Capítulo 8

Nuevas amistades 
 

―Summer Bliss Johnson, tienes que hacerme este enorme favor ¿si?

―En primer lugar no me gusta que me llames por mi nombre completo, asi como a ti no te gusta, así que no lo hagas, y en segundo lugar pensé que habiamos quedado que no me llevarías nunca más a una fiesta.

―Pero es que si tu no vas Damián tampoco ira y yo no puedo ir sin él y entonces que hare.

―No sé, podemos pasar tiempo juntas en casa.

―Bliss por favor, sabes que no te lo pediría si no fuera de suma importancia.

―A ver Azul no es tan importante si, vas a una fiesta cada fin de semana, que te pierdas una no es la gran cosa, además no sé por qué tengo que ir contigo.

―Porque Mason le dijo a los padres de Damián sobre la fiesta, entonces ellos dijeron que Damián solo puede ir si lleva a Mason, pero como él y yo pues bailamos, no queremos dejar a Mason solo, entonces Damián le dijo que le conseguiría una cita.

―¿Y yo soy esa cita? ―preguntó algo molesta.

―Bueno... sí. ― Azul hizo un puchero para convencer a su amiga. ―Por favor, por favor ven conmigo.

―Mira no estoy segura de que sea bueno escaparme de casa de nuevo, la noche de la cena la libramos, sabes que me metí a la cama con mi ropa de fiesta y zapatos, porque mi padre entro a mi habitación justo después de que yo entre, diez segundos más y la historia sería diferente.

―Lo siento, se que te expusiste mucho por mi culpa, pero tengo un plan esta vez. ―sonrió mostrando sus diente blancos, Summer aun se preguntaba como su amiga tenía tan lindos y blancos sus dientes después de tanta bebida.

***

Azul se miraba en el espejo, estaba delgada y alta, se sentía tan atractiva, en el vestido negro de terciopelo, que había escogido para la fiesta, su maquillaje intacto y su cabello recogido. Su labios de un rojo intenso que gritaban ¡Bésame!

―Puedes estar tranquila, tu padre nunca sabrá sobre esto― se coloco detrás de su amiga para poner sus manos sobre los hombros de ella. ―Además te ves hermosa, disfruta de esto, porque oficialmente a media noche será tu cumpleaños. ―sonrió y abrazo a su amiga recostando su cabeza en el hueco del hombro de Summer.

La fiesta era como le gustaban a Azul, llena de gente que bailaba, como si el mundo dejaria de existir, los ojos de Azul observaban a todos, fijo su vista en la mano que la llamaba a lo lejos.

―¡Oh! ¡Ya vino Damián! ―gritó sobre el volumen de la música y tomo la mano de su amiga y se puso en marcha entre la gente.

Cuando llegó Azul saludo a los chicos que estaban esperando por ellas, se lanzo a los brazos de Damián y lo beso de forma casi indecente.

―Hola, Damián, ¿Mason?― Summer saludo cuando su amiga por fin soltó a su novio.

―Hola, me alegra mucho que hayas podido venir, te ves muy linda, pero no tan linda como mi novia. ― Damián sonrió a su novia que le dio un golpe en el hombro de forma juguetona.

―Bueno ¿quieren tomar algo? ―Mason se ofrecio a ir por bebidas.

La noche avanzo y Summer cada minuto se sentía más aburrida, Azul había salido a bailar con Damián, Mason había ido al baño por lo que estaba sola en la esquina.

Se levanto y camino al balcón que daba a la calle, se inclino sobre la barandilla y miro el cielo azul oscuro, se parecía más al negro del vestido de su amiga.

El ruido afuera era menos en aquel lugar.

Hacía frío y estaba pensando en volver adentro por el abrigo que Azul le había prestado junto con la falda gris y la blusa rosa.

―¿Contemplando las estrellas? ―una voz masculina le hablo, giro la cabeza ligeramente para ver a Mason en el marco de la puerta, sonriendo.

―Algo así. ―lo miró. ―¿Y tú qué? ¿no quieres volver a la fiesta?

―No en realidad tenía la esperanza de poder... ―vacilo mirando sus manos y Summer se dio cuenta que llevaba una caja en la mano, ella no dijo nada asi que continuó. ―Quería fumar un poco lejos de esa molestia de fiesta.

―¿Pensé que tú querías venir a la fiesta?

―Sí, pero no soy muy bueno bailando, disfruto más de la vista que de la pista. ― suspiro y se adentro a el balcón y se inclino junto a Summer. ―¿te importaría si yo...?― mostro la caja en sus manos.

―Haz lo que tú quieras es tu vida.

―Bien, gracias por la mala onda.

―No te tiro mala onda, es que no entiendo ¿Por qué arruinas tu vida?

―Lo hago porque soy un rebelde. ― dijo él y una sonrisa se mostro en su rostro mientras colgaba el cigarro en su boca y lo encendía.

―Lo haces porque eres uno de ellos.

―¿Uno de quienes? ―soltó el humo y miro a Summer.

―De los niños ricos, que pretenden que con hacer fiestas, emborracharse, tener sexo desenfrenado y fumar, se rebelan ante la sociedad, como diciendo que no les importa una mierda lo que pase fuera de su mundo.

―Lo dices de forma muy ácida como si supieras algo de la vida, eres una niña...

―Mira tú no sabes nada de mí, no tienes derecho de llamarme niña. Tú que le pides a tu padre que pague tus caprichos, te saque de pleitos, porque eres muy bueno para andar de rebelde pero cuando los problemas llegan no eres capaz de hacerles frente.

Él saco el humo de su cigarro sin decir nada solo la miraba y luego comenzó a reír, ella se molesto y se giro para irse, pero la mano de él la detuvo cuando la agarro de su brazo y la hizo girar, ella se dio la vuelta y choco con el pecho de Mason, que la miraba de forma penetrante.

―Me gusta, eres... una chica muy interesante, no como las otras chicas.

Summer estaba asustada, cuando él la tomo de la mano por un momento la idea que él la lastimara la invadió, pero el golpe que se dio con el pecho de él, la hizo soltar el aire. "Él no te hará daño" pensó de forma que parecía su mantra y era lo único en lo que se podía concentrar.

―¿Yo te gusto? ―sus labios temblaban de frío o de miedo estaba segura que era por la segunda.

Mason sonrió ―No, bueno si pero no de la forma que puedes pensar. ― sacudió la cabeza negando y soltó a Summer que casi sintió que se desmayaría de miedo cuando el levanto la mano y la llevo a su boca.