¿Qué es el amor exactamente? ¿Qué es amar a alguien? Tú no lo comprendes, tampoco sabes que te sucede, pero sabes que esa mujer de melena carmesí que has conocido en el mercado del pueblo te ha dejado anonadado. Carnosos labios, tez pálida, pecosa, no es como las demás mujeres, no viste vestidos despampanantes, tampoco lleva su cabello recogido y una sombrilla, ella luce natural y sencilla, pura, hermosa. No sabes que te sucede, nunca una mujer te había provocado tantas sensaciones juntas, ni siquiera tu prometida, la cual tu padre escogió conociendo tus gustos.
La vez tan concentrada buscando una flor, frustrada en parte por no encontrarla, te acercas con cautela y miedo a asustarla, tomas un ramo de lavandas disimuladamente mientras la mujer sigue en lo suyo; sus facciones salvajes te atraen, la profundidad de sus ojos y aquella inocencia que se vuelve encantadora. Sus ondulados y rojizos cabellos son despeinados por el viento con suavidad, al correr uno de sus mechones su mirada se desvía hasta ti, tan profunda y misteriosa que te deja sin aliento, no puedes reaccionar; sus hermosos ojos jade brillan y sus labios carmesí se entreabren sorprendidos, te contempla de la misma forma que tú la contemplas a ella.
Hermosa y misteriosa mujer que anhelas con todo tu ser, te encuentras cegado por ella, hipnotizado a tal punto de no reaccionar ante las palabras de la vendedora de flores. Ella se presenta, con un leve gesto, tímida al comienzo, e inocente ante tus ojos, extraño y bello nombre ha de tener, algo anormal, pero maravilloso, atípico.
Y entonces, recuerdas que ese fue el comienzo de esta historia, trágica, dolorosa, pero al mismo tiempo una maravillosa historia de amor.
Unas simples palabras, unos casuales encuentros y leves roces con cargas eléctricas dieron comienzo a este apasionado amor que trascendería hasta la mismísima muerte. Al comienzo todo fue perfecto, maravilloso, deseabas a esa mujer con todo tu ser, y ella, te deseaba a ti, sin embargo ninguno de los dos jamás contó con lo que el dios del mar, Poseidón, les tenía preparado.
Cuando descubriste su secreto fue algo fascinante, ella tenía miedo, claro está, sin embargo no fue un obstáculo para ti. Supiste entonces de la disputa entre sus hermanas, quienes cazaban marineros para devorárselos, nunca estuvo de acuerdo con ello, se consideraba una sirena extraña, aquello la llevo a escapar de su colonia, y así fue como llego a las costas de Odisia.
El tiempo para ustedes pasó rápido, mas rápido de lo imaginado, cuando ambos abrieron los ojos, se habían dejado llevar ya por el placer, aquella noche estrellada de primavera. Su pálida tez enrojecía con cada toque que tú le proporcionabas, sus mejillas ardían de vergüenza y su carmesí cabello ondeaba con cada movimiento de ambos. Sus pequeños gemidos de placer eran música para tus oídos, tan hermosa, tan tuya. Sin embargo esta historia de amor fantástico, lujuria y placer no duraría mucho, Poseidón haría de las suyas gracias al llamado rencoroso de tus hermanas.
Dione la quería de vuelta y la única forma de conseguirlo, era acabando contigo, tú eras el obstáculo en su cometido.
Todo pasó muy rápido ante tus ojos, un día estabas rompiendo tu matrimonio con María Ángeles, la hija de la persona más importante e influyente del comercio marítimo y anunciando tu compromiso con Coral, una simple campesina que pasaría a ser de la alta sociedad en poco menos de un mes. Ambos deseaban que las cosas fueran rápidas, a pesar de los comentarios de las personas, estaban locamente enamorados.
Sin embargo la noche del 25 de Mayo de 1930 lo cambiaría todo.
Era una noche tormentosa, tu madre había invitado a Coral a ver los preparativos de su boda, ella te había repetido constantemente que Coral fue una buena elección, incluso, a pesar del dolor que María Ángeles sentía, le había dado toda la razón. Ella te había amado desde muy temprana edad, pero para ti, siempre fue como una hermana pequeña.
Acompañaste a María Ángeles a su casa junto a Coral, y luego, la llevaste a su cabaña sin prever que algo más que una simple y despiadada tormenta se avecinaba a Odisia.
Cuando fue el momento de decir adiós, todo comenzó.
La multitud los estaba esperando, impacientes y alterados, junto a ellos, una mujer rubia y exótica se encontraba cruzada de brazos, era Dione, tu mayor enemiga entre las sirenas, sus ojos estaban encendidos por la rabia y el rencor, al mismo tiempo que preocupación por su hermana.
Su plan era simple, acusarla de ser una sirena, cosa que ya lo había hecho, y matarte mientras intentaba proteger a su hermana pequeña, pero las circunstancias se dieron vuelta en cuanto los aldeanos murmuraban las cualidades que las escamas de una sirena podrían darles, dando comienzo a la caza de tu amada prometida. Poseidón, había comenzado las peores de las tormentas jamás vividas en la historia de tu pueblo, estaba furioso, no dejaría que un humano se casara con una de sus preciadas hijas.
Intentaste escapar con ella, llevártela lejos, pero la multitud los seguía, no los dejarían tranquilos, la querían a ella y tú no se la darías. Escaparon hasta el mar, saliste herido en el transcurso del recorrido, sabías que si ella volvía al agua, no podría regresar jamás. ¿Pero qué era lo mejor? ¿Entregar a tu amada o salvarla si eso significaba perderla?
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Editado: 28.10.2018