Capítulo 2
—Espero su respuesta Señorita Smith —me volvió a sacar de mis pensamientos, mantenía un rostro sereno, pero a la vez autoritario en espera de lo que yo podría responder.
—Señor, me parece que la oferta es buena, lo que no sé, es si eso vaya a afectar nuestra relación laboral, si yo finjo ser su “novia” y como bien mencionó, es una figura pública, seguramente todo el mundo estará hablando de su relación. Que por supuesto es falsa, ¿y como haría después?, digo esto afectaría el modo en que los empleados nos ven, y será incómodo para mí que todos crean que mi posición es por tener una relación sentimental con mi jefe —aclaré los puntos, ya que no era algo tan sencillo como lo hacía ver.
—A eso voy, por supuesto que no soy un idiota que no piensa las cosas, ya tengo un contrato preparado, sé que las relaciones no son de dos días, si usted acepta ser mi novia por contrato, entonces tendrá un bono mensual el cual se incrementará al pasar 5 meses, tengo pensado que al menos en un año es más que convincente para todos, luego de eso usted y yo “terminamos la relación” y seguimos igual que antes, aunque supongo que con el dinero que recibirá podrá pensar en un retiro permanente —propuso y realmente la oferta parecía ser tentadora, aunque un año de fingir me parecía bastante agotador, pero con todo ese dinero me olvidaría de Patrick Blake’s para siempre, podría irme a algún lugar tranquilo y vivir de esa gran fortuna.
《 Ok, pero debes pensar en los contras 》
Reflexioné.
—Creo que es una magnífica oferta, pero quisiera poder pensarlo si no le molesta, y así también tendré tiempo de leer ese contrato y decidir si lo voy a firmar —contesté finalmente, y aunque no parecía contento con mi pedido, tuvo que resignarse a mi decisión.
—Bien —expresó entre dientes sacando algo del cajón de su escritorio. Me lo mostró y pude notar que se trataba del contrato.
Observé las hojas y parecía ser algo que realmente debería leer con detenimiento, no quería firmar y luego haberle vendido el alma al señor Blake’s.
—Gracias, lo leeré —prometí viendo el papel y luego a él, que seguía con esa expresión de no completa satisfacción, obviamente mi jefe estaba acostumbrado a recibir un sí inmediato de mi parte, pero en ese caso todo era distinto. Si estaba pidiendo un servicio, por el cual me pagaría, yo necesitaba pensar bien las cosas antes de darle una respuesta.
—Espero su confirmación al respecto mañana a primera hora —ordenó dándose la vuelta en su silla. Quedó de espaldas a mí y torcí los ojos.
《 Idiota 》
Lo insulté mentalmente, y era la única manera en que lo podía hacer, ya que nadie con tres dedos de frente se atrevería a decirle absolutamente nada, a Patrick Blake’s.
***
De vuelta en casa, luego de un día agotador en el trabajo, lancé mi bolsa y la carpeta donde se hallaba en contrato sobre la cama, para leerlo más tarde. Pedí comida chica después de darme una ducha caliente, terminé de comer y observé aquel documento que al parecer me llamaba, respiré profundo y abrí para poderlo ojear.
El acuerdo de confidencialidad era la primera hoja, luego el tiempo de duración que tenía ese contrato y por último las formas de pago, serían mensuales de mi preferencia, efectivo o transferencia bancaria. Al pensar en el dinero mi corazón palpitaba muy rápido, pero luego de recordar con quién debía convivir, se me quitaban las ganas.
Y la verdad era que mi jefe no aportaba mucho interés al asunto con su prepotencia y carácter de ogro, no podía negar que ese hombre se pasaban de atractivo. Tenía unos ojos azules parecidos al mar reflejado por el sol, su porte parecido a Chris Hemsworth dejaba cautivada a cualquier mujer, pero todo eso era opacado por una terrible actitud arrogante y odiosa que me sacaba de quicio.
Solo podía recordar esas palabras ofensivas que yo era como la última opción y que jamás se fijaría en mí, de solo pensarlo me generaba ciertas ganas de mandarlo a la porra, pero el dinero, eso me hacía contener toda la rabia y desear firmar el contrato lo antes posible.
《 Supongo que debo consultar con la almohada 》
Reflexioné y me eché a dormir.
***
(La mañana siguiente)
—Chris, despierta, despierta, mujer —me sacudió Ángela y me levanté desorientada. Pensaba que estaba soñando, así que me recosté otra vez acomodando la almohada debajo de mi cabeza, ella me volvió a sacudir susurrando. ¡Idiota, despierta, alguien te busca! —exclamó, pero por lo bajo.
—Son las 6 de la mañana An, quien sea, solo mándalo a la Patagonia y déjame dormir por una vez en tu vida, hoy es sábado —me quejé.
—Ok, entonces le diré al muñeco de tu jefe que se vaya —respondió a punto de salir. De inmediato salté en mi cama y abrí los ojos ampliamente.
—¿Qué? ¿Está aquí? ¿Por qué, qué te dijo? —cuestioné y ella encogió los hombros.
—Acaba de llegar, preguntó por ti, le dije que dormías y me pidió estrictamente que te levantara, necesita hablar algo importante y no puede esperar —explicó An —. Son sus palabras exactas —continuó y solté un resoplido.
—Ni siquiera un sábado puedo descansar —declaré yendo al baño para darme una ducha rápida—. Ve y distrae mi jefe, ofrécele café, o que de yo —pedí a Ángela y ella asintió saliendo de la habitación. Abrí la ducha caliente e hice todo lo más rápido que pide, me cepille los dientes y salí para ponerme algo presentable.
Avancé por el pasillo hasta las escaleras, y solo escuchaba a mi amiga hablarle de cualquier tontería a mi jefe, negué con la cabeza arrepintiéndome de haberle encomendado la tarea de distraerlo y aparecí en la sala interrumpiendo la conversación.