Allyson.
Día uno.
Pasar la noche con Ryan fue... lindo, hasta que tomo sus cosas y se fue de la habitación dejándome sola. Me fue inevitable no llorar. Tenía la esperanza de que no todo estuviese perdido.
He decidido seguir con lo que pensé antes de que el entrará en mi habitación, después de que se fue, toda la noche, o lo que quedaba de ella, pensé en todas las maneras posibles para escapar. No sería fácil, eso estaba claro.
Así que, me prepare como un día normal para ir al instituto.
Ryan estableció qué Juan me llevaría y me recogeria al salir. Pero yo tenia un plan infalible que no me podía fallar.
Termine el desayuno qué Manu me había preparado, o mejor dicho solo di unas cuantas cucharadas. Juan me estaba esperando en el auto, y con mi mochila discretamente llena de ropa en vez de libros me subí.
Ryan también iba en el coche, a un lado de mi. Sin embargo no me presto atención en todo el camino, pero a su movil sí.
Abrace mi mochila y durante el camino al instituto no aparte la vista de la ventana. Ryan ya no iba, hace unos meces se graduó y ahora no sé que es lo que hacía, solo tenia entendido que trabajaria con su padre.
El frío era notorio en las ventanas empañadas, en las cuales iba haciendo dibujos con uno de mis dedos, no era normal que el cristal estuviera empañado en el mes de noviembre. Los edificios iban pasando, y más pronto de lo esperado llegamos al instituto.
Una institución privada qué cuenta con educación desde el jardín de niños hasta la preparatoria.
Juan se estacionó en la entrada, rápido se bajó y me abrió la puerta para que pudiera salir. Sin despedirme de ninguno de los dos bajé, me dirigí directamente a la entrada de las instalaciones y entre.
Ellos pensaran que estaré en el instituto como cualquier día normal.
Aquí es donde inicia mi plan, me escondí tras la reja qué estaba abierta solo para el acceso de los estudiantes y maestro, sabía que Katy, mi mejor amiga aun no llegaba, a ella siempre la traía su madre treinta minutos antes, cuando salí vi la hora en el reloj y supe que yo llegaría primero.
En mi escondite asome un poco el rostro hacia fuera, divisé a mi amiga y a su madre a lo lejos. Juan ya se había marchado. Katy le dio un beso a su madre y cruza la calle para entrar al instituto, al instante qué lo hizo la tome del brazo y la escondí conmigo.
Me saludo como de costumbre, y me preguntó como me había ido en lo que solo ella sabía. Mi arreglado matrimonio con Ryan.
—No tengo tiempo para hablar de eso ahora.—le dije lo más rápido que pude—¿Cuato tienes de mesada?
—¿Para qué?
—Necesito dinero para volver a casa con mis padre, no podré hacerlo a la hora de salida porque Juan estará esperándome y me vera, así que me voy a escapar.
—¡¿Estas loca?!—grito en un susurro, no por el dinero si no por la loca idea de escaparme—No te puedes escapar del instituto.
—Es la única manera que tengo de ver a mis padres—mentí—Ryan no me permitira hacerlo si se lo pido. Te prometo que te pagaré ¿vale?
—Vale—accedio—, pero no puedes salir con el uniforme, si algún profesor te ve puedes tener problemas.
—Me cambiare en el baño.
—Esta bien.
Corrimos hacia los baños qué afortunadamente estaban desolados.
—¿Me cubres?
—Rápido, antes de que venga alguien.
Me cambie lo más rápido que pude a mi ropa normal y sencilla. Katy me dio de su dinero lo necesario para tomar un autobus hasta mi hogar, también me ayudo a salir sin ser vista antes de que se cerrara la reja.
Camine hasta dos paradas de autobus más allá de la que esta cerca del instituto. Y espere a que pasara la ruta que más se acercara a casa.
Definitivamente no me quedaría en esa casa de los Williams, y mucho menos después de lo que me hizo Ryan la noche anterior. Me hizo sentir bien para después hacerme sentir usada. Como si no valiera nada. Me denigro, me hizo sentir como basura.
Ni podrá contactar conmigo. Mi móvil lo vendí en un intento de ayudar a papá con sus gastos y aunque si fue de gran ayuda para él, no era una fortuna. Lo poco que conseguí era para ayudar a papá, no fue mucho pero apreció él intento.
Lo material viene y va, igual que el dinero. Me ha quedado claro que no es lo que más importa en esta vida, y sí, es una herramientas necesaria qué Dios nos presta para vivir, no es lo más importante.
Ya en el autobús camino a casa me pongo a pensar en todos los posibles escenarios qué hubieran evitado qué sucediera todo esto, si mi padre no hubiese hecho mal sus negocios ahora estaría feliz y contenta sin tener que soportar esto.
El autobús avanza por las frías y desoladas calles de noviembre, no es común que a esta hora de la mañana haya poca gente supongo que es por el frío premeditado qué está haciendo. Incluso el autobús no está muy lleno, cuando a estas horas hay demasiadas personas.
La residencial donde queda mi casa en la última ruta del autobus, así que para cuando llego ya no hay absolutamente nadie en el. Bajo, aun tengo que caminar algunas calles para llegar al qué si es mi verdadero hogar.
Es mejor que yo esté aquí, con mis padres, de donde nunca me debí de haber ido.
La reja deslizante afortunadamente esta abierta, por lo que logré entrar sin problema. Camino entre los bellos árboles del jardín delantero de mi casa. No tiene ni un día que me fui de aquí y ya extrañaba todo mi entorno.
Subo por los escalos que llegan a la puerta principal. Cualquier persona diría que parece una mansión, por los colores blancos de las paredes y los detalles dorados qué hay en ellas.
Toco la puerta, no tengo mis llaves qué solía cargar siempre, porque supuestamente viviría con Ryan y ya no las necesitaria.
Celia, la chica que ayuda a mis padres abre la puerta. Me da gusto ver que ha regresado, por la crisis económica de mi padre tuvo que dejar su trabajo.
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Editado: 24.10.2024