En el instante en que el reloj de aspecto costoso aparece delante de mi lo tomo con ambas manos extrañado por su aparición, es realmente hermoso, mucho mejor que mi regalo para mi madre... ¿Pero por qué apareció frente a mi? Seguro dios me ha premiado por mi comportamiento este año y este es un regalo para que se lo entregue a mi madre, ella siempre me dice que dios me premiará si soy fuerte y me porto bien, ella ha hecho mucho por mi y mi hermano, nos ha cuidado siempre, es muy buena y amable conmigo.
"Jin Aiden Santillan" ¿Eh? ¿Por qué la televisión dijo mi nombre? ¿Esto no es un regalo? Entonces vuelvo a ver el reloj detenidamente cada parte de su estructura y la televisión comprendiendo lo que ocurre... No es bueno... ¿Por qué yo? ¿Hice algo malo?... ¿Es por lo que hice hoy? ¿Qué pasará conmigo?
-No puede ser.- Dice Cecilia a mi lado.
-Es... Injusto... Tiene solo doce años.- Murmura en voz baja mi madre.
El único quien no dijo ni una sola palabra era Matías, quien solo se dedicaba a verme con ojos extrañados alternando su visión en mi y en el reloj.
"Cuiden el reloj con sus vidas o podrían perderla" dice nuevamente el hombre de aspecto intimidador en la televisión.
-No quiero.- Murmuro en voz baja de manera involuntaria, esto no es un regalo, es un castigo.
Al decir esas palabras mi madre y Cecilia me observan con más lástima que antes, no me quiero imaginar que es lo que me espera para que mi madre me abrace como lo está haciendo ahora consolándome como si realmente me fuera a ir muy lejos y nunca fuese a regresar... Todo esto me da miedo.
-¿Qué es lo que pasa?- Mi pregunta la dirijo a la única persona que parece estar más tranquila, mi hermano, pero no parece escucharme, él está muy concentrado en la pantalla de la televisión.
Puedo sentir que mi madre está muy preocupada, su cuerpo tiembla mucho y puedo notar su calor.
-No tengas miedo, no te va a pasar nada.- Habla mi madre finalmente soltando mi cuerpo.
-¡Oye inútil, también di algo!- Exclama en voz alta Cecilia en dirección a mi hermano enfocado en la pantalla.
-Quiero escuchar, no grites.- Mientras sube el volumen de la tele sin observar ni un momento a quien lo está sermoneando.
-¡Eres un hijo de-
-No Cecilia -Exclama mi madre deteniendo su agresivo comentario -sigamos viendo.-
Cecilia no dice nada luego de eso pero devuelve una penetrante mirada de enfado directo a mi hermano, pero él ni se inmuta por eso.
"A mucho le resultará una sorpresa, pero es real, todos aquellos que poseen un reloj en sus manos son los participantes y yo soy su anfitrión, cada uno de ustedes representará a su país natal, ganarán premios tanto ustedes como su país, así que despidansen de sus familiares, amigos, vecinos, amantes y todas las personas que significan algo en su vida puesto que ya no volverán a casa por un tiempo y que ni se les ocurras esconderse o escapar, no tiene caso. Mientras sus vidas estén conectadas al reloj no hay escondite que no encuentre"
No quiero irme a ningún lado, yo no quiero participar en ningún juego, yo quiero estar en casa ¿No pueden elegir a otro?
"No es posible reemplazar al participante de ninguna manera, eso solo resultaría en una descalificación inmediata y un país destruido, lleven a cada participantes a lo que nombraré "Centro del mundo", una enorme torre azul que pueden encontrar entre el país de China y a México, tienen una semana para llevarlo hasta allí o quedarán descalificados y aplastados, fin del comunicado"
Luego de sus palabras una vez más un temblor azota la casa moviendo todo el lugar haciendo que los escombros caigan del techo, Cecilia me tira al suelo debajo de una mesa protegiéndome con su cuerpo mientras que Matías ayuda a mamá, pero el temblor no dura mucho tiempo.
-Miren eso.- Señala Cecilia hacia la ventana.
Detrás del cristal se hace notar una torre azul tan grande y ostentosa que ningún castillo o estructura se le compara siquiera un poco, su color se asemeja al del reloj. Aquella estructura poseía solo una enorme puerta de tonalidad blanca y no contaba con nada más en el exterior más que detalles, dibujos y escrituras en blanco, pero si quiera se ve una ventana.
-Esa debe ser la torre de la que habla.- Declara Matías -No importa que, no dejaré que te lleven a la torre te lo aseguro.- Mientras me toma de la mano y me lleva hacia la puerta de salida.
-¡Espera, no lo hagas! ¡Recuerda lo que dijo!- Grita Cecilia.
-¡No me importa que dijo, este es mi deber como hermano!- Exclama sin detenerse, aquellas palabras demuestran la forma de ser de mi hermano, protector no solo conmigo sino con mi madre y Cecilia, siempre es así.
-¡No te lo lleves!- Reclama ella.
-¡Ven y quítamelo si puedes!- Retruca él.
Mi madre quien no dijo ni una palabra se interpone entre la puerta y nosotros, ella muestra su intención apoyando su espalda contra la puerta impidiendo el paso por algún otro lado.
-¡No vas a salir!- Grita ella con ojos llorosos -¡Les pueden hacer daño entiendan!-
-¡Muévete o te muevo! No me hagas hacer eso madre- Con un tono más violento, intento zafarme de él pero su mano es fuerte y es imposible soltarme.
-¡Yo no quiero ir a ningún lado, quiero quedarme en casa!- Mientras intento liberarme.
Mi hermano me ignora completamente y mueve a mi madre en contra de su voluntad lo que me hace empujarlo por hacer eso.
-¡No la empujes!- Exijo golpeándolo con mi cuerpo en un intento de tacleada que no es eficaz ante él -¡Nosotros estamos para proteger a mamá, no para empujarla!-
Intento detenerlo y sin darme cuenta mis mejillas se encuentran empapada de lágrimas que caen al suelo al llegar a mi barbilla, cuando me doy cuenta de esto intento detener mis lágrimas pero ya es demasiado tarde, una vez se comienza es difícil mantener la compostura.
-¡¡Ya lo sé!!- Voltea y grita en mi cara -Ya lo sé.- Repite las mismas palabras en un tono mas calmado -¿Es lo que quieres? ¿Ver morir a tu hijo? Podemos hacer algo por él mientras aún hay tiempo, solo confía en mi, yo me encargaré de todo.- Sugiere Matías dirigiendo su mirada a mi madre que se encuentra a un costado de la puerta tapándola parcialmente.