La voluntad inquebrantable de los japoneses conmueve al pueblo que antes veía con cierta lastima su pobre juego al comienzo del torneo y ahora se han convertido en favoritos a seguir avanzando en instancias decisivas.
Mientras tanto, los All Wallabies se han ganado abucheos y odio por su juego fuera de las normas y valores que intenta promover el torneo y futsal en general. Robert, el árbitro que se encargó de dirigir el juego, da el pitazo final que decreta el 3-0 a favor de Okumu y desata la euforia del equipo asiático y los festejos de la tribuna.
Sara llega a donde está el banco que dirige su esposo y salta sobre él para besarlo, feliz por la victoria de ellos por sobre la corrupción que intentaba eclipsarlos.
Hideo en el banco de los suplentes, cae al suelo, agotado y adolorido pero aliviado del gran resultado obtenido, mientras que Tobira salta entusiasmado y corre hacia su compañero para extenderle la mano y ayudarlo a levantarse. Steve se sienta junto al palo derecho del arco y con la cabeza agacha y lágrimas que cae lentamente, se siente feliz hasta sonreír.
Los aplausos de los espectadores inundan el gimnasio donde se jugó el encuentro. Inosuke regresa al banco de suplentes, donde Hanamichi le entrega una botella con agua. El encuentro había agotado a nivel emocional a cada jugador y sobre todo a Steve. Entonces, Inosuke toma dos botellas, una para él y otra para el británico japones:
Inosuke: “Oye”
Steve: “¿Huh?”-levanta su cabeza
Inosuke: “Está fresca. Te ayudará”
Steve: “Gracias”- toma la botella, quita su tapa y le da un gran sorbo
Tobira y Miro ayudan a Hideo y los tres caminan rumbo a Steve con Tadashi siguiéndolos detrás. Se reúnen para darse ánimos y felicitarse por lo que han logrado.
Resultado Final:
Okumi 3-0 All Wallabies
Estadísticas Finales:
Tiros:
Okumi: 9
All Wallabies: 13
Tiros a Puerta:
Okumi: 8
All Wallabies: 9
Faltas Cometidas:
Okumi: 4
All Wallabies: 2
Tarjetas Amarillas:
Okumi: 1
All Wallabies: 0
Posesión del Balón:
Okumi: 78%
All Wallabies: 22%
Joe, frustrado porque no salió como pretendía, insulta y golpea el suelo con sus puños hasta romperse los nudillos y luego mira a Arthur y Mark, sus compañeros de desde la niñe, entonces se pone de pie y los increpa hasta que ambos chicos reciben escupitajos injustos:
Joe: “¡Son unos malditos inútiles, salgan de mi vista malditos idiotas!”
Arthur: “Oye, cálmate porque esto no fue nuestra culpa”
Mark: “No era un hecho que ganáramos”
Joe: “¿Qué dicen? ¡¿acaso es una broma lo que están haciendo?! ¡teníamos que ganar hoy imbéciles!”
Adrian: “Si tu intención era demostrar algo, tu egocéntrica actitud lo empeoró”
Joe: “¡Tu…cierra la puta boca inservible! ¡¿quieres ser un maldito aguatero?!”
Adrian: “¿Es enserio? ¿vas a actuar de esta manera?”
Joe: “¡Yo hago lo que se me da la maldita gana! Conoce tu lugar”
La mirada de Adrian se posa en Arthur y luego Mark, pero al verlos reducidos a simples espectadores con temor a Joe, no le queda de otra más que enfrentarlo como bien sabe y sin permitir que lo menosprecie como quiere.
Adrian lo toma del cuello de la camiseta y levanta con su imponente cuerpo que supera al de Joe. Lo mira fijamente y con voz potente casi insultándolo le advierte:
Adrian: “Una cosa es creerse un líder y dar pésimas…muy malas órdenes y hasta cometer errores y otra es simplemente ser un idiota mimado por un padre que no ha hecho más que aprovecharse de su poder para hacer que su niñito intente mirar a los demás desde las alturas. Me tienes harto con querer que te miren desde abajo ¡Si quieres ser un verdadero líder y tener a un verdadero equipo y sentido de compañerismo entonces míralos a ellos!”-arrastra el cuerpo de Joe y obliga a ver al equipo de Okumi festejar con gran felicidad, como una verdadera hermandad donde abunda el compañerismo y no el egoísmo- “aprender de ellos o retírate de esto…”-lo arroja al suelo y camina hacia el banco de suplentes.
Curiosamente, tanto Mark como Arthur quedan deslumbrados con la actitud de Adrian y observan la espalda de alguien que se mantuvo callado a pesar de haber jugado en una posición que no era la de él pero que en un momento de tal crisis explotó por la actitud de aquel que le quitó su puesto. Ellos ven a un verdadero líder y no a Joe, quien yace en el suelo y aún maldice. Su actitud de no reconocer la derrota lo hace mirar a Steve y querer levantarse y agredirlo cayendo a los más bajos instintos del ser humano solo porque las cosas no salieron como deseaba, pero en el camino su entrenador lo detiene y niega con la cabeza, sin mediar palabra alguna: