En todo el pueblo se hablabla de lo sucedido la noche anterior, los chicos me habían llamado para saber como estaba y saber qué era lo que había sucedido realmente.
Estaba en mi casa con Raquel y Nicolas, nos encontrábamos sentados en el borde de la ventana de mi habitación con los pies colgando hacia el suelo.
Raquel tenía una pizza en sus piernas, y los tres sosteníamos una Coca-Cola en las manos. Llegaron sin avisar, le había comentado a Raquel en la mañana de la crisis que había tenido por la noche. Por lo que llegaron a hacerme compañía durante el día.
Tenía pensado esta noche hablar con mi padre sobre quién vi bajo el pasamontañas. Pero antes necesitaba aclarar algunas dudas.
-Nicolas, ¿cuanto tiempo tenías de no ver a tu tío?
-No recuerdo muy bien, Mere. Pero fue hace como unos ocho años, él se fue y hasta ahora volvió.
Sacando una cuenta razonable, hace ocho años fue el homicidio de la familia de Max. Es mucha coincidencia que alguien desaparezca justo después de eso.
Algo tuvo que estar haciendo en este tiempo, y en algún lugar tuvo que vivir.
-¿Tu tío donde estuvo todo este tiempo? ¿En qué trabajó? -. Si el me respondía, así sería más fácil para mi saber si mis sospechas realmente coincidían con las fechas y lugares que tengo que investigar más a fondo.
-Él estaba viviendo en San Francisco, tenía un departamento allí, también trabajó en una procesadora de maderas a las afueras del lugar, al menos eso nos ha dicho. ¿Por qué tanto interés, Mere?-. Necesitaba conseguir esas ubicaciones, así algún vecino me podía dar más pistas.
-Es solo curiosidad, ¡nada más!
También me preocupaba por Nic, no era bueno que estuviera viviendo bajo el mismo techo que ese hombre.
Nos bajamos de la ventana y nos sentamos en el suelo a ver películas en la computadora, la pizza ya solo tenía tres pedazos y el refresco se había acabado.
-Iré por más refresco -me incliné para recoger los vasos.
Ya casi era hora de que mis padres lleguen, tengo que esperar hasta que mis amigos se vayan para poder hablar con mi padre.
Caminé hacia la cocina, tomé una botella del refrigerador y me acerqué al fregadero a rellenar los vasos, levanté mi vista hacia la ventana, el tío de Nicolas estaba frente a esta mirándome desde los árboles. No me dí cuenta cuando uno de los vasos cayó de mi mano haciendo un ruido ensordecedor. Miré hacia el suelo y cuando volví a mirar hacia él ya no estaba.
Vacíe el contenido en otro vaso y corrí hacia mi habitación.
Eso fue extraño, empezaba a creer que él estaba jugando con mi mente, algo me quería hacer saber y aún no lo podía descifrar. También se ha arriesgado mucho, en este lugar no se le va a hacer muy fácil seguir haciendo este tipo de cosas y que medie lo vaya a ver, alguien más tiene que saber de esto o de algo que Hector haya hecho aparte de mi.
Pero también tengo un ventaja sobre él, él no sabe que yo vi su rostro.
Cuando mi padre llegó en la noche ya mis amigos se habían ido, no les comenté nada, con Nicolas hablaría después.
Subí a la pequeña oficina que mi padre tenía en casa, constaba de una habitación pequeña, recubierta de madera de cedro, tenía una amplia ventana hacia la calle y varios cuadros con diversas pinturas que mi madre colocó, compradas en pequeños mercados.
Mi padre estaba sentado frente a la computadora y estaba inclinado sobre la mesa anotando cosas en una pequeña libreta.
-¿Estás muy ocupado, papá?
-No Mere, siéntate si quieres-. Señaló una silla que estaba frente a él.
Me senté y empecé a jugar con un prensa papel que estaba sobre el escritorio.
-¿Necesitas algo, Meredith?
-Papá, necesito que me respondas algunas preguntas-. Siempre que estaba nervioso empezaba a jugar con los dedos de mis manos, mi padre notó ese gesto y me miró.
-¿Qué sucede hija?
-Te voy a contar algo, pero antes necesito que me saques de unas dudas.
Colocó la libreta de lado y me miró con suma atención. -Te escucho.
-¿En qué año fue el asesinato de la familia de Max?
-Fue en el 2002 , hace dieciséis años-. Unas arrugas empezaron a aparecer en su frente.
-¿Hace cuanto tiempo que él tío de Nicolas estuvo fuera de este pueblo?
Fijó su mirada en los cuadros de la pared pensando. -Hace unos ocho años...
-¿No se te hace coincidencia?, según lo que me dijiste el otro día a él lo habían culpado pero no encontraron pistas suficientes. Coincide mucho ambas fechas y el hombre tiene un aire misterioso, de ese que te hace pensar que esconde algo.
-¿A dónde quieres llegar con todo esto, Meredith?
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Editado: 29.06.2018