LA PROFECÍA
Había ciertas personas que debían cumplir un propósito en su vida algo muy relevante a la historia humana, a esos humanos se les concede un Ángel de la guarda. Cuenta la leyenda que los ángeles no son como los imaginamos, seres de luz, amables y gentiles. A decir verdad, los ángeles son muy malhumorados y el color de sus alas reflejaba el estado de su corazón. Recuerdo preguntarle a mamá como habían nacido los primeros ángeles, ella me dijo que había muchas historias con respecto a eso pero que no se sabía en realidad. A ella le gustaba pensar que se formaron con las almas que por diferentes motivos no pudieron seguir con su vida aquí, pero que eran almas muy valiosas para dejarlas perder, esa teoría siempre me gustó y me sigue gustando hasta el día de hoy. Bueno la leyenda cuenta que una noche de invierno, la más cruda de todo el invierno nació una niña en la cabaña de un pequeño monte. Con el cabello más rojo que el fuego y dos esmeraldas en sus ojos. A los pocos días de nacida ya mostraba su gran temperamento. Los padres estaban felices pero muy asustados por el destino que esta niña iba a tener. Esa niña era la esperanza para todo un pueblo de poder tomar el trono que le correspondía y sacar de las tinieblas que se encontraba su pueblo. Sus padres habían sido reyes de ese lugar y por mucho tiempo reinaron con justicia y felicidad. Pero el hermano del rey los traicionó, robó el trono y los mandó a matar. Un grupo de sirvientes del castillo los ayudaron a escapar y desde ese entonces se refugiaron en esa cabaña. Los reyes no dudaron ni un minuto al elegir el nombre esa niña, se llamaría Hope, la esperanza de devolver la paz y la alegría a su tan querido pueblo
Por ese mismo motivo cuando los ángeles tomaron la decisión de cuál sería su guardián eligieron al más temido, el que no se doblega con nadie, el que no sentía temor pero tampoco amor. Un Ángel que sus alas eran tan negras como su corazón. Eliel sería el Ángel malhumorado encargado de proteger a Hope. Los primeros años Eliel estaba muy molesto que le hubieran dado a esa chiquilla para proteger, no hacía más que escarbar tierra y perseguir mariposas. Para él era muy aburrido ese trabajo y aprovechaba para leer, cosa que no se permitía allá arriba. Decían que tenían que tener el menos contacto posible con la raza humana, ya que ellos eran superiores. Eliel nunca lo vio así, por el contrario él consideraba que la raza humana era superior a los ángeles, eran los humanos los que vivían sabiendo que iban a morir, los que peleaban guerra, los que pasaban penumbras, los que podían elegir el camino de sus vidas. Contrario a los ángeles que su único fin era respetar a su padre y proteger humanos por toda la eternidad.
Cuando Hope cumplió los 10 años su padre la empezó a entrenar para la batalla que liberaría a su pueblo. Para Eliel era muy divertido ver a esa niña con los rizos largos color fuego intentar empuñar una espada, pero más sorprendente fue darse cuenta que él sonreía cuando veía que bloqueaba perfectamente a su padre, nunca había sonreído y comenzó a pensar que estaba pasando demasiado tiempo observando a los humanos.
Desde que Hope era chica se podía observar el fuerte espíritu que tenía y la increíble valía que adopta por proteger a los demás. Iba a ser una gran reina, eso todos lo sabían incluso Eliel, aunque no lo quisiera admitir. A la edad de los 20 años era que Hope iba a reclamar su trono, pero el día que cumplió 18 todo se vio arruinado cuando su tío, se enteró de la existencia de esa niña. No dudó en mandar a todo el ejército a que la matara. Prometió una gran recompensa a quien trajera su cabeza. A los pocos días el bosque se vio invadido de soldados, que antes habían jurado lealtad al padre de esa niña. Eliel desde un árbol observaba y sabía perfectamente que sólo podía intervenir en caso que la vida de Hope estuviera en riesgo, lo sabía, lo tenía claro. Pero cuando observó que estaban a punto de matar a la madre, vio la desesperación y la angustia en el rostro de Hope y de pronto toda esa angustia la sintió él al verla así.
Sin darse cuenta ya había abierto sus alas y se encontraba volando a salvar a la madre de esa chica, por algún motivo se prometió a sí mismo que mientras él estuviera allí no permitiría volver a ver esa expresión en el rostro de Hope. Al cabo de unos pocos minutos con la intervención de Eliel el ejército huyó. En el momento que sus ojos se encontraron supo que ya no había vuelta atrás, que no había forma de que se pudiera separar de ella. Los humanos sabían de la existencia de los ángeles guardianes, por lo que cuando Eliel contó el motivo por el que se encontraba allí, los padres de Hope rápidamente agarraron algunas cosas de la cabaña y los cuatro emprendieron un viaje lo más lejos posible. Los soldados iban a dar aviso de lo sucedido y cuando eso pasase el hermano del rey iba a mandar el Arsenal completo. Necesitaban más tiempo, Hope no estaba preparada todavía para la batalla. Se refugiaron en una casa abandonada al otro lado de las montañas.
Los siguientes años fueron para entrenar fuertemente a Hope, con la diferencia que ahora estaba Eliel para ayudar. Si bien al principio todo fue un poco incómodo, con el paso del tiempo se fue generando una rutina y se sentían como en familia. Eliel estaba cambiando, aunque él no lo notara, su padre si lo hacía. Ahora sonreía hacía caminatas con Hope, jugaban en el lago. Hasta que una noche recibió un llamado de su padre que debía subir de forma urgente. Eliel no sabía qué era lo que estaba sucediendo por lo que acudió al llamado de forma inmediata. Nunca había visto a su padre tan furioso, lo acusaba de haberse enamorado de una humana, el desprecio en su voz cuando nombraba a Hope era tan evidente que Eliel tuvo que apretar fuertemente los puños para no reaccionar. Cuando su padre le pidió que abriera sus alas, quedó totalmente sorprendido. No recordaba cuándo fue la última vez que lo había hecho, se había acostumbrado tanto a la vida humana que ya no las utilizaba. Cuando desplegó sus alas, luego del segundo grito de su padre, no podía comprender el motivo de asombro del mismo, hasta que las observó. En seguida pensó que estaba viendo mal o que se estaba por desmayar, pero no. Sus alas habían cambiado, ya no eran negras como el carbón. Sus alas eran blancas, suaves y brillantes. Su padre al ver el desconcierto de Eliel suavizó un poco su expresión y le dijo - Hijo mío, nuestras alas son el reflejo de nuestros corazones, tu siempre fuiste un Ángel solitario, hosco y malhumorado, por eso te elegí para proteger a esa humana. El que hayas intervenido hace dos años en esa pelea cambió el curso de la historia, cambió el curso de tú historia. Has pasado dos años con ella, la has visto reír, llorar, bailar, pelar. Y has reído con ella, la has consolado cuando creía que no podía con todo esto, has bailado con ella y sin darte cuenta, ella, te fue cambiando a ti, fue cambiando tu corazón. Por eso ahora tus alas son blancas, porque tú Eliel, te has enamorado de la humana y eso es un gran problema.