Ojalá Siempre

3

—¡Demonios! ¿Quién invito a esta mujer?—Masculló Vemnet por lo bajo.

Joselyn era una chica linda pero algo imperativa.  Ella se había encargado de sacarle a Ale toda la información de aquella loca aventura, y claro desde luego, se había entusiasmado en ir a una —como ella denominaba— excursión excitante, aunque si no la conociera bien los hubiera engañado, porque ella misma estaba allí solo por una cosa, la oportunidad perfecta de ver a hombres jodidamente fachados en acción. Estaba allí por mera satisfacción visual. Ezra reposaba con la espalda en un árbol de caoba algo distante. Connor estaba sentando a un lado de Vemnet entablando una leve conversación con Joselyn, Hunter reposaba al otro lado del parque de la misma manera que Ezra pero guardando una sonrisa entre labios. Solo faltaba Ale. Que ya estaba tardándose mucho.

Unos segundos más tarde Ale llegó a la puerta del parque, y entro vacilando hasta desplazarse a donde estaban los chicos. Quienes lo recibieron con diferentes miradas cada uno Vemnet se levantó e irguió todos sus músculos, ahora empezaba el viaje.

—¿Te podías tardar más?—Preguntó siendo sarcástico y algo molesto por el retraso. Ale puso una sonrisa forzada en sus labios y luego continúo.

—Es que no encontraba mi mochila.

Vemnet se frunció el ceño y resoplo resignado, luego alzo su voz para que todos se reunieran alrededor de él.

—Iremos a Sinaja, el viaje nos llevara dos horas por lo menos, cuando estemos adentro de la montaña iniciaremos el ascenso de novecientos metros, desde la carretera del pueblo vecino hasta la punta de las montañas.—Vemnet señalo hacia la punta de la montaña en donde los pinos hacían una larga trayectoria a lo lardo de la misma, como adornándola cual follaje en jardín.

—Joder porque no puede ser más cerca. ¡Nuestras piernas estarán en estado de descomposición cuando llegamos a la cima!—Exclamo Joselyn poniendo los brazos como jarras.

—Pues creo que nadie te ha invitado Joselyn tu viniste sola ahora carga con las consecuencias.—Espeto Ale frunciendo el ceño.

—¡Calma los dos!—Exigió Hunter.

Vemnet consideraba dejar a ese par de locos en el parque he ir solamente con Hunter, Ezra y Connor. Sin embargo mientras más personas fueran era mucho mejor, entonces se dio media vuelta y se dirigió a la camioneta Silverado de Connor.

Ezra se acercó sigilosamente hacia Vemnet y luego le pregunto discreto.

—¿Crees que no nos van a retrasar?, ¡ellos parecen algo bueno como decirlo sin ofender!—El llevo sus manos hacia su mentón.

—Son una panda de locos, pero tranquilo seguro tendrán aguante.—Vemnet esperaba que sus palabras fueran ciertas— ¿Dime trajiste algo con que defendernos?

—Un par de navajas y el hacha con el que cortaremos el pino.— Vemnet casi suelta una maldición. Pero de seguro Hunter había traído una pistola por lo mínimo, nadie quería problemas pero en una montaña llena de animales salvaje ir armados no era una opción, era una necesidad.

—Iré en la cabina—Grito Joselyn antes de salir corriendo hacia la camioneta.—¡Gane es mía! —Guiño un ojo entrando a la cabina de dos pasajeros.

—Nosotros tendremos que ir afuera.—Dijo Ezra.

—Conduzco yo.—Anuncio Connor mientras iba a abrir la puerta.

Los chicos se subieron todos a la plataforma de atrás, Ezra  iba junto a Hunter y Ale junto a Vemnet, todos se sentaron en el hierro laminado de la batea. Enseguida el motor de la camioneta se encendió. Tras un grito de partida Connor acelero y los cauchos patinaron, finalmente se internaron a la carretera.

En menos de una hora dejaron el follaje que los arboles conformaban a lo largo de la carretera, ahora las montañas se hacían más largas, su extensión era indómita y perenne, por unos segundos Vemnet contempló el cielo azul celeste moteado por pequeñas nubes conforme iban avanzando. Hunter y Ezra habían quedado justo al frente uno del otro, silenciosos compartían una mirada asesina mientras se examinaban, claro nunca se habían dirigido la palabra con anterioridad eran dos desconocidos, pensó Vemnet al caer en cuenta.  El chico moreno reía internamente por su travesura.

El aire comenzaba a ponerse más fresco cuando avanzaban, era porque las tierras cercanas al pueblo siempre eran frías.

—Espero que nada salga mal—Dijo Ale casi rezando, la angustia en su mirada era absoluta.

—Tranquilo nada malo pasará—Explico Ezra de un lado de la camioneta, pero como si una guerra hubiera iniciado Hunter repico su comentario con una risa bufándose.

—Hay un tigre suelto por la montaña, agregando que esos caminos están casi desiertos y plagados por muchas serpientes venenosas.—Ale inundo su rostro en preocupación ante las declaratoria de Hunter— si quieres regresar con vida chico te sugiero que abras bien los ojos y pises fuerte por donde vas a caminar.—Hunter dedico una sonrisa malvada hacia Ale, que por su parte estaba comenzando a odiarlo.

—Tranquilo Ale—Inquirió Ezra— deberías saber que estas asustando a un compañero, no eres bueno para las acampadas grupales—Explico él de manera sarcástica— pero tranquilo que nadie morirá para eso estoy yo.—Hunter frunció el ceño.— Tranquilo Ale nadie morirá. Puedo dar fe de ello. —Ezra puso una sonrisa en su cara antes de cruzar sus brazos sobre su pecho, mostrando los rudos bíceps torneados y trabajados.




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