Nuestra Segunda Oportunidad. Saga: Nyc N° 3

Capítulo 61

—Me gusta la falda del vestido— afirmo Amanda desde un sofá.

Era sábado en la tarde y se encontraba en la prueba del vestido de Hanna. Ya que ella no tenía a nadie cercano a quien pedirle consejo, invito a Paige y Amanda para ayudarle a tomar la decisión sobre su vestido de novia.

Su otra opción era Scarlett pero sentía que sus gustos y los de su suegra eran muy diferentes.

—Pero creo que prefiero el anterior.

Hanna se observó en el espejo donde su reflejo le mostraba su cuerpo enfundado en un vestido de corte imperio, con talle corto que termina justo debajo del busto donde da lugar a la caída de la falda, era bonito pero no era el indicado.

Ese era el segundo vestido que se probaba. El primero había sido un corte sirena en color perla, bonito pero tampoco era el adecuado.

— ¿A ti te gusta? — le pregunto Paige al ver que Hanna se quedaba absorta en sus pensamientos.

—Siendo sincera...este no me gusta. Lo siento muy...sencillo.

Esa era la única pablara con la que podía describir ese vestido. Sencillo.

Ella no poseía un estilo muy extravagante, pero quería estar a la altura de lo que era la boda de un Hilton.

—El tercer vestido es corte columna. Te recomiendo que te lo saltes y te pruebes alguno de gala. Eso te ayudaría a decidir si lo que quieres es algo muy pomposo o más austero— aconsejo Paige.

Se bajó del podio con cuidado de no pisar el vestido y regreso al vestidor donde la dependienta la estaba esperando. Le ayudo a quitarse el vestido y se colocó una bata para comenzó a ver los demás vestidos.

Examino el siguiente y definitivamente no le gustaba. Era muy recto. Busco los vestido de gala y comprendió a lo que se refería Paige con "pomposo".

Las faldas eran muy grandes y llamativas; viéndolos no pudo evitar recordar a las princesas de películas con esos vestido hermosos con grandes faldas y vuelos.

Pero al imaginarse entrando con uno de esos, se dio cuenta que no era la imagen que quería dar.

En esos días, muchas revistas y columnas de periódicos se han obsesionado con Ehan y ella. Debido a la reputación de él, muchos quieren saber qué es lo que tiene ella de especial para que el primogénito de los Hilton se haya enamorado. Muchos aseguran que la boda es solo para enmendar el error de Ehan al dejarla embarazada mientras que otros piensan que Scarlett y Stephen los están obligando para evitar que sus nietos crezcan en una familia separada.

Cada vez era peor.

Por lo general, trataba de ignorar todos esos artículos superficiales donde se denotaba el clasismo y la falta de respeto. A ellos no les importaba brindar información falsa con tal de lograr vender más ejemplares.

Ese era el motivo por el que una parte de ella quería demostrarles a todos que nada de eso importaba porque nada era cierto.

Ehan la amaba, la había escogido para ser su esposa, eso era todo. No había nada más y necesitaba un vestido que lo demostrara.

Comenzó a revisar entre las opciones, descartando varios que... no cumplían con sus expectativas. Normalmente, no era una persona muy encantada con el encaje, pero al ver un vestido con encaje chantilly se quedó sin palabras.

Lo tomo para palparlo atreves de la bolsa de protección y era simplemente muy lindo. La transparencia era mucha pero la elegancia que poseía era increíble. No era muy pomposo pero tampoco era sencillo. Se encontraba en el punto medio que ella quería.

Elegante pero provocativo.

Le dio vuelta y observo la espalda...

Botones.

¡Muchos Botones!

No tenía cierre, solo unos 50 botones.

—Ehan te hará pedazos— le susurro al vestido con una sonrisa conocedora.

No perdió más el tiempo se lo probo para estar segura que ese sería el indicado. Ya quería ver la cara de su prometido.

Dos horas después, Hanna se encontraba cruzando la puerta principal del departamento; esta extasiada, todavía no podía creer lo enamorada que había terminado de su vestido, por suerte los arreglos eran mínimos y no habría ningún problema en realizarlos a tiempo.

Y con la despedida de soltera...bueno, Amanda se encargaría de todo.

Camino hacia el salón donde el sol de la tarde se filtraba por las ventanas pero no encontró a ninguno de sus hombres por ahí.

¿Dónde estaban?

Fue a la cocina y al despacho pero no los encontró así que fue hacia las habitaciones, reviso la de los gemelos pero estaba vacía, llego a su habitación y abrió la puerta llevándose una grata sorpresa.



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En el texto hay: hijos, celos, amor

Editado: 07.02.2019

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