Oculta

ENTRENAMIENTO

CAPITULO CUARENTA Y NUEVE

 

LUCIA

-Estos son los planos que necesitas para la presentación de mañana – le digo a Alejandro que se encuentra en su escritorio con el ceño fruncido por alguna extraña razón, no me responde y yo estoy perdiendo la paciencia porque llevo explicándole hace más de diez minutos lo que tiene que tener en cuenta sobre los cambios y detalles

-Mañana no voy a venir – le digo y logro su atención porque levanta sus ojos hacia mí y pronuncia un ¿Qué? Con un poco de molestia – estos son los planos

-No, eso no me importa – dice y se pone de pie y me ve directo a los ojos

-Que mañana no voy a venir a la ofician – le hago un gesto de indiferencia – tengo un asunto que resolver en la facultada y no vendré todo el día

-Lucia teneos el presen…

-No, tú tienes la presentación, yo voy a la facultad y punto, soy pasante, tengo que presentarme en la universidad porque me han llamado – me cruzo de brazos y el me ve con una expresión de enojo

-¿Qué te lleva todo el día, para que no vengas al trabajo? – cuestiona y sé por dónde va, pero no le voy a dar el gusto de que se enfade por nada

-no tengo idea, recibí un correo – se lo paso al frente sobre su escritorio – y es lo que dice, que debemos estar desde la mañana – toma la hoja y lee con atención, se demora demasiado por lo que asumo que lo ha leído más de una vez

Se sienta derrotado y yo no puedo dejar de reír por su expresión, lo molesta porque tiene muy mala expresión facial.

-va a estar Erick ahí – le hago un gesto con la mano de no sé y me ve con el ceño fruncido, va a estar es parte del escuadrón, ese no es un correo de la universidad es del ejército, el día de mañana tenemos que estar presentes para instrucciones y otras cosas en las oficinas.

-Tengo entendido que somos los estudiantes los que asistiremos a la reunión – hablo con toda la calma que puedo imprimir en mi voz porque me pone nerviosa su escrutarían a mi rostro, por alguna extraña razón no puedo mentir tan fácil y convincente, siempre en su mirada noto que no le convence mis respuestas - ¿Por qué la pregunta? – rodea el escritorio colocándose justo frente a su escritorio en el espacio existe entre mi silla y ese trozo de madera moldeado, levanto un poco la vista para poder ver su rostro y me ve con algo extraño en sus ojos - ¿Qué?

-no sabes o no me quieres decir – ahí estamos de nuevo

-Puedo llamarle para que estés seguro de sí estará en la reunión o no – le digo con burla en cada palabra, sus ojos se oscurecen, por lo que decido recostarme en la silla y cruzar los brazos - ¿lo hago? – su mandíbula se aprieta por lo que decido que es mejor calmar lo ahora – es uno de los catedráticos de la universidad, por lo que asumo que estará en ese lugar y aun cuando no te agrada es mi amigo – eso ultimo seguro que no lo calmo nada

Me ve sin una pizca de felicidad por mi respuesta, pero estoy intento ser lo extremadamente convincente que puedo – Alejando eso no lo puedo evitar, Erick es exalumno de la universidad, también está viendo su tesis, es el suplente y yo no soy quien decide …- no me deja terminar mi razonamiento ante una situación ficticia, sus labios están sobre los míos y sin tener claro me encuentro entre sus piernas pegada a su pecho mis manos dirigen su camino a sus hombros en busca de comodidad ante sus brazos, pasan un tiempo y no separamos.

-No me agrada tu ex – ante su afirmación río sin reserva, demostrando lo chistoso que se escucha celoso

-No te van los celos Alejandro – y le doy un beso rápido en los labios – voy porque me llamaron, bueno a todos

-Lo que no comprendo es porque todo el día – eso sería fácil de responder si tan solo le pudiera hablar sobre mi trabajo, solo que esa no es la situación

-no tengo idea

-voy por ti a la salida – niego con la cabeza ante mi acción solo ríe – no pregunte, voy por ti, solo me llamas y llegare – intento hablar, pero antes de que proteste pone sus labios sobre los míos en un beso que exige silencio lo termina rápido toma la mano y soy arrastrada hacia mi oficina, toma mi bolsa, luego nos dirigimos a la salida, mi cerebro procesa todo, no hago pregunta alguna nos detenemos frente al escritorio de Damaris

-le dices a Eduardo que le pase sus apuntes a Lucía del día de hoy, no ira a la universidad

-¿Qué? – grito y parece no afectarle – ¡Alejandro! ¿Qué te hace pensar que…- no me deja terminar la pregunta porque soy arrastrada a las afueras de la oficina, Damaris solo ríe ante mis acciones de soltar mi mano del agarre de Alejandro y solo agita la mano a modo de despedida – Alejandro, Alejandro – lo llamo y no se detiene hasta que nos encontramos en la puerta del copiloto de su auto -¿Qué rayos te pasa?

-pasa que todo el día de mañana no vas a estar al cruzar la puerta de mi oficina y no voy a soportar hasta el final del día que nos veamos, por lo que voy a aprovechar las horas que tenemos juntos el día de hoy – me ve con una expresión serene y algo muy bonito en sus ojos y yo no puedo negarme ante tal argumento, subo al auto, antes de que yo tome el cinturón de seguridad, lo hace el y con el cuidado de no rozarme o tocarme el cuerpo me lo coloca.

Es muy considerado atento y no pregunta sobre lo ocurrido en mi antigua habitación, Vicky brinca de la felicidad porque no salgo con Erick, Denis, se fue muy feliz a la mañana siguiente y mi abuelo me tiene monitoreada por el móvil en ocasiones seguidas.

 

***

Lucía

Cinco de la mañana y todos debemos estar formados en el gimnasio al uniforme han agregado un pasamontaña, me termino de colocar el cinturón, doy un último suspiro antes de salir de los armarios, soy la última en salir de dicho lugar.

A fuera en el pasillo todos están formados en una fila, a tres personas de la cabeza se encuentra mi espacio camino y todos me ven no muy felices asumo porque todos tiene el pasamontaña puesto – pasamontañas – dice serio el soldado de primera que nos dirige.




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