Cada línea curva de tu cuerpo se hacía presente en el recorrido que mis dedos surcaban,
Las decenas de constelaciones que tu espalda llenaban,
Las desordenadas hebras de tus cabellos brillaban,
En la luna tus ojos se iluminaban,
Entre suspiros ahogados nuestras bocas se callaban,
Las yemas de tus dedos exploraban,
Las dulces comisuras de tus labios se elevaban,
Y tus dientes alineados se mostraban,
Tus mejillas se abultaban y un sonrojo te ganaba,
Las miradas encontradas
Que nuestro amor llenaba,
Y no se podía ocultar en penumbras que no alcanzaban.