Nuestros oscuros secretos

- 7 -

Justin


 

Siempre he querido tener el control sobre todo. Me molesta no poder tener el control sobre algo o alguien, es algo que siempre me a pasado. Me causa impotencia no saber todo lo que quiero en el momento que quiero. Eso es lo que me está pasando en este momento, estoy esperando para darle algo de lo que se merece al degenerado de la fiesta de anoche. En todo el día no e visto ni a Kate ni a Gina. En el almuerzo estuve escoltado por dos policías todo el tiempo y me trajeron de regreso a la habitación. Miro la hora en el pequeño reloj que está fuera de mi alcance y veo que ya casi van a ser las seis de la tarde. Abren la puerta y entra Kate sin ningún rastro de Gina.


 

- Hola - saluda.


 

- ¿Donde está Gina? - pregunto tratando de no ponerle un tono muy curioso a mi voz.


 

- Hola - vuelve a repetir. Yo suspiro con frustración.


 

- Hola Kate - le devuelvo el gesto.


 

- Respondiendo tu pregunta para eso vine a hablar - responde, no es muy bueno el tono de voz que está usando porque es bastante serio. Asiento a modo de respuesta - Gina salió esta mañana del psiquiátrico en busca de Frederick, el paciente del inconveniente de ayer. Se fue con Oliver Spring, un conocido policía de aquí de Texas -hace una pausa un poco larga y aprovechó abriendo la boca listo para hablar pero me veo interrumpido - No vayas a decir nada, no tienes derecho porque fue tu culpa el que ella saliera de aquí.


 

- ¿La dejaron salir? - pregunto aun sin procesar todo lo que me ha dicho.


 

- No, fíjate que está aquí al lado mío - dice con irónica  pero conservando el toque serio y un poco enojado.


 

- No entiendo porque estás enojada. No tiene nada malo que salga de aquí - digo con un atisbo de molesta ya que me parece ilógico además del hecho de que Gina no me haya dicho nada.


 

- Se que no tiene nada malo Justin. De hecho me parece bien que salga aunque no por un buen motivo. Pero sabes lo que le sucede a ella, se que lo sabe controlar pero uno nunca sabe lo que pueda pasar - have una pausa para soltar un poco de aire - Aparte de todo tengo un sabor amargo y presiento que algo no está bien.


 

- Eso no tiene sentido, además tu misma acabas de decir que esta con Oliver ¿verdad? - asiente no muy convencida - No tienes nada de que preocuparte.


 

- Esta bien. Pero no te parece raro que ¿si se fue por la mañana? ¿porque rayos no a regresado? No creo que se demore tanto diciéndole unas cuantas cosas a ese tal Frederick... A menos que le hubiera hecho otra cosa...pero no creo...¿verdad? - solo puedo asentir sumido en mis pensamientos.


 

Yo también tengo el mismo sabor amargo ante todo esto... también tengo ese sabor.


 


 

Gina


 

Cuando era pequeña mi mamá me decía que para poder manejar bien una situación tienes que mantener la calma y no desesperarte. En este momento no puedo tomar en cuenta su consejo, al no tener la certeza de si voy a volver a escuchar esas palabras de ella. Acabamos de llegar a la cafetería star, no hay nadie exceptuando a dos personas; una señora con una computadora en la cual supongo que trabaja y un señor de mayor edad leyendo el periódico con un café en mano. No veo a ninguno de los dos sospechoso así que me siento en una de las mesas que están más lejos a esperar, Oliver se quedó en el auto ya que le dije que no viniera aunque no fue muy fácil convencerlo. La mesera se me acerca y pido postre de helado con un cascarón de chocolate. No pruebo algo como esto hace meses así que no voy a desaprovechar la oportunidad, llegan con mi pedido y me dedico a comer la delicia que está frente mío. Cinco minutos aproximadamente, diez por mucho, entran dos hombres completamente vestidos de negro con arma en mano. Empiezan a disparar a todo lado con tal de asustar a los clientes. No me preocupo por Oliver ya que están lo suficiente lejos como para no escuchar. Sigo mirando la escena mientras me llevo otra cucharada de helado a la boca, terminan cuando todo el mundo está afuera del pequeño lugar. Después hacen una seña como para ordenarle a alguien que entre, me enderezo y cruzo una pierna encima de la otra. Aquí viene.


 

- Sorprendente - se sienta en la silla en frente mío - estás aquí.


 

- ¿Donde está Amelia? - no me ando con rodeos. La escoria que está enfrente mío se arregla las mancornas del traje que lleva puesto.


 

- Ella está bien - es lo único que me dice.


 

- ¿Donde está? - vuelvo a preguntar con la mandíbula apretada.


 

- Bien, voy a dejar cosas claras. Primero tu mamá está bien y no le va a pasar nada. Segundo ten cuidado con tu tono de voz porque yo no soy cualquier personas.


 

- ¿Que quiere? - mantengo mi expresión fría e inexpresiva.


 

- ¿Sabes quien soy? - me quedó sin responder a su pregunta - Soy Lord - se presenta y estira la mano en una con la intención de que yo también lo haga pero acción de mi parte no obtiene - Querida, necesito que cooperes por que si no lo haces la situación se va a poner fea.


 

Yo solo quiero largarme de aquí, no puedo evitar sentir repugnancia ante la persona que tengo al frente porque cada vez que habla recuerdo la historia de Justin. Una y otra vez se repite en mi cabeza.


 

Mátalo.


 

No puedo.


 

Si que puedes Gina.


 

No


 

Alguien sufrió lo mismo que tú por culpa de ese tipo.


 

No sufrieron lo mismo que yo, y mi meta de vengarme ya está hecha. Lord no me ha hecho nada a mi.


 

Pero a una persona cercana a ti si. Mátalo y así podrás vengar a personas que fueron incapaces de hacerlo.




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