Capítulo 17

“Una Nueva Vida”

DICIEMBRE DE 2000

DIECISEIS AÑOS ATRÁS

—Estoy recibiendo algunas señales importantes—dije con mis ojos cerrados mientras sostenía el bastón mágico y tomaba a Camila fuertemente con mi mano. Las señales eran muy importantes y debía poner mucha atención para poder percibirlas como Camila lo hacía.

—¿Lauren estas segura que no nos meteremos en problemas? —me dijo Camila pegándose a mi como una niña miedosa—, tu mamá nos dijo que no saliéramos del jardín.

—Estamos en el parque frente a nuestras casas—dije poniendo los ojos en blanco cuando los tuve que abrir para ver a mi mejor amiga—, no pueden decirnos nada, además, Bubby está con nosotras.

Bubby ladró y yo sonreí. Era un perro muy listo porque yo lo estaba entrenando para que fuera el mejor perro de todos los perros aventureros del mundo. ¿Los perros ganaban premios y medallas como en el colegio? Porque Bubby iba a un colegio para perros de buenos modales, era un ejemplo, y era el mejor y se merecía las estrellitas doradas que Camila siempre llevaba a casa de la escuela, y que yo jamás podía ganar.

—Estoy segura que ese tesoro se encuentra en algún lugar—dije sabiendo que era verdad. Lo había escuchado de Christopher y sus amigos. Había un tesoro en ese parque y nadie podría descubrirlo antes que Camila y yo—, Bubby usa tu super olfato.

—Lauren tengo miedo—dijo Camila—, no quiero que te dejen sin jugar como hace unos días cuando no llevaste tu tarea de matemática.

—La matemática es aburrida—dije simplemente volviendo a cerrar mis ojos—, yo quiero ser astronauta y para eso solo se necesita conocer las estrellas y la luna. Yo te las describo todas las noches, así que se lo que son.

—¿Y qué son? —me preguntó Camila y yo suspiré mientras abría mis ojos de nuevo y veía a mi mejor amiga que estaba abrazada a mi brazo, yo sonreí al verla sabiendo que ella sabía que yo la protegería de todo mal. Yo era una guerrera, superpoderosa.

—Son como dos grandes círculos brillantes—dije rápidamente tomando su mano y haciendo un circulo que la hizo reír—, son tan brillantes como el sol, pero su luz es blanca y solo brillan cuando el cielo esta negro. Mi mamá dice que la luna es la reina de la noche, y el sol es el rey del día.

—¿Los dos son reyes? —me preguntó y yo suspiré. ¿Qué acaso su mamá no le contaba historias?

—Ellos están casados—dije rápidamente—, la luna es la novia del sol y tienen su propio reino.

—¿Pero si están casados porque viven separados? —Camila se veía tan confundida y yo empecé a pensar tratando de explicarle lo que sucedía.

—Mi mamá dice que ellos no pueden estar todo el tiempo juntos porque la reina solo brilla por la noche, y el rey por el día. Y luego cambian de lugar para poder llenar de luz el mundo. Mi mamá dice que pocas veces están juntos pero que cuando se reúnen hacen una fiesta porque han hecho un buen trabajo.

—¿Cómo nosotras cuando pasamos de curso? —sonrió Camila y yo asentí.

—Así como la fiesta a la que fuiste de mi escuela—le sonreí—, hacen una fiesta increíble porque han hecho un buen trabajo y mi mamá dice que eso se llama laplipse

—¿Laplipse?—dijo Camila sin entender y yo puse una cara rara porque mi mamá había dicho otra palabra extraña. Pero obviamente no iba a decirle a Camila que no la recordaba.

—Que el cielo y el sol se unen—Camila empezó a reír y yo puse una cara extraña.

—Eso se llama eclipse, Lauren—dijo riendo—, mi mamá me lo dijo cuando estábamos viendo una clase de las estrellas, el sol y la luna en mi escuela.

—Bueno en mi escuela se dice laplipse—dije sin dejarme vencer—, yo estaba en lo correcto. Tu escuela se equivoca.

—Eclipse—me volvió a repetir y yo puse mis ojos en blanco molesta. Se suponía que su mamá no le contaba historias.

—Bueno, como sea—dije rápidamente—, lo importante es que yo quiero verlas de cerca cuando crezca.

—Pero necesitas matemática para poder contar las estrellas—dijo Camila y yo pensé que tenía razón.

—Cuando seas grande y te operen de tus ojitos, tú vas a venir conmigo a mi viaje y vas a contarlas por mí. Las dos vamos a viajar en una nave espacial gigante como las del museo.

—¿Me vas a llevar por el cielo? —dijo sorprendida y yo sonreí.

—Claro, que voy a llevarte—dije tomándole la mano—, nosotras siempre vamos a estar juntas.

—¿Me lo prometes? —susurró Camila.

—Te lo prometo, hadita—le respondí y supe que iba a cumplir esa promesa, iba a llevar a Camila a conocer las estrellas y el cielo. Y ese viaje lo haríamos juntas.