Gabriel
Pongo la cinta métrica alrededor de mi cuello, mis ojos se mantienen fijos en el hombre que tengo delante, su porte es elegante en todos los sentidos, mantiene la mirada en alto, su espalda está recta, es casi perfecto.
Tomo algunos alfileres para poder ponerlos en lugares específicos en los que debería de modificar el trate, el hombre me deja trabajar con libertad como la mayoría de mis clientes.
Vuelvo a tomar la cinta para medir ahora sus piernas, la música clásica me hace poder disfrutar mucho más mi trabajo, música escogida por el cliente como de costumbre.
Es tan horrible tener que trabajar con música demasiado ruidosa.
Entonces, un tiemble mucho más molesto que la música electrónica, me hace frenar, mi asistente Jazmín contesta y puedo continuar.
Gabriel: Listo, ¿Quiere qué cambiemos algo más?
Cliente: No, estoy satisfecho.
Gabriel: Tendrá el traje para la fecha ya planeada, sin retrasos.
Cliente: Muchas gracias, Gabriel.
Gabriel: A usted por...
Jazmín: Gabriel, es tu padre.
Suelto mi libreta sobre la mesa para tomar el teléfono, le hago una señal de disculpa a mi cliente y él asiente mientras se mira en el espejo, es su última oportunidad de cambiar algo del traje.
Me alejo de ambos para poder hablar con calma, me siento en un sofá que había.
Gabriel: Padre.
Dante: Hijo, disculpa las molestias.
Gabriel: Sabe que no son molestias, ¿Qué sucede?
Dante: He hablado con Esperanza sobre el divorcio.
Gabriel: De acuerdo...
Dante: Quiere pasar más tiempo conmigo y le he prometido unas vacaciones lejos de la empresa.
Gabriel: Me parece genial.
Dante: Lo sé, solo tengo un problema.
Gabriel: Tenemos.
Dante: Claro, tenemos, disculpa... Se trata de la empresa.
Me acomodo en el sofá, ese es un tema de conflicto entre nosotros, sabe que yo no podría hacerme cargo de la empresa, jamás me atrevería a tomar una empresa que él ha construido durante tantos años.
Dante: No quiero que te hagas responsable, sé que no estás listo y no voy a presionarte.
Gabriel: Muchas gracias, padre... ¿Cuál es el problema entonces?
Dante: Camila, ¿La recuerdas?
Sonrío, la señorita Torres, aquella pequeña mujer que me llega a los hombros pero en menos de cinco minutos tomó todo el valor que yo no pude para hablar con mi padre.
Gabriel: La recuerdo, ¿Qué sucede con ella?
Dante: Ella vive de la empresa, es su único empleo, si me voy un tiempo tendré que enviar a muchos a casa de vacaciones para no tener que gastar mucho en sueldos y... Bueno, quiero decir que no puedo dejarla sin empleo.
Gabriel: Podría darle unas vacaciones, esa joven se nota cansada.
Dante: Debería pero... No puedo, debe de trabajar para poder vivir...
Casi puedo notar un mensaje oculto en esas palabras, cuando estaba por pedir una explicación, él me suelta su plan.
Dante: Me gustaría que tú le des trabajo mientras tanto.
Gabriel: ¿Cómo?
Dante: Por favor, realmente necesito y necesita que este trabajando.
Gabriel: Vacaciones pagadas por ser quien solucionó el divorcio.
Dante: El problema no es el dinero, ella debe de estar ocupada.
Gabriel: ¿Por qué?
Dante: Ella es... Es como tú, no puede estar sin hacer nada y recibir dinero.
Gabriel: ¿Y tiene pareja? Suena interesante.
Dante: Gabriel...
Gabriel: Perdón, perdón... Sabe que aquí somos dos y estamos bien, cada uno tiene su trabajo.
Dante: Debes de tener algo, hijo, Camila es buena en todo lo que se le enseñe bien.
Gabriel: No lo dudo, por algo está con usted después de tanto tiempo, pero estoy bien de...
Dante: Gabriel, por favor, hazlo por esta vez, solo será un mes y luego podré cuidar de ella nuevamente.
Dijo "cuidar" no algo como "podré tenerla trabajando".
Cruzo mis piernas mirando un espejo que hay delante de mí, mi reflejo me grita que no lo haga, sé que incluir a alguien desconocido a mi vida sería meterme en problemas.
Pero dijo "cuidar" esa mujer debe de ser importante para él, por algo no quiere dejarla en la calle y debe de saber que ella no va a recibir dinero sin trabajar.
Suena como una buena trabajadora.
Alejo el teléfono de mí y suspiro cerrando los ojos para no mirar mi reflejo, levanto la voz.
Gabriel: ¡Jazmín!
Jazmín: Dime.
Gabriel: ¿Le gustaría tener unas vacaciones?
Ella me mira sorprendida, la chica es menor que yo pero ha estado trabajando durante casi un año sin descanso porque quiere aprender rápido, me gusta esa actitud.
Pero vamos, a veces hasta yo necesito levantarme a las once de la mañana para recuperar horas de desvelo.
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Editado: 14.06.2023