Ojalá nunca.

La decisión

《Alien》
Nada mas llegar al garaje de Marina donde desde hacia un tiempo era mi vivienda, me puse cómoda encendí la televisión, una pequeña televisión que antes era de ella y al comprarse una de mayor gama la dejo allí, no recuerdo en que momento me venció el sueño, escuché y me despertaron los pasos de Marina que acababa de entrar con dos pizzas.

-Alien-Me llamó, con un tono serio aunque a mi parecer amigable.

Me incorporé y la miré frotándome los ojos.

-Ahorrate el sermón Marina-Dije recogiendo mi cabello en una coleta alta.

-No te quiero sermonear pero que sepas que pienso que te has equivocado-  dijo ella.

-Marina- Empecé con rabia- No me se si me he equivocado o no ¿vale? Pero no podia aguantar mas a Tomás de acuerdo, si a ti te parece divertido que  sea un acosador sigue trabajando para el, pero yo no aguanto.

-Exageras-Dijo ella cogiendo un trozo de pizza.

-¿Que exagero? Tia me toca el culo, me mira relamiendose y por si fuera poco, cosa que ha hecho que ya me hierva la sangre cuando me estaba cambiando me estaba mirando- Dije frustrada pasando por completo de la pizza.

-Nos cambiamos en el almacen, y se habían acabado los quintos- dijo defendiendole ella.

-Me parece muy fuerte Marina- Dije levantandome- Me parece super fuerte que lo defiendas, no iba a tardar mas de cinco minutos y sabia que era mi hora de finalizar el turno, sabia que estaba dentro podria haber esperado pero aun asi prefirió entrar-ella iba a contestar pero la corte, su caracter cabezota y alineado me sacaba de quicio- ¿Sabes que? Voy a hacer algo de lo que espero no arrepentirme.

-¿De que hablas? -Dijo ella soltando la pizza y mirándome.
Conocía bien mis ataques repentinos.

-Me voy, si no puedo aportar no quiero ocupar tu garaje-Dije cogiendo mi maleta con la que llegué e introduciendo mis pertenencias.

-Ooh venga vamos Alien, ya encontrarás algo, no te vayas- dijo Marina yendo hacia mi.

-Marina sabes como soy, sabes que no soporto la idea de quedarme estancada, sabes que mi cabeza va a mil por hora siempre, pensando que hacer y que para mi NO significa nueva oportunidad, no quiero estar toda mi vida trabajando para vivir, quiero explorar lugares quiero viajar y no parar ni un solo instante-Dije dando por finalizada la maleta, pues  tenia muy pocas pertenencias y la verdad asi lo preferia. Ls mayoría de cosas se quedaron en casa de mi padre y era un lugar olvidado ya para mi.

-Pero no tienes suficiente dinero para hacer eso-Dijo ella intentando detenerme.

El dinero nunca había sido una obsesión para mi, asi que no me preocuoaba en absoluto.

-Me las apañare- Dije con una sonrisa.

Marina sin devolverme la sonrisa me abrazó fuerte.

-¿Y que piensas hacer?- dijo aun en el abrazo.

-Autostop-Dije yo muy convencida. 

-¿Que? -Se separó de golpe-¿Estas majara o que? Es super peligroso y más para una mujer, la de imbéciles que se pueden parar e intentar hacerte daño, como violarte o incluso matarte-dijo ella con una notable alteración.

-Relax Marina,no me subiré en el primero que pare tranquila- dije sin perder mi sonrisa.

-Se que cuando se te mete  algo entre ceja y ceja no hay manera de convencerte- dijo ella esta vez dándome una sonrisa aunque con cierta preocupación- Pero porfavor se prudente y llámame de vez en cuando para saber si estás bien.

Me abrazó tan fuerte que cualquiera diria que no habia musculado en su  vida. 

Tras la despedida que fue mas larga de lo que hubiera querido sali de ese garaje y empecé a caminar por las calles de ese pequeño barrio, mi objetivo era llegar hasta la carretera principal. 

Pasé por una frutería y vi un montón de cajas en el exterior, neceistaba un cartel para llamar la atención de los conductores, asi que pedí permiso a la mujer para arrancar un pedazo que amablemente accedió pues eran para  tirar.

Con el gran pedazo debajo de mi brazo arrastrando mi maleta y con una mochila en mi espalda llegué al tramo final que daba a la salida de la carretera, era la primera vez que salia de aquel pueblo, asi que las direcciones que habia en los carteles eran totalmente desconocidas para mi, me adentre un poco en la carretera andando cuidadosamente por el arcén y me situe en el primer hueco que vi seguro para mi, y seguro para que en el caso de que algún vehículo decidiese parar le sería facil sin obstruir el tráfico.

Me senté en la maleta agarré el pedazo de cartón y un bolígrafo de color rojo muy llamativo y escribí con grandes letras.

《PROXIMA CIUDAD O PUBELO SEA  CUAL SEA VOY A LA AVENTURA》

Satisfecha con el resultado lo levante visible en el momento que pasaban coches y más afluencia habia.

Nadie paraba empezaba a cuestionarme si no tendría que volver o pasar la noche acurrucada en el trozo ancho donde me encontraba.

Empezaba a desesperarme y bastante lo creía mas facil, cuando para colmo un coche pasó pitando, pude ver que eran chavales a lo que el copiloto gritó.

-CUANTO COBRAS MUÑECA-

Por suerte sólo fue la gracia y no se pararon, me convenci a mi misma de que el próximo pararia poniéndome de pie y sujetando el cartel con firmeza y seguridad.

Pasaron uno, dos, tres, cuatro.... la verdad es que perdí la cuenta,  pero seguía en mi posición sin rendirme,  a cabezota y a perseverancia nadie me ganaba.



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Editado: 28.02.2018

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