun mas mi atencion, si es que eso era posible. En cuanto se alejó del portón y sintió todas las miradas sobre ella, saco su sonrisa más arrogante. Por mas que queria quedarme a observar, debía seguir mi camino, no podía seguir retrasandolo y me aleje a ver cual era el problema del dia.
En cuanto entre Betty me dedico una mirada cansada.
- Betty querida, cualquier chica estaría feliz de verme con tanta frecuencia, pero por lo que veo tu no. Habrá que hacer algo para solucionarlo, ¿no crees?
- No molestes Prescott, atiende a Harris mejor bonito.
Bufé - ¿Que hizo esta vez?- pregunte.
Ella solo se encogió de hombros, se levantó de su puesto y se dirigió al cuarto de archivo, recolocándose el escote. Dios, ¿eso realmente era necesario?
- PREESCOOOT, TE QUIERO AQUÍ. AHORA. Ok, al diablo con el poco de buen humor que le quedaba.
Me aproxime y gire el pomo de la puerta, tratando de zanjar el asunto lo más rápido posible, me senté en una de esas sillas que tanto conocía. Cuando era estudiante nos veíamos a diario, y al parecer me extrañaron porque ahora nos vemos con frecuencia, más de la que me gustaría a decir verdad.
- Bien Harris, aqui me tienes ¿que sucede ahora? - y mire a mi hermano, que me miro de vuelta con diversión. ¿En serio?
- Sucede, Prescott -el sabe cuanto odio que me llamen así. Mi mal humor no hace más que crecer- que Holden, ha estado saltándose clases e insultando a todo el que se le atraviese, pero claro, eso es normal, lo que no lo es, es el hecho de que desde la última vez que viniste, simplemente se ha dedicado a incrementar sus ofensas el triple con sus comentarios sarcásticos y su actitud desafiante.
Justo cuando iba a decirle lo de siempre a Harris, un truco algo trillado pero que siempre funciona, sentí una mirada sobre nosotros e inconscientemente sonreí. Era ella, lo sabía. Aún era muy pronto para que enviaran a alguien que no fuera Holden aqui, sabia que Betty estaría entretenida con el archivador, y por supuesto, ella debía venir por sus documentos para incorporarse. Además, una corriente de aire, hizo llegar a mis fosas nasales un cítrico y embriagante olor, muy a mi pesar, lo ignore y pude hablar con aparente normalidad.
- Harris, yo entiendo. De verdad que si, dejame llevarme a Holden a casa, y mañana su actitud será completamente diferente, ¿no es así Holden? -pregunte, quería salir ya de aquí.
- Por supuesto Simon, sabes que la terapia emocional de mi hermano nunca falla.
Bufe. Su actitud no nos estaba ayudando.
Luego de un sonoro suspiro por parte de Harris, por fin cedió -Bien Hiram, ve y habla con Betty, que te de un pase y regresa. Aún no se porque sigo siendo tan condescendiente con ustedes dos, si es que nunca van a cambiar.
Me levante lentamente, dándole tiempo a la pequeña cotilla a reaccionar y me encamine a la puerta que cerré al salir.
Bien, Betty no estaba y ella estaba aparentemente concentrada en la cerámica del suelo. Me acerque y pregunte.
-Hey, buen dia. ¿Haz visto a Betty por aca? -Ok, al menos ya su atención no estaba de lleno en el suelo; Era una pequeña descarada , estaba analizando lentamente de abajo hacia arriba, y aunque me gusto el gesto, tenía prisa. Agite mi mano repetidas veces frente a su rostro hasta que la hice reaccionar.
- Hey, ¿has terminado ya? -me lanzó una mirada de confusión y segui - ¿Que si haz terminado de babear? Puedes cerrar la boca sabes... Necesito a Betty, tienes idea de donde se metio?
Su cara de desconcierto era un poema, definitivamente.
- Disculpa, ¿decías algo?- su voz era dulce e inocente, y aunque no la conocía, sabía bien que esa inocencia era fingida, aun así fue como música para mis oídos -¿Hiram, qué diablos te sucede? pensé- rápidamente sacó un audífono de su oreja derecha y continuó -¿Puedo ayudarte en algo? Aunque lo dudo, soy nueva. - bien, la chica era decidida y divertida, podía ver un fuego oculto en su ojos, y no niego que me encantaría ser quien lo hiciera surgir, es interesante ver de lo que pueden ser capaces algunas personas -¡HIRAM, BASTA YA! "¿hacerlo surgir?" "¿Si te oyes?" - Le sonreí, y quedó pasmada un par de segundos, pero se recompuso rápidamente. Sabía contraatacar, y adoraría seguir...
Si ella podía fingir, yo también.
- Lamento interrumpir -dije con pena fingida- decía que si tal vez no haz visto a Betty por aca, tengo prisa...