Nuestra Segunda Oportunidad. Saga: Nyc N° 3

Capítulo 62

4 de diciembre.

¿Cuánto tiempo había esperado esa fecha? Ehan sentía que llevaba toda una vida esperando ese día. Sus manos estaban sudorosas y se sentía mareado.

Jamás, en todos sus años de vida se había sentido tan nervioso. Era una sensación extraña a la que no estaba acostumbrado. Sentía un nudo de ansiedad en el estómago mientras observaba el pasillo de la iglesia por donde caminaría Hanna en una hora.

Él sabía que era tonto pero temía que Hanna se arrepintiera y no llegará.

— ¿Te encuentras bien Ehan? — le pregunto Alexander acercándose a él.

— Estoy todo lo bien que puedo en este momento— afirmo sin ver a su amigo.

A al verlo tan preocupado Alex no pudo evitar la tentación de jugar un poco con él.

—Entiendo tu preocupación. Hanna es una mujer muy hermosa, podría encontrar a alguien mejor y no presentarse hoy— dijo con suavidad dejando que la duda entrará en Ehan el cual frunció el ceño y lo observo molesto.

— Eres un padrino de mierda.

—Y tu un idiota. Tu madre viene hacia acá con tus hijos, y tus guardaespaldas traerán a tu chica. ¿Acaso crees que te abandonaría sin los pequeños?

— ¿Quién va a abandonar a quién?— pregunto Nick acercándose a sus amigos al de frente de la iglesia.

—Ehan está nervioso porque cree que Hanna no se presentará.

— ¿Si no te dejo por mi crees que lo hará por a alguien más?— Pregunto indignado ganándose una mirada molesta de sus dos amigos— ¿Qué? Es la verdad. Soy el único por el cual ella podría haber pateado tu culo.

— El tamaño de tu ego es increíble— negó Alex.

— Solamente acepto la realidad. Pero regresando al tema. Debes de calmarte; esa chica te ama. Te perdono el haberla dejado, te dio la oportunidad de conocer a tus hijos, acepto casarse contigo. Si yo fuera ella, te hubiera demandado por abandono y te hubiera sacado todo el dinero de la manutención.

Ehan y Alex observaron a Nick con los ojos abiertos.

— ¿Qué? Soy una persona vengativa.

— Me alegro que no fueras mujer – rio Alex.

— Chicos, en menos de una hora me caso y lo último de lo que quiero hablar es sobre el lado femenino de Nick.

— Entonces ve a recibir a los invitados, tu hermano casi no da abasto saludando a todos. ¿Acaso invitaron a toda la ciudad?

— Solo a media ciudad— bromeo — Iré a saludar. Encárguense de que todo esté bien.

A pesar de los nervios, Ehan logró aparentar cierta serenidad y tranquilidad mientras saludaba a los invitados. Pero mientras hablaba con unos amigos de sus padres; noto que Marco se había alejado por qué no lo veía por ningún lado.

Se disculpó con las personas con las que estaba hablando y se alejó de ahí para buscar a su hermano. Lo necesitaba ayudándole a recibir a todos. Comenzó a buscarlo entre las personas y cerca de la entrada pero no lo encontraba por ningún lado "¿Dónde se metió este imbécil?" se preguntaba mientras se acercaba al pasillo a un lado de la nave principal, ahí se encontraban unas habitaciones y oficinas.

Comenzó a abrir cada una de las puertas si encontrar a nadie hasta llegar a la oficina principal la cual estaba cerrada.

— ¿Marco? ¿Estás ahí?— pregunta tocando la puerta. Trato de escuchar pero la puerta era muy gruesa y no lograba distinguir nada.

— Aquí estoy. Tuve un...problema con...la cremallera del pantalón. Saldré en un momento.

Ehan hizo una mueca, no estaba dispuesto a ayudar a su hermano con eso.

—Eh...está bien. Me encargare de los invitados— afirmo Ehan antes de alejarse de ahí sin imaginarse lo que estaba ocurriendo adentro de esa oficina. Pero tal vez eso era lo mejor. Era el día de su boda y debía estar totalmente concentrado en eso.

A unos kilómetros de ahí, se encontraba Hanna con la ansiedad embargándola mientras esperaba terminar de ser arreglada en la habitación de su casa. Ya estaba maquillada, peinada y con la ropa interior puesta debajo de una bata. Solo faltaba colocarse el vestido el cual andaban buscando sus damas.

Tenía mucho miedo de llegar a la iglesia y caerse mientras camina hacia Ehan; o peor, pisar su vestido y quedar en lencería frente a todos.

Sería una vergüenza demasiado grande. Era una boda enorme con más de mil invitados que estarían totalmente pendiente de ella. Pero debía acostumbrarse a la atención, sería la esposa de un Hilton así que de vez en cuando tendría que lidiar con periodistas y fotógrafos.



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En el texto hay: hijos, celos, amor

Editado: 07.02.2019

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