Me despierto por unos deliciosos toques en mi rostro .
Abro los ojos y veo a un Taylor sonriéndome.
¡Pero que sexy!
— Tenemos que alistarnos para volver y además de que tienes que volver al colegio, Raven. — habla.
Mierda el colegio, me había olvidado del colegio.
Yo asiento con la cabeza.
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Ya una vez en el avión miro por la ventana y poco a poco nos alejamos de Francia.
Ya después de esas aburridas horas de viaje llegamos a New York.
— Llegamos, princesa. — me dice Taylor saliendo del jet.
— Vamos.— dijo tomando mis maletas.
Nos montamos un vehículo que nos espera y nos encaminamos hacia la casa.
Una vez ya afuera de la casa Taylor toma las maletas y las adentra.
Entramos a la casa, caminamos a la habitación y me limito a cambiarme me tiro a la cama y un sueño profundo me consume.
— Princesa, princesa arriba tienes que ir a la escuela.— me susurra Taylor.
— ¡No, unos minutos más! — digo aún con los ojos cerrados.
— ¡Hay nutella para desyunar!— dice.
Me levanto de la cama de golpe, sí no lo sabían soy amante a la nutella.
— Te espero abajo.— dice para luego salir.
Me adentro al baño y realizo mis higiene personal y luego salgo envuelta en una toalla.
Las cosas con Taylor han ido bien desde la luna de miel y la verdad espero que sea hace todo el tiempo.
《Te gusta, te gusta》
Busco en el armario y me coloco unos vaqueros con una blusa sencilla y mis tenis.
Busco mi mochila, la cual trajo mi madre.
Bajo y Taylor está con su hermana en la sala.
— ¡Hola! - digo saludando con alegría a Camila.
Y ella me devuelve el saludo.
— Taylor tengo una duda.— digo sentándome en la mesa.
— ¿Qué pasa?— dice.
— ¿Los chicos viven con nosotros?— digo
— No, pero siempre vienen.— dice.
La señora María llega con nuestro desayuno y termino este rápido, miro mi reloj y veo que se me va a hacer tarde.
— Ya me tengo que ir, se me va a hacer tarde.— digo.
— Yo te llevo. — dice poniendose de pie también.
Camino hacia donde Camila y le doy un beso en la mejilla.
Camino al lado de Taylor me monto en su auto y él inicia nuestro camino. Una vez en el instituto me voy a bajar pero Taylor me detiene.
— ¿Y mi beso?— dice sonriendo.
Yo sonrió y lentamente me le acercó y le planto un beso tierno y sencillo. Me bajo del coche y todos me voltean a ver pero yo los ignoro camino por los pasillos, todos murmuran entre ellos.
No les tomo importancia.
El que nada debe, nada teme.