Esto no estaba pasando. No ahora. No en este preciso momento. Tenía miedo de que pasara lo que estaba pensando en estos instantes. No podía pensar en otra cosa que el sonido de esa llamada y Ethan. Mi cuerpo empezó a temblar un poco por la preocupación que se cernía sobre mí. Sentí a alguien al lado de mí y vi Alan que se encontraba al lado mío. No tenía tiempo ni siquiera de pensar en lo que habíamos hecho, no cuando. Vi el celular en una vista borrosa y traté de calmarme, respirando lo más tranquila que podía.
—Sky, háblame—dijo en una voz suave.
Me moví lejos de él. Necesitaba salir de ahí. Cogí mis cosas y fui hacia la moto después de pasar la cerca.
—Necesito irme, lo siento...—espeté.
En un intento de subir a la moto el me detuvo y me miró con sus ojos verdes tan profundos, ahora viéndome con preocupación. No estaba bien para hablar sobre el beso y mucho menos ahora.
— ¿Qué te pasa?, ¿Qué ha pasado?—habló rápidamente y negué con la cabeza.
—Lo del beso, mira ahora mismo no quiero...—intenté decir, pero él me interrumpió.
—En estos momentos no me interesa, quiero saber por qué estas así
Lo miré, realmente lo miré. Estaba en lo cierto y su expresión me lo decía. Suspiré.
—Necesito salir de aquí—dije firmemente.
El asintió.
—Voy contigo.
—No necesitas hacerlo.
—Si no te das cuenta, estamos en medio de la nada y no hay ningún vehículo por aquí a estas horas, incluso si no me quisiera ir contigo, que no es el caso, me tendrías que llevar de igual forma.
Resollé. Le tendí el casco. Tenía razón, no había nadie por aquí.
—Está bien.
Se puso el casco y pareció dudar sobre algo, se giró hacia mí de nuevo.
— ¿Qué pasó?—preguntó.
—Algo le sucedió a un amigo—solté sin más nada por decir.
Me observó por un rato. Estábamos perdiendo el tiempo.
— ¿Segura que estás bien para manejar?—interrogó
Asentí desesperada. Estábamos hecho un desastre después de todo, aunque no era de menos luego de habernos revolcado en el prácticamente piso. Saqué los pensamientos de mi cabeza.
—Podría hacerlo yo.
Solté una risa amargada.
—No—espeté—. Ni siquiera saber manejar bien.
—Lo haría por ti—Lo miré frunciendo el ceño y después alcé una ceja.
Pareció darse cuenta de lo que había dicho porque sus mejillas adquirieron un tono rubí y decidió subirse a la parte trasera del vehículo. Rodeé los ojos y subí acomodándome el casco de seguridad. Arranqué de ahí a toda marcha y con una sola cosa en mi mente que era Ethan y lo que sea que le hubiera pasado. Aceleré yendo a casi al máxima velocidad. Me tensé al sentir unos brazos alrededor mío y su calor corporal que desprendía. Lo ignoré.
No estaba muy segura de donde se encontraba. El desasosiego se impregnaba dentro de mi piel, la agonía recorriéndome por todo mi cuerpo. Los recuerdos de que tal vez estuviera volviendo a suceder esto con él. Y esperaba con todas mis fuerzas que estuviese equivocada.
Era de madrugada, diría que las dos o tres. Todo estaba mayormente solitario por el barrio en el que nos estaba internando. Sentí temor por un instante, pero traté de mantenerme lo más firme posible. Estacioné frente al local Danny's Puck, donde siempre llevábamos nuestras motos a este taller, pero en el cuál también se prestaba para peleas clandestinas. Bajé y me quité rápidamente el casco.
No me paré a en ver si Alan me seguía o no seguí hasta llegar a la entrada, aunque no hubiera ningún enfrentamiento hoy por lo poco que sabía, esperaba encontrar a Ethan aquí. Mayormente venia cuando necesitaba desquitar la rabia o el dolor, yo a veces también lo hacía, pero he tenido un tiempo en el que no lo he vuelto a hacer.
Fui a cruzar la puerta cuando un sonido de lamento me detuvo. Me paralicé. Cada musculo de mi cuerpo se tensó, la atmosfera se volvió más densa de lo que ya la sentía. Seguí el mismo sonido que se repetía varias veces. Avancé hasta llegar al callejón.
—Sky, no es seguro...
No escuché nada de lo que dijo. El callejón estaba desolado, se palpaba el olor a humedad y moho, la luz de la luna era todo lo que alumbraba el arruinado lugar, aun así continué hasta que vi un bulto de un cuerpo moviéndose en medio del sitio.
Mis instintos se dispararon de manera alarmante. Corrí con todas mi fuerza hacia donde se encontraba. Oré y recé porque no fuera él. Pero la suerte no estaba de mi lado hoy. Vi su cabello castaño oscuro pegado en su sucia frente, lo observé soltar alarido con cada ligero movimiento.
El alma se me cayó a los pies al ver su rostro. Estaba todo magullado, moretones por todo el rostro. Se le dificultaba respirar. Sentí Alan detrás de mí, pero no presté atención, sostuve su lánguido cuerpo entre mis brazos. Aun respiraba, cuando fui a voltear, lo sentí temblar. El miedo se instaló dentro de mí.
No podía estar pasando.
Comenzó a temblar de manera descontrolada. El pánico se apoderó de mí, apreté mis brazos alrededor de él. Su cuerpo se sacudía de una forma anormal y yo simplemente lo sostenía. Tuve su rostro entre mis manos y vi sus ojos volteados en una posición extraña. Me preocupé, realmente lo hice. Abrió en su boca como si le faltará aire, se estremecía con cada respiración entrecortada, como si le asfixiaran y supe lo que pasaba.
—Ethan...—dije con voz rasposa—, mírame, por favor mírame—hablé sujetando fuertemente su rostro entre mis manos. Él quería hablar, pero no podía.
Me giré hacía a Alan rápidamente.
—Llama a Ashton—ordené, el me miró con terror ante la situación, pero eso era lo de menos.
—Sky...
—Llámalo. Mi teléfono está en el bolsillo—lo saqué y se lo tendí mientras trataba de controlar a la persona entre mis brazos—. Su madre es doctora, ella conoce bien esto. También llama a una ambulancia ahora.
El asintió mientras lo hacía con el celular temblando en sus manos. Yo trataba de controlar a Ethan. Lo vi de reojo hacer la llamada y asentir repetidas veces diciendo cosas a la vez que no escuchaba bien, por el solo hecho de estar concentrada en Ethan.