Novios por conveniencia

XVI. Sin salida

Capítulo 16. Sin salida

El camino a casa fue tan diferente para ambos, no importaba el que Darren quisiera encontrar un tema de conversación porque la chica que estaba a su lado solo se acurrucaba en el auto y cerraba sus ojos como queriendo no hablar ni ser molestada por nadie, esa sensación de que sabes lo que está pasando pero no te atreves a decirlo estaba llenando su cabeza de pensamientos que no quería decir por tenor a la reacción de Grace.

 Cuando estuvo frente a esa enorme casa era el fin de lo que pareció un grandioso día para ambos, no tenía nada que decir que pareciera que no la haría sentir mal, sus ojos buscaron la mirada de la chica y la encontró quitándose el cinturón de seguridad y abriendo la puerta, antes de que pudiera hacerlo la detuvo por un minuto.

― ¿Quieres ir a otro lugar?― quizá y no quería pero al verla asentir fue tan bueno que no pudo evitar suspirar, no era bueno consolando a nadie pero esta vez quería hacerlo por ella.

―Vamos al parque marino― era uno de los lugares más visitados en Medelton, al ser a ciudad más importante del país era común que muchos inversionistas quisieran tener sus negocios.

El parque marino además de ser de un señor de origen chino tambien estaba siempre dentro de las prioridades del gobierno por el cuido y protección a las especies marinas que había en el lugar, muchos de los cuales fueron rescatados de cazadores quienes los vendían para como alimento. Llegaron muy rápido y el ver tantas criaturas nadando y divirtiéndose hizo que el semblante de ambos cambiara, ahora tenían rostros sonrientes. Así que regresaron a casa el incidente del hospital no fue más que un recuerdo que se quedaría en el último rincón de su mente, sonrió por la cantidad de cosa que tenían en sus  manos y pensó en lo bien que la estaban pasando para luego despedirse.

―Me voy, gracias por todo Darren― el chico no lo vio venir y menos se preparó cuando los labios de Grace tocaron de manera suave y lenta los suyos.

Tampoco pensó en que eso le saldría tan natural, ya que jamás pensó que lo besara aunque no eran novios de verdad. Solo lo hizo y no pudo evitarlo, Grace salió y con su mano se volvió a despedir esta vez tenía una sonrisa más grande en s rostro mientras que el chico dentro del auto aún estaba en shock por lo ocurrido. Parecía como si de un suelo se trataba pero cuando pudo Salió de su ensimismamiento y se dio cuenta de la realidad. “Grace lo había besado”.

Kail espera ba ansioso el turno de Grace, quizá y hoy sería la oportunidad para saber que la atormentaba desde ese día que la vio en un auto con un chico frente al hospital no pudo no evitar que su corazón le recordara a su pequeña hermana, sentía la necesidad de protegerla pero cuando no te dejas ayudar es difícil que los demás puedan saber que es lo que te pasa. El chico llamado Cristian había terminado su turno y esperó al próximo buscando los expedientes que tenía de cada uno de sus pacientes. Vio con alegría que aquella chica a quien esperaba estaba entrando y le sonreía mie tras e sentaba frente a él.

 

―Hola Kail, pareces cansado el día de hoy―de vez en cuando sonreía y hacia chistes pero esos ojos no podían engañarlo, algo le estaba haciendo sentir mal y si no lo averiguaba algo muy malo sucedería.

―Hola linda, pareces algo feliz hoy ¿Qué paso?― se acomodó los lentes que empezaba a usar por los constantes dolores de cabeza que le dan al observar la computadora.

―Solo salí con mi novio y todo parece estar muy bien―sabia de la existencia del chico, y su relación le parcia muy linda especialmente porque sabía lo mal que se trataban antes y parecía que esta vez eso la hacía feliz.

― Te vi con el frente al hospital, pensé que por fin me visitarías y hasta estaba preparando el discurso de bienvenida―la sonrisa de Grace desapareció, ¿Por qué tenía que recodar eso otra vez?, pensó que no le afectaría pero ahí estaba otra vez con ganas de llorar.

Regreso a ese cuarto oscuro, con una luz tenue que la hacía tiritar de miedo… esos ojos que parecían mas rojos cada vez que la miraban, esa solitaria habitación en donde todos sus demonios se materializaron, esa voz que la tuvo llorando por días enteros y las sonrisa que parecían abrirle heridas en la piel cuando las escuchaba.

―”No, no no… por favor no quiero hablar de eso―suplicó a la persona frente a ella, vio la sombra que la atormentó días enteros y que no solo se quedó en sus recuerdos sino que las pesadillas habían sido su pan de cada días, lloro como nunca lo había hecho se hizo un ovillo en el sofá y sintió que unos brazos grandes la envolvían en un abrazo, aquella palabra que su madre Marie siempre le decía parcia como si no tuviera sentido “todo estará bien mi niña”.

Pero no lo sintió así, no estaba bien, nada estaba bien y cada vez que esos terribles recuerdos la atormentaba sufría ataques de pánico y ansiedad, se sentía en un profundo hoyo del que no encontraba la salida, quería huir y no tenía donde hacerlo.

―Por favor, no quiero hablar de eso Kail, llévame con mi mama, quiero estar con ella―solo hizo lo que creía correcto y llamo a Leo quien inmediatamente llego hacia el consultorio, él era uno de los que menos sabia porque su hermana estaba así, pero no por eso la dejaría sola.

Los ojos de muchos incluido los amigos de ambos chivos solo pudieron observar el momento justo en el que Grace caminaba con rumbo a  casa, afortunadamente vivía muy cerca del colegio, Marie corrió rápidamente al ver a su niña en ese estado la abrazó y llevo a su cuarto… muchas veces estuvo así pero era la primera vez que le ocurría en su escuela el detonante debió ser algo muy grande para que se encontrara de esa manera. La recostó al instante y vio como de sus ojos las lágrimas no paraban de salir, solo la escuchaba decir la misma palabra una y otra vez, “No quiero”.

La dejo hasta que sus ojos se cerraron y cayó en un profundo sueño, bajo a la sala para prepararle algo mientras se despertaba y vio que la casa estaba inundada de algunos chicos con caras preocupadas al igual que Leo, la verdad que le preocupaba mucho Grace, pero no sabía cómo ayudarla porque ella no le contaba nada.



#37431 en Novela romántica

En el texto hay: cliche, romance

Editado: 03.06.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.