Obertura

CONFRONTACIÓN

 

El brillo producido por recordar un pasado ajeno desaparece de los ojos de Segma. En medio del aturdimiento que le provoca un mensaje entregado desde otra época escucha la señal de Cavualis, quien se comunica a través del Código Onda.

—¡Segma! ¡No entiendo qué está sucediendo! En el punto C de la Falla Tectónica S3-Inversa ya están instalados los detectores sísmicos que yo debía colocar. Son los mismos equipos que preparamos en el vehículo de carga esta mañana, ¡el número de serie es el mismo! He llegado al sitio y ya estaban ahí… ¡No comprendo…! ¡No puedo haberme equivocado!

—¿Qué dices? —responde Segma colocándose de nuevo el casco explorador—. Espera, me siento conmocionada por el último recuerdo y todavía me cuesta asimilar la realidad.

Cavualis insiste: —Por favor, Segma, ¡necesito una respuesta de inmediato! Dime que de alguna manera instalaste los sensores mientras estabas inmersa en los recuerdos de Yehero, o tendremos que encontrar alguna explicación mucho más compleja. Definitivamente ¡te aseguro que yo no los instalé!

—¡No entiendo de qué me hablas! Yo no lo hice, de hecho ni siquiera he empezado a instalar los dispositivos aquí, en mi punto, pues acabo de salir del recuerdo —confiesa mientras desempaca apresuradamente los equipos para cumplir su labor de inmediato. Sin hacerle mucho caso, lo pone al día sobre su reciente experiencia—. Sí, Cavualis, ¡es una situación poco convencional que seas tan despistado! Pero óyeme, hace mil años Yehero escribió sobre lo que estamos haciendo tú y yo, nuestros nombres, nuestras misiones e incluso me dejó un mensaje personal en el recuerdo. ¡Estoy consternada con eso! Siento que no soy libre… como si únicamente fuéramos…

Cavualis la interrumpe e insiste con mayor ímpetu: —¡Cállate y escúchame, por favor! Creo que nos espían y que se burlan de nosotrus. Te prometo que después de que solucionemos esto, oiré atentamente tu recuerdo y todos tus dilemas existenciales, pero ahora nos encontramos en una situación difícil. ¡Alguien ha tomado los cuatro dispositivos restantes y los ha instalado en el punto C de la Falla Tectónica S3-Inversa! —hace una pausa y con evidente preocupación continúa exponiendo su temor—. Esperaba que fuese una broma tuya, a pesar de que sabía que era poco probable, dado tu precario sentido del humor… Entonces, lo único que se me ocurre es que algún Espléndidu de la oposición haya rastreado nuestras últimas conversaciones. Es la única posibilidad que veo, pues ningún memge de rango inferior podría hacer esto sin que yo me percatara. ¿Tú qué crees?

—¡Cálmate un poco, por favor! Tal vez haya otra explicación y no estemos en problemas, como tú piensas. Es posible que sea Yehero quien lo hizo, ¿no? Tal vez quiera manifestarse ante nosotrus, hoy nos ha permitido descifrar información muy importante de su pasado. Está cerca, lo presiento… Tal vez haga una aparición teatral y dramática —dice Segma con ilusión mientras examina la lejanía en busca del visitante que tanto admira.

Pero Cavualis la corta en seco: —¡No te emociones tanto, Segma! No encuentro una razón lógica para que Yehero se manifestase de alguna manera en este lugar. Dirás que estoy delirando de persecución, pero solamente tengo un nombre en mi cabeza: ¡Lamled-Ebiur! Él siempre ha intentado sabotear nuestras investigaciones para detener el magnífico progreso que estamos logrando en el Zimi. Sabes bien que al gobierno del planeta Lu-Um no le conviene nuestro avance y que hará lo que pueda para estropear nuestros planes. Ellus buscan reprimir nuestra independencia mediante cualquier medio.

Ambos se mantienen pensativos y en silencio mientras hacen sus propias averiguaciones de manera virtual, hasta que Cavualis vuelve a conectarse con Segma y le informa su nueva hipótesis: —Pienso que tal vez ya esté funcionando el Algoritmo de Amm. Es la única herramienta que podría rastrear nuestra ubicación. Yo mismo encripté nuestro Código Onda, por lo que es imposible que un memge descifre mi sistema de seguridad. Realmente, ¡no entiendo cómo supieron nuestra ubicación! Estoy seguro de que los guardianes nunca nos traicionarían —se repone, y ya más envalentonado anuncia—: Sí así son las cosas, ¡creo que esta misión finalmente se volverá emocionante! Hace mucho que nada me sorprendía... parece que vas a tener el honor de verme en acción, —ahora presumiendo— en este desierto podré utilizar el nuevo artilugio genético que integré, el que me permite construir instantáneamente nuevas armas mediante impulsos electromagnéticos, utilizando las aleaciones de ferrofluidos que protegen mi cuerpo. En las ciudades no lo puedo usar porque son ilegales para un guerrero de mi rango, pero acá y en esta situación ¡juro que no me contendré! Utilizaré todo mi poder contra sus comandos, si es necesario, aunque no creo que sean tan idiotas como para enviar un pequeño grupo contra nosotrus dos. Saben que superaríamos fácilmente a cualquier Taa-lu guerrero de nuestro nivel. En todo caso, te digo que voy a disfrutar esto, Segma. ¡Hoy habrá violencia sin censura! —y con sorna, añade— Además, estaré encantado de ver tus capacidades después de tantos años de entrenamiento...




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