No sé por dónde empezar, tal vez romperé la estructura y en el comienzo estará el final.
Es Noviembre pero siento frío, hay sol y yo con abrigo, pensando y buscando dónde estará el olvido que para ti ha llegado y para mí es enemigo.
Abrazada a la almohada a Dios por tí le pido aunque ya no seas mi niño, que seas feliz en el camino.
Paseando por las calles me detengo en un banquito, me siento y te imagino conmigo, abrazados por horas y aunque llueve estamos ahí quietitos. Pareciera tan real, lo cuento como si así fuera, guardando para mí cuando te miro y desapareces, todo alrededor se desvanece y ahí estoy yo en las calles de mi imaginación, buscando el banco para que aparezcas y si esta vez no quieres abrazarme que al menos logres que me desvanezca ¿No ves que la ropa mojada por la lluvia pesa? Mi alma no cesa, te llora provocando esta tormenta...
Y la historia no cesa, los días no cesan, Noviembre no cesa...
Anónimo