Eloise Pov
7 de Agosto, 2019
Escucho el sonido del despertador, marcando las 7 a.m. me levanto de la cama para ir al baño y hacer mis necesidades, cuando entro, giro la mirada a mi derecha, en dirección al espejo, ahí mismo me percato de el aspecto a zombie que tengo, pelo despeinado, unas ojeras muy notorias, y no podía faltar la cara de pocos amigos. Comienzo a quitarme la topa rápido y darme una ducha caliente de diez minutos. Salgo y me cambio con la muda de ropa que deje en arriba del canasto de la ropa sucia.
Bajo para preparar el desayuno a mis hermanos, papá y mamá ya se fueron al trabajo. Llamo a Derek y Anna para que bajen a desayunar. Preparé café, unas tostadas con manteca y mermelada de frutilla con jugo de naranja. Terminamos todo, levantan los platos y los lavan. Me encamino a la puerta para agarrar las llaves del auto y llevarlos a sus respectivos lugares. Yo entro un toque tarde porque faltó una profesora, entonces me da tiempo.
Bajan las escaleras con sus mochilas y salen para entrar al auto, donde ya los estoy esperando. Paro en un semáforo y me propongo a poner un poco de música para aliviar el ambiente. Se empieza a escuchar The Nights de Avicii. Qué año era ese, no había preocupaciones, que lindos recuerdos.
-One day my father, he told me "Son, don't let it slip away" -empezó a cantar Derek al lado mío.
-He took me in his arms, I heard him say "When you get older Your wild heart will live for younger days Think of me if ever you're afraid" -sigo cantando a todo pulmón, miro por el espejo retrovisor a mi hermana esperando a que cante la mejor parte.
-He said: "One day you'll leave this world behind, So live a life you will remember" -cantó fuerte con una sonrisa.
-My father told me when I was just a child, "These are the nights that never die", My father told me -cantamos los tres al mismo tiempo y disfrutando nuestras tonterías.
Después de 5 minutos dejo a mis hermanos en la escuela, me despido de ambos y prendo mi viaje a la Universidad, aparco en el estacionamiento y voy a una cafetería a esperar que sea la hora. El lugar es hermoso, tiene cinco mesas afuera, dos masetas medianas a cada lado de las ventanas. En uno de los ventanales tiene escrito el nombre del local, adentro hay una barra enorme con banquillos mirando hacia afuera. La mesada dónde la gente es atendida, una pizarra gigante con cada batido, café, etc. En la pared dónde estoy sentada yo, están los dibujos de famosos, deportistas, etc.
Las puertas se abren, consiguiendo que la campana suene, indicando, nuevos clientes. Siento la presencia de dos personas, levanto la mirada para comprobar quienes son, mis amigos, les dedico una sonrisa diminuta. Hablamos por un rato, hasta que nos tuvimos que ir, ya que estaba por empezar la siguiente clase.
***
Odio los lunes, además, anoche no dormí muy bien, tengo ese pinchazo en la espalda otra vez, también en la cabeza, se ve que no es mi día de suerte. Salgo de mi última clase, son las 14:45 p.m. voy a la salida, me encuentro con uno de mis mejores amigos, Kiefer Achenbach, no es de Argentina, como lo podrán ver, es de Alemania, pero por lo que nos contó, hizo el intercambio en secundaria, le gustó mucho Bariloche, tanto que volvió para hacer la Universidad acá. Nos saludamos con un abrazo muy fuerte, le prometí llevarlo a su casa, ya que su auto lo dejó en el taller y no se lo dan hasta dentro de dos semanas, espero que cumplan, porque te dicen una cosa y después termina siendo otra.
Estamos saliendo del estacionamiento para tomar un atajo hacia su casa, siempre a esta hora hay un tráfico, por eso prefiero venir caminando que en auto, pero me da flojera despertarme un toque más temprano para caminar hasta la universidad. El trayecto fue corto, todo por la música, no me pueden negar que es vida, te lleva a otro mundo a un hermoso universo. Luego de manejar por diez minutos, aparco enfrente de su casa, se despide con un beso y abrazo. Espero a que entre y allí emprendo viaje a mi casa.
Se me hizo eterno, porque intente evitar el tráfico, pero no lo logré. Estoy así parada por varios minutos, hasta que por fin los autos avanzan, y a un par de cuadras veo mi casa. Cuando llego estaciono el auto en el garaje, luego camino hacia adentro, en dirección al cuarto, poder cambiarme y ya estar lista para mi primer día trabajando en la cafetería, estoy súper emocionada, el mensaje me llegó en la clase de matemática, por lo menos eso me alegro toda la mañana y lo que resta del día, obvio.
Preparo algo de comer y dejarles todo listo a mis hermanos, le toca a Anna buscar a Derek, mientras tanto, yo como tranquila, termino después de unos minutos. Camino en dirección a mi cuarto por el teléfono, le mando un mensaje a Laurel, avisándole que ya estoy yendo para el local. Salgo de casa, voy al garaje, entro al auto y prendo viaje a mi trabajo.
Después de manejar por veinte minutos, llego a la cafetería, en la puerta me espera Laurel con una sonrisa. Lo primero que me dijo cuando entramos fue que debía limpiar los baños y acomodar un par de pedidos que recién habían llegado. Me dirijo al cuartito que dice sólo empleados. Simplemente me cambio la remera por la camisa con el logo del lugar y un delantal en la cintura. Salgo para buscar las cosas de limpiezas y limpiar el baño, las mesas, el mostrador y demás. Cuando estoy terminando, se me acerca una mujer de mediana edad.
-Hola querida, hace unos minutos hice mi pedido, pero están tardando muchísimo -dijo con una sonrisa y un poco apurada.
-Ahora pregunto si falta mucho para su pedido -le dedico una sonrisa tranquilizadora, para no mostrar mi nerviosismo.
Voy a la cocina y veo que las dos chicas estaban hablando muy tranquilas, me acerco hasta ellas y les cuento que la señora estaba esperando su pedido hace media hora. Simplemente me dan un asentimiento, yo vuelvo a lo mío, limpiar. Veo desde mi lugar como le llevan su comida. Se me escapa una sonrisa, no lo sé, pero me recuerda a mi abuela, por parte materna.