Prólogo

El soñador apenas aprende lo que es volar.

No sabe mucho de aerodinamica o geografía. Pero si sabe que va a volar. Aveces contra el viento, aveces  a su favor. Pasará en medio de las tormentas o de un bello atrdecer. Y disfrutará cada aleteo que de. Saboreará cada lágrima y cada risa. Y avanzará, sin detenerse, más que para recobrar el aliento y seguir volando, siempre constante hasta sus sueños.

El soñador apenas abre sus alas, para dar sus primeros aleteos, sin sentido, sin rumbo, sin técnica. Pero los da. 

El soñador está condenado.

Condenado a darlo todo por sus sueños.

Y en su trayecto. Hundido en un mar de sntimientos, escribe.

Con el lapicero en mano y un cualquier papel, escribe.

Aveces sin métrica, sin rima, sin reglas. Pero escribe.

Escribe con emoción, escribe lo que le dicta su corazón. Escribe lo que él ve, lo que él siente, lo que él experimenta. Él no escribe como un gran profecional, él sólo escribe sus sentimientos con total sinceridad.

El soñador plasma sobre un papel sus emociones, sus sentimientos, alegrías y temores. Escribe su expreriencias. El soñador es un poeta. Sin rimas o métrica. Pero con emoción, con verdad, con sentimiento.

El soñador está atado. Atado a vivir en un mundo dominado por los estereptipos y la superficialidad. Dónde el soñador es un loco por ser felíz, en vez de ser como los demás.

Pero mientras escribe se siente libre.

Libre de sobrepasar fronteras, de romper barreras. Libre de ser felíz. Libre de decir lo que piensa. Libre de expresarse. Libre de reír. Libre de llorar. Libre de ser él en toda su escencia.

Hoy, luego de mucho insistir, el soñador me a dado permiso de compartir sus notas, notas que puedes encontrar en sus libretas de la escuela, o en simples servilletas. Notas que nacen de los sentires de él.

Comparto las notas de éste soñador porque estoy segura que hay muchos más soñadores que se sienten como él, atados a vivir en una sociedad que cada vez entiende menos de valores y de auténtica felicidad.

Comparton sus notas porque, estoy segura de que son dignas de ser leídas por grandes lectores como tú, que tienes ésta colección de pequeñas notas ante tu vista.

Espero que sea de tu agrado y disfrutes de la lectura de éstas pequeñas notas, tanto como el autor al escibirlas.

Atte:

Ditzil Vampa

una soñadora más.