SANTIAGO
Respiro solo para verla de nuevo, camino solo, para sentir pronto sus brazos en mi cuerpo, prometí que no me pasaría nada y le falle, míseramente le falle.
Su anillo, me ha acompañado desde esta mañana, este bello zafiro que me recuerda a sus ojos, que es tan perfecto y tan majestuoso como sus ojos, esos ojos que me transportan al cielo, esos ojos que me llenan de vida con solo mirarme.
Todo en esta habitación me recuerda a ella, a mi bella Avril Helena… a esa mujer que tan solo siendo un adolecente cautivo a este hombre de maneras sorpréndete, que con esas ganas de vivir me demostró que el amor existe y que no es solo una ilusión.
El día de su cumpleaños al subir a nuestra habitación, hicimos el amor de las mil maneras posibles se entregó a mi sin reservas, sin complejos... ese día antes de quedar profundamente dormido, me dijo una fecha…
Una fecha con la cual soñare hasta que llegue…
Ese día Avril me dijo que dentro de 8 meses para ser exactos, nos casaríamos…
Y hoy la extraño, la lloro y la anhelo como nunca, no es justo todo lo que ella ha pasado, ya es momento de que sea feliz, ya es momento de que se sienta realmente protegida, no puedo seguir fallándole, no puedo permitir que algo le suceda.
Me recuesto en nuestra cama, en esa cama que desde hace meses compartimos en la que su almohada conserva su aroma, ese aroma a flores, ese aroma dulce y que llena el alma de paz…
Agarro su almohada y la abrazo fuertemente sintiendo que es a ella a quien abrazo, que no daría por tenerte en mis brazos aquí conmigo.
- Te amo Avril… - y con esa frase caído en un sueño profundo.
“Me encuentro en un jardín, un jardín lleno de rosas, y un aroma en particular me hace levantar la vista, al final de un pequeño pasillo esta ella… esperándome en un bello vestido blanco estilo princesa, lleno de piedras, perlas y muchas flores… unos bellos cristales cubren la transparencia que adornan sus pechos, lleva su cabello suelto en ondas… y el mejor accesorio de todos es el azul de sus ojos…
- Hola… - me dice sonriendo y extendiendo su mano para sujetar la mía.
- Estas bellísima…
- Pensé que no llegarías, nunca …
- Jamás te fallaría amor… eres mi vida – le digo acunando su rostro entre mis manos y dejando en sus labios un tierno beso..
Al abrir mis ojos Avril ya no está allí estoy solo parado ese jardín de rosas con las manos llenas de sangre y con un Moisés sonriendo al final del pasillo”
Mi respiración es entrecortada al despertarme de ese mal sueño, busco mis manos y las observo detenidamente, no hay sangre en ellas… solo fue un sueño, me repito varias veces a mí mismo.
Un toque en la puerta de nuestra habitación, me distrae de mis pensamientos.
- Santiago? – es Samantha.
- Que sucede? – le digo mirando su lado vacío de la cama.
- Ya es hora!
- Voy – corro lo más rápido que puedo al cuarto del baño, me aseo lo necesario y bajo rápido las escaleras.
Todos están en la sala cada uno luchando una batalla en silencio, cada uno con tristeza y el vacío de su ausencia, aunque ha sido corta para todos los que la amamos parece eterna.
Samantha se sienta a mi lado y toma su teléfono, todos la miramos expectante, Pablo le hace le indica que es momento de llamar ya todo está en orden.
Marca el número de Moisés el cual repica varias veces antes de ser contestado, sami lo coloca en alta voz;
- Hola Sam, a que debo el honor de tu llamada?
- Hola Moisés, Sarah quiere verte! Está llorando por ti… - le dice Sam mirándonos a todos nerviosa y pero con firmeza, mientras que Pablo lo alienta a seguir hablando…
- Bueno hoy en la tarde podemos verla sin ningún problema, dime la hora?
- Cuando tú puedas Moisés, no sé qué planes tienes.. – Pablo hace señas de que ya casi lo ubican, la ansiedad se está apoderando de mí.
- Por mi hija dejo de hacer lo que sea Samantha y eso tú lo sabes!
- Jamás harías algo que pusiera en riesgo el ver Sarah? – le dice sami secando una lagrima de su mejilla, le toco la mano alentándola, dándole fuerza..
- No sé a qué te refieres? – le dice y se le oye confusión en su voz.
- No me hagas caso, dime la hora? – le dice Sam y Pablo hace una seña que me llena el cuerpo de paz y veo como todos se mueven rápido y Julián se me acerca sonriendo.
- A las 2, donde estás?
- Viendo un juego, te dejo a las 2 nos vemos… - y Sam le tranca.
Pablo da instrucciones mientras yo trato de procesar todo lo que estoy viendo.
- Santiago vámonos… - me dice Manuel.
- Está ubicado?
- Si, vamos!!
Y no sé como pero mi cuerpo reacciona y salgo junto a Julián, Manuel y los de seguridad pero antes Alessandro nos detiene.
- Tráiganme a mi niña por favor.. – nos dice y junto a el se encuentra Milena llorando..
- Eso se lo juro.. – le digo y me monto en la camioneta
En casa se quedan, Valeria, Virginia, Samantha, Milena y Alessandro.
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Editado: 24.11.2018