Nuestra pequeña

24

—¿Qué piensas? —me pregunta Ben.

—Mmm... No lo sé, solo... la miró...

—Es extraño como los bebés de cierta forma hipnotizan a las personas.

—Sí, estoy de acuerdo... Ben.

—¿Si? — me mira sonriendo.

—Tengo algo que mostrarte.

—¿Qué es?

—¿Me das mi cartera? está ahí —señalo un pequeño mueble al lado de mi cama.

Ben se estira y toma la cartera. Cuando iba a entregármela Emily deja mi pecho.

—Podrías darle del otro pecho.

—Cierto.

—Ahora sí ¿Me darías lo que hay dentro?

—¿Me podría decir que busco? En tu cartera, como el de todas las mujeres siempre está llena d... —queda en silencio.

—¿Lo encontraste? —pregunto algo ansiosa.

Ben quita su mano dentro de la cartera sacando un pequeño gorro con un diseño de tigre.

—Cuando me lo regalaste te hice una promesa ¿Recuerdas?

—Si obvio, creí que lo habías olvidado.

—Jamás, aunque no es el primer gorrito que usa Emily ya que la enfermera se me adelanto colocando el de la clínica... Quiero ponerle el tuyo.

—Yo se lo pondré —más contento que nunca Ben cambia el actual gorrito rosado de Emily.

—¿Te gusta hija? Sabes tú papa Ben te lo compro cuando ni siquiera habíamos pensado en estar juntos.

—Habla por ti, a mí me atraías desde hace tiempo, solo que nunca tuve el valor de acercarme.

—¿Escuchaste cariño tu papa es un cobarde?

—Oye.

—Es una broma amor —dejo un pequeño beso en la comisura de sus labios.

—Más te vale —ambos rieron.

—Si tú no te hubieras acercado a mí, estaría muy sola ahora, nadie habría venido a visitarme y Emily no tendría a nadie tampoco.

—Te tendría a ti, jamás la has abandonado a pesar de todo, eres muy valiente y la amas como a nadie más en el mundo, para ella tú hubieras sido suficiente.

—Gracias Ben —lo miro a los ojos— Has sido un gran apoyo en mi vida y no sabes lo feliz que me hace el que hayas peleado por mí y Emily... Estoy feliz de que seas su padre.

—A mí me hace feliz serlo, por cierto, apenas lleguemos a casa podrás ver el cuarto de Emily.

—Cierto —digo emocionada— al fin lograre verlo.

....

—De acuerdo, cierra los ojos.

Parado detrás de mí y yo con los ojos cerrados, y con Emily en mis brazos, nos guía hasta la entra del cuarto de Emily.

—Por favor, muero de curiosidad.

Escucho como se estira y gira la manilla de la puerta.

—No habrás los ojos todavía, solo da unos pasos más.

Los tres entramos y Ben cierra la puerta.

—¿Ahora?

—Sí, espero te guste.

Abro los ojos y observo todo a mi alrededor, cada detalle, cada esquina, muebles, colores, peluches, todo.

—¿Y?.... ¿Te gusta? —revuelve su cabello un poco nervioso.

Aún estoy observando todo con detenimiento, el techo esta pitado el cielo, todo era celeste y con nubes, una de las paredes tenía un arcoíris, otra animales, otra corazones....Era un cuarto lleno de colores, en una esquina había muchos peluches, arriba de ellos repisas con libros infantiles, al otro lado había un closet rojo como la cuna que estaba a un lado de la ventana, también había una mecedora de madera rustica hermosa. Estaban todos los muebles que compre muy bien acomodados.

—Em... ¿Te gusta?

Me giró hacia a él y lo abrazo.

—Es hermoso, tal como lo había imaginado.

Dejamos a Emily en su cuna y nos quedamos observándola, mientras Ben detrás de mí, me abraza y apoya su cabeza en m hombro.




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